domingo, 5 de diciembre de 2010

Reflexiones tras un día complicado


Hace tiempo que no escribo por aquí y desde que no lo hago han cambiado varias cosas en mi vida, entre otras me he mudado a Barcelona durante los próximos dos meses para hacer mi rotación externa. Ayer cumplí mi primera semana por aquí y la verdad es que, por culpa de los controladores aéreos, no ha fue el mejor de los días, eso sí, por suerte acabó mucho mejor de lo que empezó.

No quiero meterme a hablar de lo que han hecho los controladores porque estoy muy enfadada y podría decir algo de lo que luego me arrepienta. Pero no puedo evitar comentaros que por mi cabeza han pasado muchísimas cosas, entre otras qué pasaría si en sanidad hiciéramos lo mismo... Ufff! No lo haremos nunca porque con la salud no se juega y tenemos algo llamado ética que nos lo impide. Pero eso sí, en estas ocasiones, en caliente, una no puede evitar pensar egoístamente en muchas barbaridades: ¡¿Y si nos negáramos a trabajar, a ir al hospital, a cubrir los mínimos?!. No vamos a decir eso de: "lo sentimos por los ciudadanos (pacientes)" pero... ufff!.

Encima, y ésto no tiene nada que ver con lo de los controladores, ayer me enteré de lo que ganaba un residente de Oncología Radioterápica en sitios como Francia o Portugal y lo de Portugal me dejó alucinada. Había oído que ganaban más que nosotros pero nunca me hubiera imaginado que la diferencia fuera tan sumamente grande. Ellos en una guardia ganan casi lo mismo que yo de sueldo base!!! Y si hacen 3-4 al mes... ufff! De verdad, lo suyo me parece exagerado, pero es que lo nuestro me parece vergonzoso... El viernes empecé la tarde cabreada y los controladores ayer me remataron.

Siempre me digo lo mismo, yo no he hecho medicina por ganar dinero sino por ayudar, por curar o al menos mejorar a los pacientes pero... no sé... hay veces que siento que somos muy tontos (por no utilizar peores calificativos que me pasan por la cabeza). Ahora que soy R4 y en apenas 5 meses acabo mi formación de residente y me toca ponerme a buscar trabajo me planteo muchas cosas. En un principio no me importa irme de Madrid, de hecho la costa mediterránea me tiene enamorada y si necesitara el catalán o el valenciano no me importaría aprenderlos con tal de irme a una ciudad como Barcelona o Valencia (que, por cierto , están muy bien comunicadas con Madrid con el AVE; después de lo de hoy el AVE me gusta aún más que antes y ya es decir! xD). Pero claro, visto lo visto, cuando una no tiene ninguna atadura, ¡¿por qué no salir de España?!. Lo de Portugal es una opción interesante, sigue estando cerca y cambio el Mar Mediterráneo por el Océano Atlántico. En fin, no sé, me gusta España, nunca he pretendido irme de aquí, quiero quedarme, pero... Ahora mismo pasan muchas cosas por mi cabeza y de hecho una de ellas es que me extraña que, hablando de sanidad, no sean más los médicos, las enfermeras... que se van a trabajar fuera de España. Supongo que las ataduras y las comodidades de estar en tu país, la familia, los amigos, la pareja, los hijos... hacen que los que se vayan sean los menos pero me planteo qué pasaría si empezáramos a irnos más. Total, es cierto que a veces uno tiene la sensación de que no se le valora como se debe... Sé que es un tema complicado y entiendo que no es fácil cambiar las cosas, de hecho, como me decía ayer mi madre, no puedo quejarme cuando al menos tengo un trabajo y un sueldo, ¡muchos no tienen ni eso!.

No me he hecho médico para vivir montada en el dólar ni mucho menos. Los médicos tenemos la suerte de tener lo que para mí es la mayor compensación, que es ver la felicidad de un paciente que se ha curado , entre otras cosas, gracias a nuestra colaboración. Incluso cuando no se curan pero sí mejoran (como sabéis, en mi especialidad, son muchas las veces sólo puedo controlar el dolor o mejorar un poco su calidad de vida), se sienten muchas cosas que no se consiguen con todo el dinero del mundo. Pero, aún así, mentiría si no reconociera que me gustaría que se nos valorase un poquito más... Normalmente no me da por pensar en las remuneraciones económicas, pero cosas como las de los controladores o el hecho de enterarme de primera mano que compañeros míos fuera de España ganan muchísimo más que nosotros... duele un poco... :(

Dicho ésto creo que he conseguido desahogarme y estoy preprarada para seguir disfrutando de todas las cosas buenas que tiene una profesión tan bonita como la mía. A lo mejor en vez de España o Portugal lo que me venía bien era irme a Madagascar, La India... para volver a valorar la vida como debe ser y apreciar la suerte que tengo por haber nacido con cosas tan básicas como puede ser el agua caliente cayendo de la ducha...

A veces, en días como el de ayer, se me olvida que la vida está llena de pequeños detalles que la hacen algo irrepetible y único que hay que intentar aprovechar. En fin... puede que necesite "reciclarme" de nuevo.

Para terminar esta cita de Teresa de Calcuta:

"Pasamos mucho tiempo ganándonos la vida, pero no el suficiente tiempo viviéndola"

Habrá que intentar vivirla más, ¿no creéis?

jueves, 25 de noviembre de 2010

¿Qué aporta Miguel Ángel Mañez al Sistema Sanitario?



Muchos de los que conocemos a Miguel Ángel Mañez podemos decir sin rubor que se ha convertido en una referencia profesional y personal. Como economista, desempeña actualmente un cargo directivo como Subdirector económico y de RRHH en el Hospital Universitario Sant Joan - Agencia Valenciana de Salud, que compagina con una febril actividad paralela en el mundo de las redes sociales.
Pese a no ser sanitario asistencial y pertenecer al nivel de mesogestión, hay muchas cosas que Miguel Ángel aporta a los médicos de a pie. Esto en principio es muy extraño en el medio sanitario en el que los directivos no suelen servir de inspiración a sus subordinados. No hablaré de su capacidad de trabajo, profesionalidad y habilidades comunicativas, que son muchas. Traigo a colación su labor en la gestión de redes sociales profesionales y su aporte para el cambio de mentalidad profesional, tan necesario en nuestro ámbito.

La creación de redes está siendo uno de los mayores retos que nuestro sistema sanitario, al igual que la sociedad, está acometiendo. En un mundo globalizado se hace cada vez más complejo trabajar solo, aislado. En una disciplina científica y humanista como la medicina es ahora completamente imposible. Pero este hecho no es valorado así por muchos profesionales que siguen remando en solitario. Las redes sociales profesionales no son más que grupos de personas que se comunican y comparten entre ellas, sin necesidad de que exista una proximidad física, curricular o cualquier otra. Las herramientas electrónicas a nuestra disposición nos lo permiten. Esto implica un cambio de mentalidad profesional. Y es aquí donde Miguel Ángel nos está ayudando a todos con su incansable actividad y su función de nodo de red, de facilitador.

Es un nuevo estilo de liderazgo que no se basa en el poder, el conocimiento ni en las recomendaciones. Se basa en la comunicación y en el compartir. A mayor comunicación, a mayor apertura, a mayor capacidad participativa, mejor situación ocupa uno en la red virtual, más conexiones puede formar. Internet está desmontando las estructuras piramidales y facilitando otras horizontales, donde el poder se reparte de otras formas y el liderazgo también. Permite la emergencia de líderes naturales y esto nos va a ayudar sobremanera, dejando en dique seco el modelo de dirección tradicional.

Todos formamos parte de alguna red, los profesionales sanitarios de nuestra red virtual sanitaria. Lo habitual es tener unas pocas conexiones con nuestro equipo de trabajo próximo, algunos amigos o colegas o conocidos y poco más. Desde hace poco tenemos posibilidad de establecer conexiones con profesionales más o menos lejanos pero que comparten con nosotros un interés o alguna inquietud. Estamos llamados a participar.

Siempre podremos elegir entre permanecer en el margen, con pocas conexiones, o tirarnos a la piscina y arriesgarnos a trazar redes complejas que nos acerquen a otros mundos, otras ideas, otros retos. Ante nosotros se abre un salto evolutivo. Los que den el paso abrirán sus mentes a algo nuevo, crecerán, evolucionarán… cambiarán.
Los que no lo hagan seguirán trabajando como siempre. Inercia. Obsolescencia. El mundo va muy rápido, definitivamente quedarán atrás.

Estoy de acuerdo con Miguel Ángel en la necesidad de salir de nuestras consultas y despachos, de abandonar nuestras zonas de confort para explorar nuevos espacios y formas de trabajar mejor, de cuidar mejor a nuestros pacientes, de ejercer nuestra profesión de forma más satisfactoria y, permítanme, más divertida. Al fin y al cabo los pacientes prefieren médicos felices y relajados antes que amargados o estresados.

Por todo esto, veía necesario compartir esta reflexión y agradecer a Miguel Ángel todo el esfuerzo que está haciendo, del que definitivamente nos beneficiamos todos, los profesionales sanitarios en primer lugar y los pacientes en segundo. Cuando uno se asoma a nuevos retos y ve lo poco que puede aportar y todo lo que aportan los demás, no queda más remedio que dar las gracias continuamente, quizá también este cambio de mentalidad nos haga más humildes y agradecidos.

Blog de Miguel Angel Mañez: Salud con cosas

domingo, 7 de noviembre de 2010

A veces es necesario llorar


Llevo varios días pensando en escribir una entrada y entre unas cosas he ido dejándolo hasta hoy.

Esta vez no voy a hablaros de mis pacientes, ni de mis experiencias en el hospital porque he estado haciendo un curso de Supervisores de Instalaciones Radiactivas que ha limitado mi vida hospitalaria. Pero sí que voy a hablaros de todas las sensaciones y emociones que han pasado por mí estos últimos días, que han sido muchas.

Como sabéis, el lunes pasado fue el día de Todos los Santos y, dado que hace dos años y medio perdí a una de las personas más importantes de mi vida (de hecho, gracias a ella estoy aquí y soy lo que soy...), he pasado días "duros", más sensible de lo habitual... En un par de ocasiones las lágrimas han salido de mis ojos como hacía tiempo que no lo hacían... Dicen que llorar de vez en cuando viene muy bien y la verdad es que estoy totalmente de acuerdo, a mí me ha servido de desahogo y me ha dejado como nueva. De verdad, no os guardéis dentro esas lágrimas, a veces es necesario que salgan para que podamos volver a ofrecer la mejor de nuestras sonrisas. A mi modo de ver, las lágrimas son algo muy personal y, debido a su tendencia a ser más tímidas, no suelen compartirse, pero eso no quita que sean algo básico. Hay que llorar de vez en cuando para dejar paso a esas sonrisas que para nada son tímidas, sino más bien todo lo contrario, ¡están deseando ser compartidas! Y no hay nada como cuando son correspondidas con una buena sonrisa de vuelta! :)

El caso es que estos días no sólo me han servido para desahogarme, sino que me han ayudado a ver cómo la gente no para de darme muestras de cariño y... ufff! No sé cómo explicarlo pero es algo que no sólo consigue llenar cualquier vacío sino que hace que me sienta una persona muy afortunada. No creo que me merezca ese trato, soy tan normal como cualquier otra y no sé qué extraña razón ha hecho que lo reciba, pero lo agradezco muchísimo! Esto sí que es tener suerte!

Ayer se lo comenté a una de mis mejores amigas y me dijo algo muy bonito que fue: "Tere, es que inspiras cariño" No sé si será verdad o no, ella me quiere mucho y no es objetiva, pero el hecho es que ésto no se paga con dinero. Ahora lo único que quiero es corresponderlo, con mi familia, mis amigos, mis pacientes... No podía dejar de mencionar a estos últimos, y es que se acerca el final de una etapa en mi vida y sólo deseo poder llegar a ser una buena médico. Es difícil, prácticamente imposible, pero me conformo con no perder nunca la ilusión que tengo ahora mismo. Creo que con ella conseguiré seguir sintiendo todo como hasta ahora y transmitir todo ese cariño que me da la gente a los demás. Si con eso logro que los pacientes lleven un poco mejor su enfermedad, estaré más que satisfecha y podré decir que ha merecido la pena.

En fin, me pongo tierna y no puede ser... Sólo deciros que no dejéis de llorar de vez en cuando, es necesario y esas lágrimas os permiten volver a sonreír de verdad.

Por mi parte creo que he cumplido mi cupo de llantos en una temporada, ahora me toca sonreír , que es gratis y da tantas recompensas!

Para terminar esta vez os dejo citas de las lágrimas y el llanto, que a veces pueden ser tan necesarios y llenos de significado como una sonrisa:


"No sé yo que haya en el mundo palabras tan eficaces ni oradores tan elocuentes como las lágrimas." Lope de Vega

"El llanto es a veces el modo de expresar las cosas que no pueden decirse con palabras."
Concepción Arenal






sábado, 16 de octubre de 2010

Me gustó...



Fragmento de "Instrucciones para salvar el mundo" de Rosa Montero.

"Sé que a veces la vida aprieta tanto que no te deja sitio para respirar. Y entonces bebo. Y los pulmones respiran alcohol, en vez de oxígeno. Pero no era de eso de lo que te iba a hablar, porque sé que a ti no te gusta demasiado la bebida. Hay otros trucos contra la desesperación, y todos pasan por salir de uno mismo. Del agujero de la propia pena. Beber también te saca de ti mismo porque te anestesia. Es como el enfermo que está anestesiado en un quirófano: pueden cortarle la pierna y no se entera, porque de algún modo no está ahí. Pero ya hemos quedado en que tú no eres partidario del alcohol. Bueno, hay otras maneras de salir de uno mismo, como, por ejemplo, pensar en lo infinitamente grande... ¿Qué es un dolor de hoy, de este minuto, de esta hora, de este día, incluso de toda tu pequeñísima vida, comparado con los 4500 millones de años que lleva existiendo la Tierra? Pero todavía funciona mejor pensar en lo muy pequeño. Por ejemplo, en los átomos. Ya sabes que todo lo que existe en el universo está compuesto de átomos. Están por todas partes. Están en el aire transparente, en las piedras rugosas, en nuestra carne blanda. Y hay tantos, tantísimos átomos en el universo que su número resulta inimaginable. Son cifras inhumanas que no caben en la cabeza. Los átomos se agrupan en moléculas; dos o más átomos unidos de manera más o menos estable forman una molécula. Y para que te hagas una idea, te diré que en un centímetro cúbico de aire, que es lo que abulta uno de esos dados con los que están jugando en esa mesa tus amigos taxistas, en un dado de esos de aire, digo, hay unos 45000 millones de millones de moléculas. Ahora mira alrededor e intenta imaginar la exorbitante cantidad de átomos que hay por todas partes. Por añadidura, los átomos, además de ser muchísimos, son prácticamente eternos. Duran y duran un tiempo incalculable. De manera que esa cosa tan minúscula es inmensa en número y en persistencia. Los átomos se pasan sus larguísimas vidas moviéndose de acá para allá y haciendo y deshaciendo moléculas. Sin duda, parte de los átomos que hay en nuestro cuerpo proviene del corazón candente de algún sol lejano. Ya sabes, somos polvo de estrellas. Y no sólo eso: etadísticamente es más que probable que tengamos millones de átomos de cualquiera de los personajes históricos que puedas nombrar. Mil millones de átomos de Cervantes. Y de Madame Curie. Mil millones de Platón y otros mil millones de Cleopatra. Los átomos tardan cierto tiempo en reciclarse, o sea que tienen que pasar bastantes décadas de la muerte de alguien para que sus átomos consigan volver a entrar en circuito; pero se puede decir que todos los seres humanos que ha habido en la Tierra viven en mí, y que yo viviré en todos los que vendrán en el futuro. Y en un tallo de hierba quemado por el sol o en el cuerpo acorazado de un escarabajo.

(...) Fue una pena que Cerebro no se atreviese a hablar, fue una pena que la vieja se callara, porque a Matías le habría supuesto un gran consuelo enterarse de que, en algún momento del futuro, sus propios átomos y los átomos de Rita volverían a estar unidos en algún cuerpo..."

lunes, 4 de octubre de 2010

Hoy han vuelto a recordarme por qué hago lo que hago


Esta mañana ha vuelto a pasarme algo que me ha recordado por qué hago lo que hago, por qué, a pesar de los malos ratos, me gustan tanto mi profesión y mi especialidad y, de nuevo, quiero compartirlo con vosotr@s.

No es que sólo me pasen cosas buenas cuando las escribo por aquí, ni mucho menos, pero es cierto que hoy he empezado mal el día y me ha venido muy bien. Que a una le pasen este tipo de cosas en los malos momentos ayuda mucho. A veces me da la impresión de que se dan más cuando estoy peor pero puede ser que sea porque es entonces cuando las aprecio más.

A lo mejor os parece una tontería, no lo sé, pero a mí me ha supuesto mucho. El caso es que esta mañana he ido a ver a la planta a una paciente a la que traté la semana pasada con radioterapia antiálgica por metástasis óseas y si la hubiérais visto en persona entenderíais perfectamente el por qué de mi alegría.

Se trataba de una paciente mayor, de unos 80 años, que había ingresado por mal control del dolor. Para controlarlo le habían tenido que poner mórficos a unas dosis que la tenían todo el día postrada en la cama, adormilada, sin apenas comer... Pero si se los bajaban el dolor era tal que era preferible que estuviera postrada que con ese tipo de dolores (os aseguro que el dolor de las metástasis óseas es uno de los peores).

Era una paciente mayor, con una enfermedad extendida y, en esas situaciones, son muchas las veces que uno se plantea si tratar o no... La radioterapia supone una serie de días de tratamiento, en una mesa dura (como la de los TAC), con una postura determinada y tiene sus efectos secundarios (como casi todo). Por eso a veces es mejor dejar las cosas como están y no sobretratar.

En este caso, la paciente, a pesar de ser mayor, llevaba una vida bastante activa en su casa (salía al jardin, a comprar el pan, se manejaba por casa...) hasta que empezó con esos dolores que la incapacitaron por completo. Tenía mis dudas sobre lo que sería mejor para ella, pero hablé con sus hijas y decidimos tratarla con la condición de que a la mínima que viera que no lo toleraba bien o no aguantaba la posición... lo suspendería.

Pero a veces los pacientes nos sorprenden, son mucho más fuertes de lo que nos imaginamos, y ella era de ese tipo de pacientes. Se trató, lo aguantó y, el pasado viernes, terminó. Para entonces refería una ligera mejoría en el dolor pero, como continuaba con los mórficos a unas dosis que la tenían un poco grogui, hoy he subido a la planta para ver su evolución y, para mi sorpresa, me la he encontrado sentada en el sillón, totalmente despejada, con un color que hacía mucho que no tenía y una sonrisa de oreja a oreja.

Al verme se ha puesto muy contenta, me ha sonreído y me ha demostrado cómo se mueve, los ejercicios que hace todos los días con los brazos y las piernas para ir cogiendo fuerza... Y, cómo no, me ha pedido que me acercara para darme no 2 sino 4 besos que me han sentado genial! De verdad, como la he dicho a ella, me ha alegrado el lunes. Verla tan bien, con esa alegría, sin dolores, después de las dudas que tuve al principio y de lo dormidita que la tenían los opioides... me ha dado un alegrón indescriptible!!! :-)

Me ha recordado por qué sigo donde estoy, por qué, aunque muchos de mis pacientes no se curen, tengan un mal pronóstico..., si consigo mejorarles su calidad de vida, aunque sea lo más mínimo, habrá merecido la pena. Ahora están planteándose darle el alta a lo largo de la semana y, no sé cuánto la quedará, prefiero no pensarlo, pero si gracias a mi pequeña aportación se controla el dolor y puede irse a su casa, volver a salir al jardin, a comprar el pan... y puede estar acompañada por sus hijos y sus nietos lo que la quede, para mí es más que suficiente.

Esto es todo, como os dije al principio, no es nada del otro mundo, pero a mí este tipo de cosas me hacen ilusión, me "llenan" y me hacen feliz... Ella hoy ha conseguido alegrarme y eso es algo que le agradezco mucho. Ser médico tiene sus malos momentos, pero también tiene sus buenos momentos y estos son tan buenos que hacen que todo, todo, todo merezca la pena.

"La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días."
Benjamin Franklin


viernes, 1 de octubre de 2010

El Testamento Vital, Documento de Voluntades Anticipadas o de Instrucciones Previas


No sé si será por mi profesión, por la especialidad que tengo, por lo que veo en mi día a día o qué , pero hace tiempo que sé que quiero hacer el testamento vital. Por muy joven que sea, la vida está llena de sorpresas y nunca se sabe lo que puede depararnos, así que, ¿por qué voy a posponerlo?.

Necesito dejar bien claro qué es lo que quiero que hagan conmigo en determinadas situaciones extremas y, aunque tanto mi familia como mis amigos conocen de sobra cuáles son, sé lo difícil que es decidir cuando te encuentras en la situación y no quiero que eso pase. A lo mejor parece algo egoísta por mi parte, no lo sé... yo no lo veo así.

Al buscar en Google "testamento vital" aparece ligado a la "eutanasia" en muchas entradas, pero realmente no es así, si leéis este artículo de Cristina López Sánchez "La reciente aprobación del testamento vital" Deja claro que "aunque se pueda rechazar un tratamiento que alargue la vida de forma artificial, no se tolerará un sólo atisbo de eutanasia". No pretendo meterme en ese tema porque me parece demasiado complejo, pero es muy interesante y no descarto acabar dedicándole una entrada.

Hay diversos modelos de testamento vital, aquí os dejo El modelo de la Comunidad de Madrid

El documento se puede firmar ante un notario o ante tres testigos (dos de ellos no pueden ser familiares en segundo grado ni estar vinculados por relación patrimonial con el otorgante) y en él se pueden poner las instrucciones sobre lo que quieres que se haga con tu cuerpo, como por ej, donar tus órganos.

Deciros que al hacer la búsqueda me he encontrado con otras entradas mucho mejores que la mía, por ejemplo esta de Instrucciones previas en la Comunidad de Madrid de Fernando Casado (@drcasado en Twitter, al que os recomiendo que sigáis si es que no lo hacéis todavía). En ella tenéis un buen resumen donde queda muy claro en qué consiste.

Para terminar, sólo añadir que si pienso en hacer el testamento vital a mi edad no es porque sienta la muerte como algo próximo sino que, si en algún momento llego a una de las situaciones que en él se enumeran, quiero que quede claro cuál es mi voluntad al respecto. Todavía no he acabado la residencia pero, por suerte o por desgracia, ya he visto muchas situaciones en las que no me gustaría encontrarme nunca y esta es una forma de asegurarme de que así sea.

Llegado ese día, si es que llega, espero que mi gente lo entienda y no se decepcione.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Un paso hacia la tesis...


Hola a tod@s!

Quería dedicaros una entrada a todos los que me habéis animado estas últimas semanas con el DEA (la "tesina"), una parte de mi APTO de hoy es vuestra. De verdad, he tenido varios momentos en los que he deseado dejarlo todo y pasar de la tesina, de la tesis y de todo lo relacionado con el doctorado en general.

Admito que soy una persona que a veces se agobia mucho (los que me conocéis un poquillo mejor sabéis que es así de primera mano, ;-)) pero es algo que va con mi persona y no consigo evitarlo por más que me lo propongo. En esta ocasión he pasado varios días en los que lo veía todo negro, me he sentá incapaz de hacerlo y si no hubiera sido por los ánimos y el apoyo que he encontrado en vosotros y mis amigos, compañeros, familia... no lo hubiera conseguido.

Alguien que ya no está conmigo siempre quiso que llegara a ser "Doctora" de verdad, y por él voy a serlo, o al menos voy a intentarlo. Dicen que "querer es poder" y, ¡¿por qué no?!. Ahora me siento tan bien, tan orgullosa de haberlo sacado adelante que se me han olvidado todos los malos ratos y la impotencia que he sentido en ciertos momentos. Ahora puedo decir eso de que "todo esfuerzo tiene su recompensa". Ha merecido la pena.

Para terminar me quedo con una frase de Charles Dickens:

“El hombre nunca sabe de qué es capaz hasta que lo intenta”



sábado, 18 de septiembre de 2010

Sobre la vida y su final


Hace poco ha pasado algo que me ha hecho plantearme muchas cosas sobre la vida, su fin y su modo de terminarla.

Todos sabemos que la muerte es algo que está ahí y tarde o temprano nos llegará a todos y cada uno de nosotros. Por suerte, no sabemos cuándo, pero es algo que sucederá. Es ley de vida y me alegro de que así sea porque, ¿os imagináis viviendo eternamente?. Yo no, no me gustaría que eso sucediera... creo que todo tiene que tener su final y nosotros también (si existiera una fórmula secreta para conservarnos siempre en nuestro mejor momento de la vida, con nuestra gente en su mejor momento... no sé, puede que no estuviera tan mal la idea, pero creo que ni aún así me gustaría. De hecho lo considero algo tan utópico que ni me lo planteo en el mejor de mis sueños. Considero a la muerte como parte de la vida y, no sé si será por lo que he vivido, por mi profesión o por ambas cosas, pero, a pesar de mi juventud, creo que llegue cuando llegue bienvenida será)

He dicho que no sabemos cuándo pasará, cuándo moriremos, pero eso no es completamente cierto, existe la posibilidad de que seas tú mismo el que acabe con tu vida y, en ese caso, salvo que no te salga bien y sobrevivas al intento (puede pasar, pero no es lo más común), sí que sabes cuándo llegará tu final, más que nada porque tú decides que así sea.

Mi reflexión viene por algo relacionado con ésto, hace unos días alguien que conocía optó por esa opción y me ha hecho plantearme muchas cosas. Sé que llegar a ese extremo no es fácil, no creo que nadie acabe con su propia vida por gusto ni mucho menos y, seguramente, detrás haya una gran reflexión con "razones" de diversos tipos (económicas, familiares, laborales...). Pero no puedo evitar "enfadarme" al encontrarme con esos casos y es algo que nunca compartiré porque me parece tremendamente egoísta. Por muchas "razones" que haya, siempre hay alguien al que dejas, al que abandonas, que lo pasará mal si tú optas por esa opción y creo que si acabas con tu vida a la larga no estás pensando en nadie más que en tí (¿que tienes un seguro de vida con el que remunerarán a tus allegados? Vale, y qué?! Lo más probable es que esos allegados prefieran tenerte a tí y salir del bache contigo, que perderte y "ganar"ese dinero. ¿Que no tienes a nadie? Ufff! No sé, a lo mejor hay veces en las que es así, pero creo, o por lo menos quiero creer, que todos tenemos a alguien ahí, alguien que nos importa y al que le importamos... Me considero muy afortunada por la familia y amigos que tengo y sé que no siempre es así, pero quiero pensar que todos tenemos a alguien que lo pasaría mal si nos fuéramos para siempre...

A mi modo de ver, tenemos suerte de estar vivos. La vida es algo que debemos apreciar y aprovechar como se merece y no podemos permitirnos desperdiciarla y ponerla fin así como así.

En fin, no sé qué pensaréis, pero desde que pasó lo que os he dicho he sentido la necesidad de compartir mi opinión con vosotros y me encantaría que compartiérais la vuestra conmigo.

"No vivas sólo por vivir, disfruta lo que haces y aprende a compartir para que enseñes a otros a vivir"

viernes, 27 de agosto de 2010

Tenemos mucho que aprender de los niños...


Después de una semana llena de altibajos he llegado al viernes totalmente renovada. No sé si será porque tengo el fin de semana libre o porque he decidido mirar las cosas desde otro punto de vista y ver siempre el vaso medio lleno, pero el caso es que hoy, además de estar mejor, he aprendido mucho de un pequeñajo de 3 años al que estamos tratando. ¡Si le vierais! Es alucinante, de verdad, ójala fuéramos todos como esos pequeños ante las dificultades, las enfermedades con tratamientos largos y duros...

El pobre, a sus 3 añitos, ya se enfrenta a una recidiva de su enfermedad y alucino con lo rápido que ha aprendido que tiene que tratarse... Al principio, lloraba de una manera... (verle así dolía muchísimo) Pero en 3 días ya ha asumido que "es lo que toca", nos conoce a todos (médicos, técnicos, enfermeras...) Y llega a primera hora de la mañana con la sonrisa puesta, dispuesto a "portarse muy bien", y nos tira cada beso!!! ufff!!! No os imagináis qué ricos saben! ;)

Y eso en 3 días, de verdad, no sé por qué estos pequeños lo llevan todo de otra manera. De hecho son capaces de animar a sus padres... Increíbles! Dignos de admiración, tenemos tanto que aprender de ellos...

Lo dicho, sólo quería compartir esta anécdota con vosotr@s. Ahora el renacuajo nos alegra cada día en el servicio. Ya puedes llegar triste, enfadad@, preocupad@... da igual, es verle sonreirte lanzándote esos besos tan buenos mientras te dice que hoy se portará muy bien que cómo no vas a sonreír. Y no sólo éso, sino que te das cuenta de que deberías intentar ser como él...

En fin, con esta pequeña reflexión me despido, buen fin de semana a tod@s!


miércoles, 18 de agosto de 2010

Algo que quiero compartir...


Este post es simplemente para compartir con vosotr@s algo que me pasó en la guardia de ayer y me "llenó". De verdad, pasó a primera hora de la mañana, de hecho fue el primer paciente que vi en la guardia y el condicionante de mi alegría fue una simple sonrisa, espontánea, capaz de ofrecérmela aún estando tan malito como estaba...

Se trata de un paciente que vi en la guardia del pasado 31 de Enero y había llegado a la urgencia dos noches antes por cuarto de shock por una hematemesis masiva (para los que no seáis médicos se trata de vomitar sangre, literalmente). Estaba muy malito, necesitó mucha sangre, sueros, drogas vasoactivas... en fin, estuvo crítico... Justo coincidió con el fin de semana y yo le vi el domingo. Como estaba aguantando (es joven y saca la fuerza de donde no la tiene) y habíamos conseguido estabilizarle, decidimos darle una dosis única de radioterapia hemostática al día siguiente para controlar ese sangrado e intentar darle una oportunidad, algo más de vida dentro de lo malo de su pronóstico (tiene un cáncer de páncreas muy avanzado, inoperable y que no está respondiendo a la quimioterapia...). Le llevé en la urgencia y, como le conocía, al día siguiente me quedé para tratarle. Él dejo de sangrar, le dieron el alta y ayer volví a verle en la urgencia.

Ahora venía por un deterioro muy importante, le han dado otra línea de quimioterapia pero no ha respondido, en fin... el pronóstico es muy malo...

Y fue cuando le ví que me dice su madre: "Acaba de decirme: Mira! La doctora que me vio la otra vez!" y al mirarme me dedicó esa sonrisa que os describí antes... No tiene fuerzas para nada, apenas come, no le queda mucho tiempo, pero me dio la mejor de sus sonrisas, energética y sentida. No sé cómo explicaros cómo me sentí en ese momento pero os aseguro que me alegró muchísimo. Aún sabiendo lo poco que le queda y lo malo que venía, me alegró. Han pasado 7 meses desde que le traté y vive y no sólo eso, sino que no ha vuelto a sangrar y encima se alegró de que la doctora que le vio en la urgencia fuera yo!!!. No sé... algo tan simple y sencillo como una sonrisa y el hecho de verle vivo después de todo este tiempo consiguió que, aunque la guardia fuera mala, (no paré, me encontré sola con varias cosas a la vez y de momento no puedo duplicarme ni triplicarme...), no me importara, la sobrellevé mucho mejor de lo que pensaba gracias a ese gesto, de esa persona, a primera hora de la mañana.

Estas cosas me hacen ser feliz con lo que hago, me compensan los malos ratos y me recuerdan por qué soy médico, por qué no lo dejaré nunca aunque tenga mis flaquezas... y recordarlo en este momento, ha conseguido que el día termine con una sonrisa.


"Una sonrisa significa mucho. Enriquece a quien la recibe; sin empobrecer a quien la ofrece. Dura un segundo pero su recuerdo, a veces, nunca se borra."

sábado, 31 de julio de 2010

Mi opinión sobre la comunicación con los pacientes y sus familias


Hace tiempo que estoy intentando escribir este post y, aunque son varias las veces que lo he comenzado, no he conseguido centrarme hasta ahora. Espero que salga algo decente...

La comunicación del médico con el paciente y su familia, especialmente cuando las cosas no van bien y hay que dar malas noticias, puede llegar a ser complicada y me gustaría contaros mi punto de vista formado con mi excasa experiencia de algo más de 3 años...

El dar malas noticias es algo, por desgracia, demasiado frecuente en mi especialidad, a lo que tengo que enfretarme diariamente. Por si no lo sabéis ya, soy MIR 4 de Oncología Radioterápica y, aunque ahora empezamos a ver pacientes con tratamientos curativos, durante el pasado año y medio he visto muchos con tratamientos paliativos, es decir, tratamientos para mejorar la calidad de vida del paciente pero que no les curan ( les quitamos el dolor, cortamos sangrados que no se pueden resolver con cirugías u otros procedimientos, en ocasiones mejoramos su situación neurológica cuando aparecen metástasis cerebrales... pero no les podemos "curar"). Estos pacientes son especiales, de los más agradecidos en el mundo de la medicina. Aunque no sepan a ciencia cierta que lo que tienen no tiene solución (muchos no quieren "saberlo" u "oirlo" directamente), se lo imaginan y cuando les recibes con una sonrisa, les explicas amablemente y de forma comprensible lo que les vas a hacer y con qué fin, se ponen en tus manos con los ojos cerrados dispuestos a que hagas todo lo que creas conveniente por ellos.

Volviendo al tema (los pacientes paliativos me darían para otro post), cuando uno tiene que informar al paciente, centrándome en una especialidad como la mía, se encuentra con varios tipos de pacientes y familias:

1. El paciente que pregunta por lo que tiene, las posibilidades de tratamiento, el pronóstico... acompañado de una familia callada, que os deja hablar sin intervenir o haciéndolo en caso de dudas pero nunca os interrumpen:
Este para mí es el caso ideal, es muy fácil hablar con ellos y no sueles tener ningún problema a la hora de darle cualquier tipo de información. Claro está que cuando las cosas van mal y no se le pueden ofrecer nada más que tratamientos sintomáticos siempre es difícil...

2. El paciente callado, con la familia (normalmente su mujer o uno de sus hijos) que no para de hacer preguntas. (Sí, curiosamente, cuando la paciente es la mujer el marido siempre suele estar muy callado y ser ella la que pregunta... pero si el paciente es él casi siempre acaba hablando ella... ;))
Este caso es muy frecuente y normalmente tampoco se tiene ningún problema porque, aunque bromee con lo de la mujer que no deja hablar al marido, es cierto que cuando ésto pasa suele ser porque él quiere que sea así, se encuentra en cierto modo "bloqueado" con todo lo que le está pasando y prefiere que ella pregunte y, como no paran de decirme cuando hablo con ellos solos: "Dígaselo a mi mujer que es ella la que se entera y lleva todo". Mencionar que en el caso de los "abuelitos" prostáticos (encantadores todos ellos) es muy frecuente que no se enteren de nada. Les cuentas todo despacio, de la forma más sencilla y comprensible posible y cuando has terminado y les preguntas: "¿Alguna duda?" Ves cómo se quedan paralizados, con cara de no haberse enterado de nada pero no te lo dicen, sino que asienten como si hubieran entendido todo. A veces vienen solos, a vienen con su mujer que tampoco se entera... con lo cual te toca repetirles las cosas varias veces durante el tratamiento. Menos mal que suelen ir bien... Porque cuando las cosas van mal en este caso les cuesta mucho entenderlo, es difícil decírselo y, aunque finalemente consigues hacerlo de la forma más suave posible, te cuesta mucho trabajo. Este caso podría decirse que es el tercero:

3. Pacientes que no se enteran de nada (predominantemente gente mayor), saben que tienen un "tumor", "algo malo" o, mejor dicho, "algo que no es bueno" y tardan en asumir lo que les dices e incluso hay veces que no se enteran o prefieren no enterarse.
Añadir que en estos casos, al ser predominantemente gente mayor, gente que ha superado la esperanza de vida hace tiempo, que ha perdido hermanos, hijos, amigos... Ya tienen asumido que de algo tienen que morir y llevan bastante mejor este tipo de enfermedades. Le quitan hierro al asunto no dándole importancia a lo que les pasa y es aquí donde, por "culpa" del médico, de sus familiares... muchas veces nos encontramos con el ensañamiento terapeútico que tan poco me gusta. Por "complacer" a su familia, a su médico que le aconseja intentarlo..., se meten en un círculo vicioso de idas y venidas a la urgencia del hospital, ingresos... A mi modo de ver, todo un infierno por uno o dos meses de vida. Pero ¡¿qué vida?! No tienen calidad de vida y para estar así... en fin, otro tema que me tiene muy quemada y también daría para otro post entero.

4. Pacientes que, aunque quieren saber lo que les pasa, tienen una familia que: O bien antes de pasar a consulta se adelantan y te dicen susurrando que el paciente "no sabe nada". O bien, no les da tiempo a "pillarte" antes y cuando empiezas a hablar con el paciente, a preguntarle, te hacen gestos desde su posición detrás de él/ella o, si están sentados a su lado y el gesto puede ser demasiado cantoso, te miran con unos ojos... indescriptibles! (parece que si se te ocurre mencionar la "palabra" o decir lo más mínimo sobre la gravedad de su enfermedad te va a fulminar un rayo en ese mismo momento como castigo divino! Es increíble pero cierto...)
Este tipo de casos, a mi modo de verlo, son los peores. Tengo muy claro que el paciente tiene todo el derecho del mundo a saber lo que le pasa y a preguntarte lo que quiera pero, cuando se lo dices... ufff! Te caen unas! No llevan razón pero aún así te "regañan" te echan en cara que por tu culpa el paciente (su padre, su madre, su herman@, su marido...) va a llevarlo todo peor, se va a deprimir y le va a costar más superarlo... En fin , de todo. Y yo no digo que cuando notas que el/la paciente no quiere nada más que lo justo (como que vas a tratarle lo que le produce el dolor para quitárselo y que no precise tanta medicación...) le digas que tiene un cáncer de lo que sea que está muy extendido por todo el cuerpo y ya no se va a curar haga lo que haga. Eso no son formas y es cierto que podemos llegar a hundirles. Pero si el paciente te pregunta concretamente por lo que tiene, su pronóstico, te dice cosas como "Es malo, no?!" tienes que decírselo, no puedes ocultarle lo que le pasa porque su familia no quiera que lo hagas. Acaso se piensan que si no les dices nada nunca se enterarán? No son tontos ni mucho menos y saben perfectamente que algo les pasa, que las cosas no van bien... En fin, nunca entenderé esa postura, esa "sobreprotección" que me parece que no les hace ningún bien...

El caso es que llegado el momento de decir que no hay nada más que hacer, es el final, uno se encuentra con situaciones bastante difíciles. A nadie le gusta decir "Ya no podemos ofrecerle más tratamientos porque no están sirviendo de nada" y menos aún que "Es el final y para que deje de sufrir vamos a sedarle"... Esta última situación te la encuentras con frecuencia en las guardias y es una de las culplables de que cuando acabas salgas destrozad@ al día siguiente... :( Cuando el paciente empeora de madrugada, sin su familia presente, algo que tengo muy metido desde que pasó lo de mi padre es que antes de hacer nada llamen a su familia para que venga con la mayor brevedad posible. He vivido ese tipo de llamadas en primera persona y sé lo angustiosas que son. Se pasa fatal, parece que nunca llegas al hospital, que no vas a llegar a tiempo para "despedirte", pero se llega, en estos casos se suele llegar y, aunque se pase muy mal y sientas que se te cae el mundo encima, merece la pena. Yo lo agradecí mucho. Mi caso fue algo distinto porque estaba en la UCI, aguantó una semana más y cogí un miedo terrible al teléfono (el ser la médico de la familia tiene sus inconvenientes...) pero aún así siempre les estaré agradecida. Espero hacer bien actuando así...

Ufff! Siempre acabo emocionándome, lo siento! Para terminar deciros que personalmente siempre intento ser cercana en estas situaciones, no escatimo en abrazos si noto que la persona a la que le estoy informando está sola y lo necesita. Les dedico todo el tiempo que puedo y, aunque a veces me suponga pasar un mal rato, implicarme demasiado, no sé, si con esa actitud consigo hacerles un poco más llevadero el momento, me alegro. A lo mejor debería guardar más las distancias, lo sé, pero no me sale... :S (tiempo al tiempo?!)

Pero bueno, he de decir que no todo son malas noticias, también hay buenas noticias!!! Y esas valen tanto la pena que por eso no podría dejar nunca la medicina! Contaros que el otro día tuve el placer de darle el resultado de una prueba negativa a una paciente que tenía revisión de un sarcoma. No veas qué cara se la quedó al oirme que todo estaba bien, que no había tumor por ningún sitio! Cuando me sonrió y suspiró de alivio me sentí tan feliz! En fin, me alegré muchísimo, de una forma difícil de explicar pero os aseguro que por esos momentos, aunque sean pocos, merece la pena pasar los malos... ufff!

Lo que empezó pretendiendo ser un post sobre la comunicación con el paciente y su familia, ha acabado siendo una mezcla de todo... Prometo intentar no liarme tanto en futuros post.

"En tu relación con cualquier persona, pierdes mucho si no te tomas el tiempo necesario para comprenderla"
Rob Goldston



sábado, 19 de junio de 2010

Mi padre




Hace tiempo que quiero escribir algo sobre mi padre pero no he conseguido hacerlo hasta ahora porque, aunque escribir me gusta, no es uno de mis fuertes y tengo la sensación de que no estaré a su altura. Aunque él fue una persona relativamente importante para mí sólo era mi padre. Nada más y nada menos que mi padre. Nunca pensé en él como "Juan Muñoz", sino como "papá". Es más, ahora que no le tengo, cuando pienso en él, en cómo le traté... creo que cambiaría muchas cosas...

Desde que en el 2002 le diagnosticaron una enfermedad de las de palabra innombrable, tuvimos malas épocas, muchos ingresos en el hospital con idas y venidas a la urgencia, varias operaciones... en fin, años duros que, si bien fue superando como el gran luchador que era, finalmente se le llevaron, y la que acabó con él no fue la enfermedad inicial, sino una complicación de la misma. Murió habiendo superado una de esas enfermedades que tanto está presente en mi día a día... Pero a veces las cosas pasan así, algo que se te hizo para superar un bache acaba terminando con tu vida... :(

Fue gracias a él que decidí hacer Medicina y no Fisioterapia. Había hecho la selectividad y recuerdo que acababan de darme las notas. Tenía posibilidades de acceder a las dos y no sabía por cuál decantarme, me gustaba mucho la Medicina, el estudio de las enfermedades, la idea de curar y ayudar a la gente me encantaba, pero eran tantos años... Así que él me dijo: "Teresa, si te gusta la Medicina, no dejes de hacerla por los años que son. La vida del estudiante es la mejor, no lo dudes". Sé que a él le hacía ilusión que fuera médico y a mí me gustaba mucho así que, ¿por qué no? Ahora resulta que en unos meses habré acabado la residencia y por fin seré médico especialista. Me parece increíble, ¿quién me lo iba a decir hace 10 años?

El caso es que durante esos años de enfermedad y altibajos de mi padre, era estudiante de medicina, estaba en 2º cuando empezó todo y lo creáis o no, siempre fui una ilusa en todo este tema. Siempre positiva, nunca podía ponerme en el peor de los casos sino todo lo contrario. Eso tiene sus ventajas, animas a cualquiera, principalmente al enfermo (algo fundamental en estas ocasiones) Pero tiene un gran inconveniente y es que te llevas palos muy gordos... En fin, soy así.

Lo peor de todo es que ahora que lo miro todo con perspectiva veo que no le dije lo suficiente cuánto le quería y admiraba . Él luchó lo que no está escrito y superó mil baches con tal de verme terminar la carrera. Mis hermanos son mayores y tenían sus vidas relativamente "arregladas", con sus trabajos y familias. Pero yo, la peque de la casa, acababa de empezar Medicina y me quedaba mucho para tener algo solucionado. A posteriori me enteré de que, cuando en el 2002-2003 pasó sus malos momentos, con días que parecía que no iba a salir, llegó a "pedir" por vivir hasta que yo acabara la carrera y empezara una especialidad (no era un creyente de los creyentes con mayúsculas pero siempre tuvo mucho aprecio a la Virgen de mi pueblo, la Virgen de la Soterraña, y cada vez que se enfrentaba a una nueva operación, un nuevo ingreso... le rezaba una salve). Aguantó, luchó y me vio empezar la especialidad. De él he aprendido muchas cosas de cara a las enfermedades, los pacientes y el modo de llevarlo todo. Yo sé que ante una enfermedad, la actitud del enfermo es fundamental, si uno lucha puede llegar a superar muchos malos momentos. Ahí está mi padre que lo demostró y por eso le quiero aún más, si cabe. Cuando en Enero del 2008 ingresó para no salir hasta el día 11 de Mayo, en el que falleció, nos dejó claro que iba a hacer todo lo que fuera posible por salir adelante, pero que cuando uno lleva tanto trote encima el cuerpo no aguanta lo mismo. Cuando el ingreso se prolongaba y no daban con la causa de todo llegó a escribirnos una carta muy emotiva donde nos ponía, entre otras cosas :

"ESTOY TRANQUILO. Creo que lo que tengo tiene gravedad pero lucharé como siempre, quizá con menos fuerzas (...) Todos tenéis que saber que creo que he tenido una vida intensa, a veces liada, pero ante todo OS HE QUERIDO. Que siempre habéis sido los primeros en todo y para todo".


Leer estas palabras cuando todavía vivía desató en mi una bronca monumental hacia él. Cómo podía decir esas cosas si iba a salir?!!!! No se lo permitía y se lo dejé claro. Como podéis imaginaros no volvió a decirme nada. Al final se supo la causa de todo y le operaron, pero él llevaba 2 meses ingresado y estaba más débil de lo que debería para abordar una operación de ese calibre por lo que finalmente se complicó. Los que me conocéis sabéis cómo fue todo. Los que no, supongo que podréis haceros una idea. No fueron buenos momentos y, muy a mi pesar, resultó que su presentimiento era cierto... me equivoqué y al final le perdí...

Pasada su muerte empezaron los pésames, los reconocimientos de la gente que le conocía, de sus compañeros, amigos, alumnos... y los artículos sobre él. Todo el mundo que le había tratado un poco más quería dejar constancia de ese sentimiento y yo siempre se lo agradeceré, entre otras cosas porque me permitieron conocerle mejor. Más que nada porque, como os he dicho al principio, él era mi padre y no Juan Muñoz. Nunca le había dado toda la importancia que tenía a lo que él hacía. Es más, aparte de catedrático y Maestro, estuvo metido en el mundo de la política y eso a mí nunca me gustó. A él le encantaba y era de los políticos que marcan la diferencia, con una forma de ser que le hizo ganarse el respeto tanto de la izquierda como de la derecha. Pero a mí no me gustaba, recuerdo que de niña llegué a temer en más de una ocasión por que le pasara algo malo... (imaginaros por qué...), tanto que nunca decía quién era y qué hacía realmente. El caso es que ahora que no está y he visto y leído todo lo que pensaban de él, me siento llena de orgullo y lamento no habérselo demostrado todo lo que debía en vida.

Leer cosas como:

"Juan era de esas personas que siembran la semilla del aprecio a su paso. Era de esas personas que no extreman sus intereses, que siempre tienen en cuenta al otro. Era de una generosidad excepcional tanto en lo profesional como en lo personal. Fuimos muchos los que contamos con su ayuda y apoyo en multitud de ocasiones. Por todo lo que nos donaste, gracias, maestro. Muchas gracias, amigo." J. Argüelles. El País, 12 de Mayo del 2008

"Era un trabajador incansable, amante de la investigación. La elaboración de fichas era su mejor herramienta de trabajo, para lo que leía, leía y anotaba. En estos últimos días de su estancia en el hospital tuve la oportunidad de comprobar cómo seguía elaborando fichas sobre la participación de la mujer en las grandes organizaciones. Genio y figura hasta el último día no le faltaron"
J. L. Gordo, El Adelantado de Segovia, 14 de Mayo del 2008

"Fue Juan A. Muñoz García trabajador incansable, analítico riguroso, serio no exento de fina ironía, leal. Amigo de sus amigos. Respetuoso y tolerante con quienes no coincidían con sus ideas, reflexiones o planteamientos. Humilde con los humildes. Fuerte y agrio con los arrogantes. Brillante conversador. Defendía con tanta vehemencia sus convicciones que algunos pensaban que era sobervia. Lo que realmente era, es: Maestro." M. Agudíez Calvo, El Adelantado de Segovia, 16 de Mayo del 2008

"Su vida ha tenido la plenitud que él deseaba, además de la alegría de gozar con la familia y con los amigos, Juan Muñoz consiguió la armonía de un sabio clásico: su pasión por la investigación histórica, se unía inteligentemente con su compromiso político. Lo único que le ha faltado es algo más de tiempo. Se ha muerto con poco más de 70 años, con una lucidez que le permitía hacer planes sobre nuevos proyectos intelectuales, planes con los socialistas de Segovia, y planes, al final, para elegir hasta la música de su funeral (...) Sencillamente: Juan Muñoz fue un referente para la gente de izquierdas de este país, y le echaremos de menos cada vez más." J.J. Laborda , Diario de Burgos, 15 de Junio del 2008.

Juan Muñoz, "predilecto" El homenaje que todo el PSOE realizó ayer a Juan Muñoz, el histórico dirigente socialista segoviano, fallecido apenas hace un mes, mostró que Muñoz no sólo era "hijo predilecto" de su localidad natal, Santa María de Nieva, sino de todo el socialismo y, con ello, de la historia. Como afirmó Alfonso Guerra: "La Historia de España es imposible de construir sin el socialismo" y, como remachó Óscar López: "La Historia del socialismo Segoviano es imposible de construir sin Juan Muñoz". Socialista de 'entonces', cuando la voz y la palabra estaban amordazadas o autocensuradas, Muñoz expresó sus convicciones en multitud de artículos en Triunfo o Cuadernos para el Diálogo, además de publicaciones editoriales de denuncia contra la oligarquía franquista. Honesto, erudito, desprendido, armónico y valiente, Muñoz era un referente que, desgraciadamente, hemos perdido. El Mundo, 18 de Junio del 2008.

Hacen que me sienta muy orgullosa de él, además de ser un gran padre, el mejor que podía tener, fue una gran persona, un "Maestro" para muchos... y... uf! Ahora acaban de publicar un libro-homenaje titulado:

Homenaje a Juan Muñoz. Ensayos y semblanzas.


Se trata de un libro que han escrito, principalmente, entre varios compañeros y alumnos suyos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UCM, donde fue Catedrático de Economía Aplicada, aunque también han intervenido otras personas. Desde que llegó a mis manos el jueves pasado, no he parado de leerlo. Voy buscando las referencias más personales, ya que tiene mucho de Economía que me supera, aunque me parece muy interesante (si me viera estudiándole... alucinaría. Sé que le haría mucha ilusión, de hecho, cada vez que me interesaba por algún libro, por algún disco de música clásica, cuando empecé a pedirle cosas de ópera... le faltaba tiempo para buscarme todo lo que tenía y dármelo... Así era él, generoso, siempre pendiente de los suyos, y ni qué decir tiene de mí, que era su niña! )

En el libro dicen muchas cosas buenas de él, por mencionar algunas:

" A pesar de ser uno de los más prestigiosos investigadores en el área del poder económico, Juan Muñoz fue siempre una persona humilde, sencilla, generosa, entregada, cercana a los estudiantes. Sus clases eran provocadoras, lo que motivaba a sus alumnos a pensar, a cuestionarse el mundo que les rodea, a formarse, en definitiva, como personas críticas. Era también un gran discutidor, y con aquellos que empezaban su carrera como profesores universitarios compartía gran parte de su tiempo, tanto dentro como fuera de la facultad, para debatir sobre autores y teorías. Para mí, como para muchos otros que tuvimos la suerte de conocerle, Juan Muñoz, con quien siempre he mantenido un contacto estrecho y relaciones frecuentes, fue un referente en mi formación científica, profesional, universitaria y también humana.
Este libro, publicado por Editorial Complutense, pretende ser un homenaje universitario a este gran investigador, de parte de todos aquellos que le hemos conocido, que le hemos disfrutado, que hemos contado con su apoyo, y que sin duda alguna siempre le recordaremos"

Carlos Berzosa Alonso-Martínez. Rector de la UCM

"Él valoraba lo que yo le traía de la vida real, las variaciones constantes del mapa mediático, analizábamos juntos las razones que motivaban aquellos cambios y, cuando hacía falta, empequeñecía algunas exigencias desmesuradas de algunos profesores que viven en una campana de vidrio más bien distante de la realidad de cada día. Y es que Juan Muñoz era un doble lujo, por su capacidad intelectual, y por su conexión directa con el paisaje económico del país (...) A veces pienso que en este país siempre llegamos tarde a los reconocimientos. Sostiene el abogado y empresario Antonio Garrigues Walker que " España no sabe dar las gracias. Las da tarde y casis siempre mal". Tiene toda la razón. Ójala hubiéramos escrito estas líneas y todas las que ahora le dedican alumnos, compañeros y amigos, en un tiempo que todavía hubiera podido leerlas. Nos consuela pensar que, con toda probabilidad, cualquier cosa que ahora digamos de él ya la habrá adivinado en nosotros." Manuel Campo Vidal.

"Aprendimos mucho viendo trabajar a Juan Muñoz con las fichas y lo que hacía en todo momento y lugar, pues, es sabido que el trabajo vocacional y riguroso de investigación es permanente, incesante, a todas horas, en todo momento y lugar, incluso durmiendo.(...) Juan Muñoz nos permitió a Pedro Arias, al que suscribe, etc., poder conocer, poder colaborar en los trabajos que estaba haciendo, en las publicaciones que estaba preparando, que eran varias y que darían lugar a la edición de libros, informes, artículos, etc. Y, mismamente (por utilizar un término que empleaba mucho Juan) eso fue para nosotros de gran ayuda e importancia en nuestra formación. (...) Como se ve, Juan Muñoz, de forma sencilla y cotidiana, nos había iniciado, con gran generosidad y muy positivamente para nosotros, en el trabajo científico más productivo y adelantándose a Pierre Bourdieu, profesor de Collège de France y uno de los sociólogos más prestigiosos y conocidos del mundo." Miguel Cancio.

El libro acaba con un capítulo escrito por uno de sus mejores amigos, Julio Argüelles, que termina el mismo de la siguiente manera:

"Ya, por último, en el plano más estrictamente personal, Juan Muñoz era un hombre de extraordinarias cualidades. Era cercano, sencillo, sensible, y siempre presto para ayudar en lo que fuera menester. La generosidad quizás fuese el rasgo que mejor le definiese. Nunca se dejó seducir por los excesos ni las desmesuras, era desinteresado y desprendido y siempre fue consciente de que su vida tenía que desenvolverse en convivencia con otros y preservando la dignidad de todos. Hizo todo lo que estuvo en su mano, profesional y personalmente, por hacerlo posible. Es éste un legado que le tendremos que agradecer siempre. Su brillante y honesta trayectoria profesional y el ejemplo de su vida personal merecen el respeto y el agradecimiento más sincero."

Después de todas estas menciones, de todas estas palabras dirigidas a mi padre, qué más puedo decir. Me gustaría llegar a parecerme un poco a él. Sé que nunca estaré a su nivel, pero con quedarme con un poco de esa generosidad y sencillez que le definían me daría con un canto en los dientes. Gracias a él soy la médico que soy. La experiencia que viví durante esos años de estudiante me marcó y creo que para bien (a lo mejor por eso tiendo a implicarme demasiado, pero sé que hay ciertos momentos en los que se agradece tanto un poco de humanidad y cercanía que no quiero cambiar. A veces lo pasaré mal, pero si con eso consigo que se lleven un poquito mejor creedme cuando os digo que me compensará con creces).

Ahora sí, para terminar un post demasiado largo pero a la vez corto para expresar todo lo que fue mi padre para mí, para sus amigos, compañeros, alumnos... quería poneros una cita que le dedicaron en uno de los artículos que se publicaron tras su muerte:


"Cuando me muera, amigo mío,
sea yo el niño, el más pequeño.
Cógeme en brazos
y llévame adentro de tu casa.
Desnuda mi ser cansado y humano
y acuéstame en tu cama,
y, si despierto, cuéntame historias
para que vuelva a dormirme.
Y dame sueños tuyos para que yo juegue
hasta que nazca cualquier día"

El Guardador de Rebaños
Fernando Pessoa





lunes, 24 de mayo de 2010

La importancia de trabajar en equipo


Como ya sabéis, desde hace una semana me encuentro rotando en Radiofísica y, aunque admito que empecé la rotación con cierto temor a lo que me exigirían (a pesar de ser R4 mis conocimientos en Radiofísica dejan mucho que desear... :S), me he llevado una grata sorpresa y la rotación está siendo muy positiva para mí:

Lo primero de todo es que estoy conociendo mejor a mis compañeros los radiofísicos, tanto a los adjuntos como los residentes, y esos que en cierto modo "me imponían" a la hora de pedirles que se dieran prisa en la planificación de un tratamiento de un paciente paliativo, me sacaran unos tiempos... ahora han pasado a ser para mí grandes personas, agradables, dispuestas a echar una mano siempre que pueden.

Aunque con los residentes últimamente ya tenía algo más de contacto, ahora éste es mucho mayor y desde el primer día están muy atentos conmigo, explicándome lo que hacen y, a la vez, preguntándome sobre la clínica y las cosas que veo yo en mi día a día como médico. Nos complementamos y, como os dije el otro día, lo que para ellos eran números de historia, ahora empiezan a ser personas. Por poner un ejemplo, hoy, mientras trabajaban en el tratamiento de un paciente con un cáncer de lengua que iba a recibir radioterapia adyuvante, he cogido la historia del paciente y he empezado a comentarles. Me he imaginado cómo sería ese paciente, cómo estaría por la exploración física que describían en la historia y se lo he descrito. Mi pequeña aportación les ha hecho verle más humano y desear que se cure con más ganas, de hecho a pesar de que se trata de un tratamiento complicado, que les está costando mucho trabajo planificar, creo que ahora lo van a coger con más ganas.

También les estoy dejando algún libro básico sobre medicina para que lo lean por encima y me he ofrecido a enseñarles la toxicidad de la radioterapia en pacientes en tratamiento. Creo que para ellos podría ser muy útil y les ayudaría con las planificaciones.

Por mi parte, gracias a la rotación he cogido más confianza con ellos y sé que de ahora en adelante, cuando tenga que ir a Física a pedir algo, dejar un tratamiento... lo haré de otra forma. A la hora de "pintar" los tratamientos para que ellos los planifiquen me solidarizaré más con ellos e intentaré no pedirles "imposibles" (al menos, siempre que sea factible...)

Eso en cuanto a los físicos, pero en mi caso en concreto, también es muy importante la relación con los técnicos de radioterapia (que están en las máquinas de tratamiento, en el TAC de planificación...). Son imprescindibles a la hora de buscar un hueco en la máquina, tratar al paciente, ver cuál es la mejor postura para colocarle en el TAC de planificación que les hacemos para diseñar el tratamiento...

Hablando del trabajo en equipo en mi caso no puedo dejar de nombrar a las enfermeras, necesarias e importantísimas en nuestro día a día. Ellas son las que tienen un mayor contacto con el paciente y, si son veteranas, muchas veces consiguen solucionar las pequeñas incidencias que puedan existir durante el tratamiento. Saben cuando es necesario que vea al paciente un médico y cuando no lo es, te orientan sobre lo que le pasa y eso nos facilita mucho nuestro trabajo . Si ya me meto en el tema de la urgencia, la planta... su importancia es, si cabe, mayor. En más de una ocasión me han ayudado en las guardias, al pasar la planta... y eso es algo que siempre les agradeceré. De hecho, cuando uno está de guardia con un adjunto para más de 60 habitaciones dobles y la urgencia de un hospital tan grande como el Gregorio Marañón, si hay una buena enfermera de por medio las cosas pueden ir y, de hecho van, mucho mejor.

Hay otras muchas personas importantes en mi día a día como médico, pero por no liarme más quería destacar la importancia de la relación con los otros médicos, tanto de tu especialidad como de las otras especialidades. Por suerte en mi caso la relación con mis compañeros del servicio es muy buena y, siempre que tengo una duda, no tengo ningún reparo en consultarles. En cuanto a los demás especialistas, su apoyo, si bien es importante siempre (la relación interdisciplinar en los me es fundamental si uno quiere que las cosas vayan bien), en la urgencia para mí es fundamental. Cuando me encuentro sola, con un paciente complicado que está malito, sin mi adjunto... y tengo dudas sobre qué hacer, no me lo pienso dos veces y acudo a mis compañeros de interna o al especialista que considere más apropiado en cada caso y se lo comento. Y siempre, siempre, me han echado la mano que he necesitado.

Luego están las auxiliares, los sanitarios... Son tantas las personas que hacen que mi día a día en el hospital sea mejor que no puedo mencionarlas a todas en un post. A todos ellos les estoy agradecida porque, si bien es cierto que todo el mundo puede tener su mal día y no hacerte caso o ponerte una mala cara en un determinado momento, si tú en vez de pensar "paso, que le den", le pones una buena cara, lo dejas pasar y se lo dices cuando notas que está más receptivo, ves cómo te ayuda en lo que necesitas y si en otro momento eres tú el /la que está agobiad@, o tiene un mal día... él/ella te ayudará a tí . No es que sea la regla de oro, pero suele cumplirse, al menos en mi caso, (¡anda que no me han animado o ayudado a mí veces! :) )

En fin, con todo esto quería resaltar la importancia de trabajar en equipo. A raíz de la rotación de física es algo que tengo mucho más presente y quería compartirlo con vosotr@s.


"El espíritu de equipo es


la habilidad para trabajar juntos
en vistas a una meta común.

La habilidad para encaminar
los logros individuales hacia objetivos corporativos.

Es el combustible que permite a la gente común
alcanzar objetivos pocos comunes."

(Andrew Carnegie)


"Lo más hermoso del trabajo en equipo es
que siempre tienes a otros de tu lado"

(Margaret Carty)






jueves, 20 de mayo de 2010

Una reflexión

Esta mañana ha pasado algo que me ha hecho pensar y plantearme varias cosas.

Como os dije en mi anterior entrada, estoy rotando en Radiofísica durante 2 semanas y ahora he dejado mi labor como médico por un tiempo para ser "radiofísica" y ver las cosas desde su punto de vista.

El caso es que hoy, estaban calibrando uno de los aceleradores de tratamiento cuando, una de las pacientes que estaba esperando para tratarse en otro de los aceleradores ha empezado a ponerse mala. Estaba quejumbrosa, adormilada... Enseguida ha llegado la adjunta que la lleva y han empezado a tomarla las constantes. Se encontraba hipotensa, taquicárdica, desaturada... en fin... muy pero que muy malita. Yo, que estaba en la sala de al lado, con los físicos y la calibración de la máquina, sólo oía a mi adjunta hablándola y a la familia llorando... No veía a la paciente, en ese momento de hecho ni siquiera sabía lo que pasaba, pero veía a sus familiares ir y venir, a mi adjunta pidiendo ayuda al sanitario para pasarla a la sala de al lado...

Quizás os parecerá raro, pero según iba pasando el tiempo yo me encontraba peor, más angustiada, mareada... Me veía impotente (de hecho sabía que no debía ir porque mi adjunta tenía ayuda de sobra y lo que menos necesitaba en ese momento era alguien más estorbando... ). Cuando ya no he aguantado más, he salido a que me diera el aire e informarme de lo que había pasado. Es entonces cuando me he enterado de que se trataba de una paciente muy joven (poco más de 40 años) con un cáncer de pulmón diseminado que estaba muy malita, tanto que no sabían si conseguirían pasarla a una habitación para que la familia pudiera estar con ella. El día anterior le habían visto en consulta para valorar la posibilidad de tratamiento radioterápico de una carcinomatosis leptomeníngea y, aunque mi adjunta le informó de lo malo del pronóstico a pesar de que se tratara y de que incluso cabía la posibilidad de que fuera a peor con el mismo, tanto ella como su familia querían agotar hasta el último cartucho y luchar hasta el final, por lo que hoy, en teoría, iniciaba el mismo.

Se trataba de esos pacientes con un gran apoyo familiar que, aunque precisan de una bomba de morfina y una serie de cuidados, se encuentran en seguimiento por el ESAD de área y viven en su casa. De ahí que viniera al tratamiento acompañada de toda su familia (cuando digo toda, es literalemente toda) y que cuando se ha puesto malita todos estuvieran agitados, sin saber qué hacer ni cómo reaccionar. Sabían que estaba malita, que el pronóstico era pésimo pero de ahí a estar preparados para el final hay un gran paso... Tan grande que dudo que nadie llegue a asumirlo por completo por mucho que se lo digan o lo sepa.

Cuando hablaba con uno de mis compañeros me decía: "Tere, no sé cómo no la han sedado ya. Está muy malita y para pasar un mal rato cuanto antes la seden mejor". Yo, que sabía que estaban intentando trasladarla a una habitación de las que tenemos en curiterapia para allí, una vez con su familia, ponerla todo lo que fuera necesario, no compartía su opinión. Para mí, mi adjunta estaba actuando muy bien no poniéndola ningún tipo de sedación mientras se encontrara en esa sala tan pequeña, sentada en uno de esos sillones hospitalarios que, aunque se recuestan son de lo más incómodos . Ya que esa sedación podía suponer su final y el llevarla a una habitación no ha supuesto más de 10 minutos.

Ella estaba adormilada, hipotensa, desaturada... sí, pero no se estaba enterando de nada, era la familia la que estaba sufriendo más al verla así y lo sé, pero también sé lo que se agradece poder estar en una habitación con tu padre, tu madre, tu tí@, tu herman@, tu abuel@, tu hij@... llegado el momento del último adiós. Y eso es lo que le decía a mi compañero, que si me pasara a mí, daría lo que fuera por poder estar al lado de él/ella, en una habitación acompañada de mi gente, de mi familia, agarrándole la mano en el momento del final.

Creo que eso es algo que no se paga con dinero y supone tanto (en mi experiencia personal tuve que decirle el adiós en una UVI, con 10 pacientes más, pero donde tuvieron el detalle de dejarnos pasar a mis hermanos, a mi madre y a mí, ponernos unos biombos y dejarnos estar todo el tiempo al lado de mi padre. De hecho no le quitaron la bomba de NA ni le subieron la sedación hasta que no llegó el segundo de mis hermanos y eso es algo que siempre agradeceré. Hubiera preferido estar en una habitación, sí, pero el hecho de haber podido darle la mano y llenarle de besos en su último suspiro es algo que no se paga con dinero y me siento muy afortunada por haber podido hacerlo).

El caso es que también entiendo la postura de mi compañero, veía sufrir a su familia y pensaba que eso era un sufrimiento innecesario. ¿Pero realmente era un sufrimiento para la familia esa espera a cambio de poder estar con ella, en una habitación, dándola la mano en su último adiós? Yo creo que no, ¿qué pensáis vosotros?

Como anécdota deciros que la historia tiene un final relativamente feliz. Y es que sí que está muy malita, y de hecho finalmente no van a tratarla con RT, pero al final resultó que estaba intoxicada con la morfina y con los sueros y un poco de naloxona se ha recuperado lo suficiente como para poder mandarla a su hospital de referencia y con un poco de suerte de ahí vuelve a su casa para morir allí rodeada de los suyos. No sé vosotros, pero yo firmaría por, llegado el momento, poder estar en mi casa, rodeada de mi gente.


miércoles, 19 de mayo de 2010

Un mes complicado

Hola de nuevo,

Como ya os dije en la última entrada, el mes de Mayo se planteaba complicado y no me faltaba razón. Está siendo un mes "anormal": a nivel profesional estoy viviendo muchos cambios, sobre todo noto la responsabilidad que trae consigo ser la Rmayor del Servicio (la frase "Eres la mayor" dando a entender que hay muchas cosas que debería saber y haber hecho, está a la orden del día), además, tengo varios trabajos por hacer, hemos tenido cambios en la distribución de los pacientes con varias charlas con los adjuntos de por medio y, aunque no voy a entrar en el nivel personal, también ahí está siendo un mes intenso y diferente.

La semana pasada fue mala por varias cosas y, aunque yo no me daba cuenta, al parecer mi cara lo decía todo (más de una vez me han dicho que se me nota mucho cómo estoy por mis gestos, mirada... y, a pesar de que siempre he mantenido que no hago ningún gesto ni pongo ninguna mirada "especial", al menos no intencionadamente, va a ser que sí...) El viernes pasado mis adjuntos hicieron una serie de cosas, me dieron una serie de refuerzos positivos que me hicieron saber que es así. Y la verdad es que se lo agradecí mucho, a lo mejor os parece una tontería, pero llegué a emocionarme. Necesitaba esos estímulos y gracias a ellos la semana terminó mucho mejor de lo que empezó.

Por último esta semana he empezado mi rotación en Radiofísica y lo he hecho asustada, estresada, con miedo a que me preguntaran y no saber ni entender nada. El sábado tuve guardia y el domingo me lo pasé intentando estudiar sin éxito, así que el lunes llegué sin saber qué hacer, qué decir, con quién ir... Pero, para mi sorpresa, todo ha ido mejor de lo que pensaba. Me han acogido con los brazos abiertos, están muy pendientes de mí, me explican cosas sobre los tratamientos, las planificaciones... y ahora les entiendo mejor. Los médicos "pintamos" los volúmenes de tratamiento y les decimos las dosis que queremos dar con unos límites que hay que respetar en los órganos de riesgo. Cuando uno no lo ve desde su punto de vista, a veces asume que todo es posible y no es así... ver cómo los diseñan me está haciendo hacer plantearme muchas cosas a la hora de pedirles algo y, a veces no nos queda otra, el tumor está donde está y no podemos cambiarlo, pero otras podemos cambiar un poco dichos límites y conseguir así que las planificaciones queden mejor. Además estamos teniendo una relación de total simbiosis y, aparte de estar conociendo mejor a los resis y adjuntos de radiofísica, les estoy contando cosas de la clínica que ellos desconocen y les viene muy bien saber. Como me decía hoy una de las residentes "Para vosotros los pacientes son personas con nombre y apellidos, para nosotros son nºs de historia. Nos viene muy bien que nos contéis estas cosas". Y me alegro, trabajar en equipo es lo mejor que se puede hacer.

Por otro lado, la parte positiva es que he aprendido que siempre hay que llevar la mejor de las sonrisas puesta. Me he llevado muchas malas caras, más de una vez he pensado en mandarlo todo a la mierda y dedicarme a otra cosa, responder en más de una ocasión... pero me he aguantado, lo he reflexionado y me he dado cuenta de que no merece la pena. Si se es amable, si no se salta a la primera de cambio sino que se piensa sobre por qué te han dicho o hecho algo en concreto acabas viendo que a lo mejor tenían su motivo. Puede que a tí no te falte razón, pero también puede que la otra parte tenga sus razones para haberse comportado así. Es más, si se equivoca suele acabar reconociéndolo y, si bien puede que no te pida perdón, sí que te trata bien y a la hora de hacerte un favor no lo duda. Al menos es lo que estoy viviendo yo y de ahí que esta mañana, haciendo mi labor de Rmayor con mi R2 que se incorpora al servicio el lunes que viene, le he aconsejado que se tiene que pensar las cosas dos veces antes de saltarle a un adjunto, técnico, enfermera, físico... que a veces se quedará con las ganas, pero si no lo hace, puede que lo pase mal en varias ocasiones como me ha pasado a mí, pero a la hora de la verdad acabarán apoyándole, animándole y echándole una mano cuando lo necesite. Y por supuesto él, más majo, me ha dicho "Tere, si a tí te aprecian". En fin, sin palabras, ¡es un encanto!

Así que por favor, no dejéis de sonreir nunca y ser todo lo amables que podáis. Tarde o temprano recogeréis vuestros frutos, de verdad.

Para terminar esta frase que me encanta:

"La vida es como un espejo, te sonríe si la miras sonriendo"

domingo, 9 de mayo de 2010

¡Gracias!

Hola a tod@s!

Después de un mes sin escribir nada por aquí, ha llegado el momento de retomarlo.

Últimamente estoy teniendo unos días complicados, llenos de altibajos y lo primero que quería hacer es agradecer a toda mi gente, tanto del mundo 1.0 como del mundo 2.0, el apoyo y los ánimos que me están dando. Tengo muchas cosas en la cabeza que no hacen más que atorarme y a veces no consigo centrarme... :( . Por suerte, poco a poco todo va saliendo y confío en que al final pase de la mejor forma posible.

Ya lo decía el otro día, Mayo siempre me gustó, hasta que hace un par de años pasó algo que hizo que perdiera parte de su encanto... :´( . El caso es que este año, no sé si porque tengo más responsabilidad en el hospital (es más, en teoría como R4 tengo que enseñar, ayudar, a mis peques, pero, ¿podrán aprender algo de mí?, a veces me planteo si podré enseñarles mucho...), tengo que preparar trabajos varios, organizar cosas y, sobre todo, me estoy dando cuenta de que a estas alturas es tanto lo que me queda por aprender... (en un año tendré mis propios pacientes y no sé si estaré preparada). Todo se me junta y, ¿qué pasa?, que acabo "explotando", desanimada, con ganas de dejarlo todo y desconectar. Pero ahí os veo a vosotros, mis amigos, que siempre estáis atentos, animándome cuando más lo necesito, ¡gracias!

La semana que viene no se plantea buena, entre otras cosas porque se cumple el 2º aniversario de la pérdida de alguien muy importante para mí y es inevitable echarle más de menos, si cabe. Encima tenemos "reuniones" que he de admitir me tienen un poco preocupada... pero bueno, ¡todo pasará! La vida sigue y como me decía el otro día mi adjunta después de haber visto una paciente joven que está teniendo varias complicaciones con el tratamiento: "Teresa, esta chica sí que tiene problemas y no tú ni yo". Y es cierto, muchas veces no valoramos la suerte que tenemos y magnificamos las cosas. Soy la primera que lo he dicho varias veces en el blog, pero no sé por qué tiendo a olvidarlo con cierta facilidad y me agobio... no puedo evitarlo y me da rabia. ¡Ójala pudiera cambiar en ese sentido! Sería mucho más feliz, lo sé. A lo mejor lo que me hace falta es cogerme ese año sabático al acabar la residencia para aprender lo que realmente merece la pena y volver siendo una Tere nueva, no sé... todavía queda un año para eso y pueden pasar muchas cosas, pero puede que sea lo que necesito.

En fin, esta entrada es principalmente para daros las gracias y ya lo he hecho, no quiero marearos más con mis dudas.

Para terminar os dejo una cita que le gustaba mucho a mi padre y quiero ponerla por él, espero que os guste:

"Tres pasiones simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por el sufrimiento de la humanidad" Bertrand Russell



jueves, 8 de abril de 2010

Reflexión sobre un tema delicado...


Esta mañana ha pasado algo que me ha hecho darle vueltas a un tema que considero muy delicado, difícil, con una gran diversidad de opiniones...: El aborto y, fundamentalmente, la nueva ley del aborto y todo el revuelo que ha traído consigo...

Respeto las opiniones de los demás, pero en este tema tengo una muy formada, sé que mucha gente no estará de acuerdo conmigo pero cuando pasan cosas como la que he vivido esta mañana me planteo qué pensarían aquéllos que llaman asesinos a los partidarios del aborto si se encontraran en la misma situación...

No voy a profundizar en lo que ha pasado pero, en resumidas cuentas, una pareja muy ilusionada con su primer hijo se ha encontrado con la peor de las noticias: El feto es inviable y no hay nada qué hacer. Sí, tal y como lo leéis, tiene más de 22 semanas y actualmente los médicos no pueden practicarle el aborto, es ilegal hasta que entre en vigor la nueva ley (creo que por julio) . Saben que el niño no puede vivir en esas condiciones pero aún vive dentro de su madre y tienen que esperar, ¿a qué? a que, con un poco de suerte, aborte espontáneamente... Ya que si no fuera así, el niño nacería, tendrían que intubarle y esperar a que muriera... Los ginecólogos confían en que muera pronto porque dadas sus anomalías no es previsible que viva mucho más, pero, ¿y si aguanta? No sé, cuando me he enterado de la noticia me he imaginado lo mal que lo debe estar pasando la madre. El hecho de saber que tu niño, el niño que llevas dentro no va a poder vivir... Se me pasan un millón de cosas por la cabeza y estoy convencida de que no me aproximo ni lo más mínimo a lo que estará sintiendo ella en estos momentos.

En esta situación lo mejor sería que le practicaran un aborto. Ni ella, ni su marido, ni su familia se encuentran preparados para tener y, lo más duro de todo, ver a un niño que saben que no puede vivir... En este caso los ginecólogos se lo practicarían sin dudarlo, pero no pueden, es ilegal. La nueva ley añade, entre otras cosas:

Artículo 15. Interrupción por causas médicas

Excepcionalmente, podrá interrumpirse el embarazo por causas médicas cuando concurra alguna de las circunstancias siguientes:
(...)
c) Cuando se detecten anomalías fetales incompatibles con la vida y así conste en un dictamen emitido con anterioridad por un médico o médica especialista, distinto del que practique la intervención, o cuando se detecte en el feto una enfermedad extremadamente grave e incurable en el momento del diagnóstico y así lo confirme un comité clínico.

Y os aseguro que en este caso el comité lo confirmaría sin ningún tipo de duda.

A raíz de este episodio me ha dado por pensar en la que se ha montado con la nueva ley del aborto y he recordado aquéllo que dijo el Arzobispo de Granada de: "tras la promulgación de la ley los sanitarios se ven sometidos a unas "obligaciones" parecidas a las que tenían los soldados bajo el régimen de Hitler o de Stalin, "o en cualquiera de las dictaduras que existieron en el siglo XX y que realmente establecieron la legalidad de otros crímenes, menos repugnantes que el del aborto".

Con el simple hecho de pensarlo me hierve la sangre!. Una de mis mejores amigas es ginecóloga y, como dice ella, tendría que ver él lo que hacen algunas mujeres y chicas para abortar... Se ve de todo. ¿No será mejor que tengan derecho a hacerlo de forma segura, sin poner en peligro su vida? Lo que está claro es que si quieren abortar, van a hacerlo.

Yo no digo que me parezca bien que la gente aborte porque sí y en vez de tomar medidas para evitar un embarazo no deseado, opte por la píldora abortiva o el aborto así como así. Pero parto de la base que nadie con dos dedos de frente haría algo así, el aborto no es plato de gusto y es algo que se hace tras pensarlo muy bien. ¿Que hay mujeres que no se lo toman así? Seguro, tiene que haber de todo, pero no es la norma y porque exista esta ley no puedo creerme que la gente vaya a empezar a hacer las cosas a lo loco (que no sólo hay niños no deseados, sino enfermedades que pueden llegar a ser muy serias!!! y, lo que es peor aún, fetos inviables que las madres tienen que tener...)

En cuanto a lo de que los ginecólogos se ven sometidos a unas obligaciones parecidas a los que tenían los soldados bajo el régimen de Hitler o de Stalin. Sin palabras...

Claro que lo de que matar a un niño indefenso, y que lo haga su madre " da a los varones "licencia absoluta, sin límites" de "abusar del cuerpo de la mujer" Se lleva la palma. ¡Qué barbaridad! Pero mejor no sigo con este tema porque lo de este hombre no lo entenderé nunca.

No quería ir tan lejos en el tema pero hay tantas cosas y opiniones que ni entiendo ni comparto. Me cuesta aceptar que haya gente capaz de pensar algo así, está visto que tiene que haber de todo. En fin, no quiero darle más vueltas porque si no no acabo nunca.

Sólo sé que el caso que os he comentado es un ejemplo muy claro de los que en un futuro se beneficiarán con la nueva ley. Ahora no puedo dejar de pensar en cómo se encontrará ella... Es muy duro, estoy convencida que le costará mucho superarlo. Confío en que finalmente el aborto sea espontáneo y el trauma sea algo menor...

Me quedaré con esta frase:
"Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes"
Kalhil Gibran


domingo, 28 de marzo de 2010

"La amistad" Francesco Alberoni


"... comparando la amistad y una forma de amor con la que a menudo se la confunde: el enamoramiento" 


"Aclaremos la cuestión mostrando que son dos fenómenos diversos por completo y opuestos en absoluto. El enamoramiento es un hecho, un suceso que tiene un comienzo definido. En su origen, en su estado incipiente se manifiesta como un fulgor, una revelación. En cambio la amistad no se convierte en tal mediante una sola revelación inicial sino a través de una serie de encuentros y profundizaciones sucesivas. Otra diferencia entre enamoramiento y amistad es que no existe un enamoramiento verdadero y otro menos verdadero. No hay distintos grados de enamoramiento: muchísimo, mucho, bastante, un poco. Si digo "estoy enamorado", lo digo todo. El enamoramiento sigue la ley del todo o nada. La amistad, por el contrario, tiene varias formas y varios grados. Va desde un mínimo hasta un máximo de perfección. La amistad puede ser pequeña, apenas un impulso del ánimo, o bien grande, grandísima. El enamoramiento es perfecto desde el principio. La amistad, en cambio, tiende al máximo. Cuando hablamos de amistad, tenemos siempre presente un ideal, una utopía.


Sigamos adelante con nuestro análisis. El enamoramiento es una pasión. En alemán, pasión se dice Leidenschaft. Leiden significa sufrimiento. Y es porque la pasión conlleva siempre el sufrimiento. El enamoramiento es éxtasis, pero también tormento. La amistad, en cambio, tiene horror del sufrimiento, y cuando puede lo evita. Los amigos se buscan para estar a gusto juntos. Si no lo logran, tienden a dejarse, a poner algo de distancia entre sí. Otra diferencia fundamental es que podemos enamorarnos de alguien sin ser correspondidos y no por ello dejamos de estar enamorados. El enamoramiento nace sin reciprocidad y va en su búsqueda. La amistad, en cambio, exige siempre, creemos, una cierta reciprocidad. No seguimos siendo amigos de quien no es nuestro amigo. Cuando está de por medio el enamoramiento es terriblemente difícil abandonar a quien se ama. Para liberarnos de un enamoramiento no correspondido debemos ejercer violencia sobre nosotros mismos, odiar al otro. Pero el odio por el amado es a su vez un sufrimiento, el más atroz de los sufrimientos. En la amistad, en cambio, no hay lugar para el odio. Si alguien odia a un amigo ya no es su amigo, la amistad termina.

En el enamoramiento se transfigura a la persona amada. Es a un tiempo ella y más que ella misma. El ser amado es doble. Es el ser concretísimo que tenemos ante nosotros y es la divinidad que lleva en sí todas las posibilidades del mundo, todo aquello que en él proyectamos. El ruego al amado es un grito desesperado. El amigo, por el contrario, no se transfigura.

Del amigo esperamos que comparta la imagen que tenemos de nosotros mismos o al menos que no se aleje demasiado de ella. Aun cuando su evaluación sea positiva, no debe ser exagerada. Si es muy favorable nos da la impresión de ser una adulación. Si es muy negativa y se aleja demasiado de lo que pensamos de nosotros no nos hace justicia y contradice por lo tanto una exigencia básica de la amistad. En una palabra, los dos amigos deben tener imágenes recíprocas similares, no idénticas, porque entonces no habría nada por descubrir, pero tampoco disonantes en exceso. Por eso esperamos de un amigo que no nos malentienda. Cualquiera puede malentendernos pero no un amigo. Si un amigo nos malentiende todo termina.

Se puede, pues, seguir enamorado de una persona de la que ignoramos si nos ha amado o nos ha engañado, de la que ignoramos si es buena o mala, si tiene sentimientos nobles o mezquinos. Y es en ese interrogarnos cómo era, que el amor se manifiesta. Aun después de muchísimos años, el amor sigue cuestionándose del mismo modo, deshojando una margarita. Desde el primer instante en que aparece, nos planteamos enseguida una pregunta que sólo puede responder la presencia de la persona amada que nos dice sí. Concluida esa presencia, cesa la respuesta y la pregunta se vuelve constante, obsesiva y angustiante. ¿No podríamos decirnos, como lo exigiría la razón, "qué nos importa"? En esto reside la opacidad del amor que ama algo que permanece siempre inasible porque su objeto es un devenir conjunto, un debe ser. Esta es la miseria del amor que sólo puede exigir y no puede frenarse en sus exigencias aun cuando el otro sea indiferente u hostil. Esta es la injusticia del amor que no sabe de méritos o deméritos y no premia a los buenos ni castiga a los malvados. El amor es sublime y miserable, heroico y estúpido, pero nunca justo. No se encuentra justicia en el amor sino en la amistad."

Este es un fragmento de "La amistad" de Francesco Alberoni, un libro que encontré estas navidades mientras hojeaba los libros de mi padre. Al abrirlo ví que tenía muchas cosas subrayadas por él y eso me hizo interesarme mucho más. Se trata de un libro que mí me ha hecho pensar mucho y admito que considero que está lleno de verdades, no me extraña que lo subrayara, ¡son tantas las citas que merecen la pena!. He elegido este fragmento como podría haber elegido cualquier otro, de hecho no descarto poner otro dentro de un tiempo. Espero que os guste.

Un saludo,

Tere