jueves, 25 de diciembre de 2014

¡Feliz Navidad!


Hace aproximadamente un mes que decidí dar un cambio importante en mi vida y desde entonces Carpe Diem se quedó un tanto abandonado. No es que el cambio suponga dejar el blog, ni mucho menos, sino que desde entonces me acompañan muchas sensaciones y no me salen las palabras. Nunca me gustaron las despedidas y sigo sin saber qué decir pero en menos de una semana las tendré, no me queda otra. 

Mi Santa Claus particular, el mejor del mundo, sin duda.
En unas fechas de reecuentros con la familia, los amigos... no quería desearos que paséis unas felices fiestas. 

Este año vuelvo a recordar lo que es pasarlas cuando no se está luchando por recuperar la salud, en medio de un tratamiento que, por mucho que los demás no queramos ver la realidad de lo que eso supone y lo difíciles que pueden llegar a ser algunos días, no deja de ser duro y hay veces que lo único que os apetece es estar solos, sin esforzaros por aparentar lo que quienes os quieren desean ver. ¿Qué se puede hacer cuando se está en esa situación? No lo sé y siento no poder dar una solución. Sólo puedo dar las gracias a quienes, aún estando así, nos sacáis la mejor de vuestras sonrisas cada día y nos alegráis cuando nos veis desanimad@s, apagad@s. Sé que para vosotros vernos feliz es la mayor alegría y así nos lo demostráis la mayor parte del tiempo. Pero también tenéis derecho a tener un día para vosotros mismos y quienes os queremos hemos de entenderlo y daros vuestro espacio cuando así lo necesitéis. 

Para terminar no puedo dejar de mencionar la entrada de mi querida Pili en su fantástica Pildorita 2.0: Tú eres Navidad. De la misma le cojo prestadas las palabras de la carta de Navidad del Papa Francisco:

"El pino de Navidad eres tú, cuando resistes vigoroso a los vientos y dificultades de la vida. 

Los adornos de Navidad eres tú, cuando tus virtudes son colores que adornan tu vida. 
Eres también luz de Navidad, cuando iluminas con tu vida el camino de los demás con la bondad, la paciencia, alegría y la generosidad.
La música de Navidad eres tú, cuando conquistas la armonía dentro de ti.
El regalo de Navidad eres tú, cuando eres de verdad amigo y hermano de todo ser humano.
La tarjeta de Navidad eres tú, cuando la bondad está escrita en tus manos.
La felicitación de Navidad eres tú, cuando perdonas y restableces la paz, aun cuando sufras. 
Eres también los Reyes Magos, cuando das lo mejor que tienes sin importar a quien."

Vosotros sois la Navidad, ¡gracias!