sábado, 16 de octubre de 2010

Me gustó...



Fragmento de "Instrucciones para salvar el mundo" de Rosa Montero.

"Sé que a veces la vida aprieta tanto que no te deja sitio para respirar. Y entonces bebo. Y los pulmones respiran alcohol, en vez de oxígeno. Pero no era de eso de lo que te iba a hablar, porque sé que a ti no te gusta demasiado la bebida. Hay otros trucos contra la desesperación, y todos pasan por salir de uno mismo. Del agujero de la propia pena. Beber también te saca de ti mismo porque te anestesia. Es como el enfermo que está anestesiado en un quirófano: pueden cortarle la pierna y no se entera, porque de algún modo no está ahí. Pero ya hemos quedado en que tú no eres partidario del alcohol. Bueno, hay otras maneras de salir de uno mismo, como, por ejemplo, pensar en lo infinitamente grande... ¿Qué es un dolor de hoy, de este minuto, de esta hora, de este día, incluso de toda tu pequeñísima vida, comparado con los 4500 millones de años que lleva existiendo la Tierra? Pero todavía funciona mejor pensar en lo muy pequeño. Por ejemplo, en los átomos. Ya sabes que todo lo que existe en el universo está compuesto de átomos. Están por todas partes. Están en el aire transparente, en las piedras rugosas, en nuestra carne blanda. Y hay tantos, tantísimos átomos en el universo que su número resulta inimaginable. Son cifras inhumanas que no caben en la cabeza. Los átomos se agrupan en moléculas; dos o más átomos unidos de manera más o menos estable forman una molécula. Y para que te hagas una idea, te diré que en un centímetro cúbico de aire, que es lo que abulta uno de esos dados con los que están jugando en esa mesa tus amigos taxistas, en un dado de esos de aire, digo, hay unos 45000 millones de millones de moléculas. Ahora mira alrededor e intenta imaginar la exorbitante cantidad de átomos que hay por todas partes. Por añadidura, los átomos, además de ser muchísimos, son prácticamente eternos. Duran y duran un tiempo incalculable. De manera que esa cosa tan minúscula es inmensa en número y en persistencia. Los átomos se pasan sus larguísimas vidas moviéndose de acá para allá y haciendo y deshaciendo moléculas. Sin duda, parte de los átomos que hay en nuestro cuerpo proviene del corazón candente de algún sol lejano. Ya sabes, somos polvo de estrellas. Y no sólo eso: etadísticamente es más que probable que tengamos millones de átomos de cualquiera de los personajes históricos que puedas nombrar. Mil millones de átomos de Cervantes. Y de Madame Curie. Mil millones de Platón y otros mil millones de Cleopatra. Los átomos tardan cierto tiempo en reciclarse, o sea que tienen que pasar bastantes décadas de la muerte de alguien para que sus átomos consigan volver a entrar en circuito; pero se puede decir que todos los seres humanos que ha habido en la Tierra viven en mí, y que yo viviré en todos los que vendrán en el futuro. Y en un tallo de hierba quemado por el sol o en el cuerpo acorazado de un escarabajo.

(...) Fue una pena que Cerebro no se atreviese a hablar, fue una pena que la vieja se callara, porque a Matías le habría supuesto un gran consuelo enterarse de que, en algún momento del futuro, sus propios átomos y los átomos de Rita volverían a estar unidos en algún cuerpo..."

lunes, 4 de octubre de 2010

Hoy han vuelto a recordarme por qué hago lo que hago


Esta mañana ha vuelto a pasarme algo que me ha recordado por qué hago lo que hago, por qué, a pesar de los malos ratos, me gustan tanto mi profesión y mi especialidad y, de nuevo, quiero compartirlo con vosotr@s.

No es que sólo me pasen cosas buenas cuando las escribo por aquí, ni mucho menos, pero es cierto que hoy he empezado mal el día y me ha venido muy bien. Que a una le pasen este tipo de cosas en los malos momentos ayuda mucho. A veces me da la impresión de que se dan más cuando estoy peor pero puede ser que sea porque es entonces cuando las aprecio más.

A lo mejor os parece una tontería, no lo sé, pero a mí me ha supuesto mucho. El caso es que esta mañana he ido a ver a la planta a una paciente a la que traté la semana pasada con radioterapia antiálgica por metástasis óseas y si la hubiérais visto en persona entenderíais perfectamente el por qué de mi alegría.

Se trataba de una paciente mayor, de unos 80 años, que había ingresado por mal control del dolor. Para controlarlo le habían tenido que poner mórficos a unas dosis que la tenían todo el día postrada en la cama, adormilada, sin apenas comer... Pero si se los bajaban el dolor era tal que era preferible que estuviera postrada que con ese tipo de dolores (os aseguro que el dolor de las metástasis óseas es uno de los peores).

Era una paciente mayor, con una enfermedad extendida y, en esas situaciones, son muchas las veces que uno se plantea si tratar o no... La radioterapia supone una serie de días de tratamiento, en una mesa dura (como la de los TAC), con una postura determinada y tiene sus efectos secundarios (como casi todo). Por eso a veces es mejor dejar las cosas como están y no sobretratar.

En este caso, la paciente, a pesar de ser mayor, llevaba una vida bastante activa en su casa (salía al jardin, a comprar el pan, se manejaba por casa...) hasta que empezó con esos dolores que la incapacitaron por completo. Tenía mis dudas sobre lo que sería mejor para ella, pero hablé con sus hijas y decidimos tratarla con la condición de que a la mínima que viera que no lo toleraba bien o no aguantaba la posición... lo suspendería.

Pero a veces los pacientes nos sorprenden, son mucho más fuertes de lo que nos imaginamos, y ella era de ese tipo de pacientes. Se trató, lo aguantó y, el pasado viernes, terminó. Para entonces refería una ligera mejoría en el dolor pero, como continuaba con los mórficos a unas dosis que la tenían un poco grogui, hoy he subido a la planta para ver su evolución y, para mi sorpresa, me la he encontrado sentada en el sillón, totalmente despejada, con un color que hacía mucho que no tenía y una sonrisa de oreja a oreja.

Al verme se ha puesto muy contenta, me ha sonreído y me ha demostrado cómo se mueve, los ejercicios que hace todos los días con los brazos y las piernas para ir cogiendo fuerza... Y, cómo no, me ha pedido que me acercara para darme no 2 sino 4 besos que me han sentado genial! De verdad, como la he dicho a ella, me ha alegrado el lunes. Verla tan bien, con esa alegría, sin dolores, después de las dudas que tuve al principio y de lo dormidita que la tenían los opioides... me ha dado un alegrón indescriptible!!! :-)

Me ha recordado por qué sigo donde estoy, por qué, aunque muchos de mis pacientes no se curen, tengan un mal pronóstico..., si consigo mejorarles su calidad de vida, aunque sea lo más mínimo, habrá merecido la pena. Ahora están planteándose darle el alta a lo largo de la semana y, no sé cuánto la quedará, prefiero no pensarlo, pero si gracias a mi pequeña aportación se controla el dolor y puede irse a su casa, volver a salir al jardin, a comprar el pan... y puede estar acompañada por sus hijos y sus nietos lo que la quede, para mí es más que suficiente.

Esto es todo, como os dije al principio, no es nada del otro mundo, pero a mí este tipo de cosas me hacen ilusión, me "llenan" y me hacen feliz... Ella hoy ha conseguido alegrarme y eso es algo que le agradezco mucho. Ser médico tiene sus malos momentos, pero también tiene sus buenos momentos y estos son tan buenos que hacen que todo, todo, todo merezca la pena.

"La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días."
Benjamin Franklin


viernes, 1 de octubre de 2010

El Testamento Vital, Documento de Voluntades Anticipadas o de Instrucciones Previas


No sé si será por mi profesión, por la especialidad que tengo, por lo que veo en mi día a día o qué , pero hace tiempo que sé que quiero hacer el testamento vital. Por muy joven que sea, la vida está llena de sorpresas y nunca se sabe lo que puede depararnos, así que, ¿por qué voy a posponerlo?.

Necesito dejar bien claro qué es lo que quiero que hagan conmigo en determinadas situaciones extremas y, aunque tanto mi familia como mis amigos conocen de sobra cuáles son, sé lo difícil que es decidir cuando te encuentras en la situación y no quiero que eso pase. A lo mejor parece algo egoísta por mi parte, no lo sé... yo no lo veo así.

Al buscar en Google "testamento vital" aparece ligado a la "eutanasia" en muchas entradas, pero realmente no es así, si leéis este artículo de Cristina López Sánchez "La reciente aprobación del testamento vital" Deja claro que "aunque se pueda rechazar un tratamiento que alargue la vida de forma artificial, no se tolerará un sólo atisbo de eutanasia". No pretendo meterme en ese tema porque me parece demasiado complejo, pero es muy interesante y no descarto acabar dedicándole una entrada.

Hay diversos modelos de testamento vital, aquí os dejo El modelo de la Comunidad de Madrid

El documento se puede firmar ante un notario o ante tres testigos (dos de ellos no pueden ser familiares en segundo grado ni estar vinculados por relación patrimonial con el otorgante) y en él se pueden poner las instrucciones sobre lo que quieres que se haga con tu cuerpo, como por ej, donar tus órganos.

Deciros que al hacer la búsqueda me he encontrado con otras entradas mucho mejores que la mía, por ejemplo esta de Instrucciones previas en la Comunidad de Madrid de Fernando Casado (@drcasado en Twitter, al que os recomiendo que sigáis si es que no lo hacéis todavía). En ella tenéis un buen resumen donde queda muy claro en qué consiste.

Para terminar, sólo añadir que si pienso en hacer el testamento vital a mi edad no es porque sienta la muerte como algo próximo sino que, si en algún momento llego a una de las situaciones que en él se enumeran, quiero que quede claro cuál es mi voluntad al respecto. Todavía no he acabado la residencia pero, por suerte o por desgracia, ya he visto muchas situaciones en las que no me gustaría encontrarme nunca y esta es una forma de asegurarme de que así sea.

Llegado ese día, si es que llega, espero que mi gente lo entienda y no se decepcione.