Mostrando entradas con la etiqueta tiempo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta tiempo. Mostrar todas las entradas

miércoles, 18 de julio de 2012

El paciente, el tiempo, el todo y la parte



Esta mañana he vivido algo que, a pesar de ser mucho más común de lo que debiera ser, no lo tenemos tan presente como deberíamos. 

Como médico especialista me encuentro con que son muchas las veces que me centro en "mi parte" del paciente y confío en que de lo demás se encargue el "director", que no es otro que el médico de familia (MAP). Él es quien mejor conoce el "todo". Sabe de su diabetes, su tensión, su esguince de tobillo, sus operaciones... y hace las derivaciones al especialista cuando es necesario. Pero, ¿acaso creéis que puede estar en todo? Por si tenéis alguna duda os respondo: No. Y no puede, entre otras cosas, porque carece de tiempo para atender a sus pacientes como debería. Pero ésa no es la única razón, no todos los pacientes acuden a su médico de cabecera cuando tienen un problema (la vía de ir al hospital de urgencias para irte con tu placa, tu analítica e incluso, tu RMN que tienes citada ¡en más de un mes!, se sigue usando demasiado). 

Además, y aquí viene la parte que me toca, cuando un paciente llega al hospital para estudio de algo como  un cáncer, puede suceder que el papel del MAP quede relegado a un segundo plano por el especialista, por el paciente, o por ambos, y pierda parte de su seguimiento hasta que todo se resuelva o estabilice. Muchas veces no es así y están al tanto de todo el proceso pero, volvemos a la primera razón, la falta de tiempo hace que confíen más en nosotros los especialistas en ese período.

Normalmente  las cosas se hacen bien y estamos pendientes de todo, o casi todo. Además de encargarnos de nuestro tratamiento y las pruebas que necesitamos, hacemos las derivaciones/interconsultas a otros especialistas cuando lo consideramos necesario o les remitimos al propio MAP para que controle alguna de sus patologías de base mejor que nosotros. Pero cuando ese enemigo llamado tiempo también juega en contra nuestra, nos encontramos viendo a nuestros pacientes con prisa, filtrando todo lo que nos cuentan en esos escasos minutos que tienen con nosotros y atendiendo sólo a lo que nos interesa. Es algo así lo que puede conseguir que lleguemos a lo que me ha pasado esta mañana:

Paciente de mediana edad diagnosticado de una lipomatosis múltiple a quien llevan años quitando lipomas benignos. En Octubre del 2011 al estudiar uno de ellos descubren que es maligno, un liposarcoma, le operan en Febrero y en Mayo llega a mi consulta para tratamiento con radioterapia postoperatoria por un borde positivo. Tiene pendiente la cirugía de un lipoma gigante localizado en el hombro que le dificulta el movimiento del brazo. Como le incomoda, la radioterapia ha de hacérsela con ese brazo colocado encima de la cabeza y una vez empezada no podría operarse, decidimos esperar a comenzarla nada más se recupere de la operación (que suponemos pronto). En Julio vuelve a mi consulta, y al preguntarle porqué no lo hizo antes me responde que le operaron a mediados de Junio (casi un mes más tarde de lo que pensábamos) y la cicatriz le ha dado problemas hasta entonces.

Ahora llega la sorpresa (o no tan sorpresa si pensamos en los tiempos que han pasado...): justo debajo de la cicatriz tiene un "bulto" de nueva aparición que si bien puede tratarse de un lipoma benigno, su localización nos hace pensar en lo peor. Ahora hay que identificar esa lesión antes de tratarle por lo que todo se retrasa un poco más. ¿Qué os parece?

Os aseguro que no estoy contenta sino preocupada, cruzando los dedos porque sea algo benigno pero intentando no ser demasiado optimista... Me he puesto en contacto con su oncólogo médico que le verá para pedir todas las pruebas que sean necesarias y le he dado una nota para su cirujano por si pudiera valorarle y biopsiarle la lesión si lo considera adecuado. Además, el paciente me llamará en cuanto sepa algo por no retrasar mucho la radioterapia.

El paciente, como os imaginaréis, está muy preocupado por los tiempos, comenta que no le han prestado mucha atención a la nueva lesión localizada debajo de la cicatriz y le preocupa que todo se retrase tanto que ya no haya nada que hacer. Le he explicado que la radioterapia podría dársela en cuanto la pusieran nombre y apellidos y podría ser de forma preoperatoria si la cirugía no se la hicieran hasta después del verano (vacaciones, menos quirófanos y el paciente no paraba de repetírmelo notablemente inquieto...)

Seguro que os preguntías qué ha pasado, cómo hemos llegado a ésto... y la respuesta es tan triste como que a veces, hasta en cosas tan serias como un cáncer, las cosas no van tan deprisa como deberían y a los propios médicos se nos escapan detalles importantes, muy importantes, por centrarnos en algo como puede ser la cicatriz de la operación más reciente sin mirar la anterior.

En este caso el MAP no tiene nada que ver, ha sido de esas veces en las que se le pierde el seguimiento por estar con los especialistas y porque el propio paciente acude a nosotros y no a él. Lógico, somos los que estamos tratándole sus problemas actuales, ¡lo tenemos que hacer bien!

Después de una entrada tan larga pero que no he sido capaz de abreviar (perdonadme), ¿qué conclusiones saco? Se pueden sacar varias, pero destacaría la importancia del MAP en el seguimiento de nuestro paciente siempre, sin olvidar que es un todo y no una parte (como llegamos a pensar a veces) y el tiempo, ese gran enemigo en nuestra consulta.

Sobre él y la importancia de los médicos de familia qué mejor que el tráiler del documental Seis Minutos:


Por supuesto que os contaré la evolución de mi paciente, que espero que acabe siendo buena ya que, por mucho que lo intente nunca pierdo el optimismo con ellos, mis pacientes.

jueves, 24 de mayo de 2012

Llegar a tiempo



Cuando elegí la oncología radioterápica como especialidad asumí que tendría pacientes que no se curarían, que irían mal por mucho que lo intentara y que podría pasarlo mal por ello. Pero si la escogí fue porque también sabía que habría otros muchos que irían bien, que se curarían y, si no era así, al menos conseguiría que mejoraran gracias a cosas tan importantes como puede ser que desaparezca su dolor.

Hoy, como ya he hecho en otras ocasiones, quiero compartir con vosotros dos de esas alegrías que sólo pueden darnos nuestros pacientes:

La primera es que he podido decir a un paciente que está en respuesta completa, que el tratamiento ha ido bien y ahora está bien. Vale, hay que continuar las revisiones, es pronto para decir "estás curado" pero esa respuesta completa, que ahora no tenga ni resto de su enfermedad es mucho para él, pero también para mí. Cuando lo he visto esta mañana ni os imagináis la alegría que me ha dado.

La segunda es que, un paciente con síndrome de compresión medular (incapaz de mover las piernas y con incontinencia de esfínteres) que llegó el jueves pasado a nuestro servicio derivado de forma urgente ha mejorado con el tratamiento y ahora puede mover las piernas, sostenerse y hacer pequeños movimientos por su casa apoyándose. No sé para vosotros, pero para mí es un mundo. Pensé que cuando llegó el jueves con esos síntomas nos encontrábamos ante una situación irreversible y que la radioterapia, aunque puede que le mejorara un poco el dolor que también presentaba, no le devolvería la movilidad. Pero no ha sido así, ¡ha recuperado parte! y quiero pensar que con rehabilitación y fuerza de voluntad quizás sea cuestión de semanas que vuelva a caminar como antes.

A raíz de lo que ha pasado con este segundo paciente quiero recordar la entrada que escribí hace meses sobre el síndrome de compresión medular y la importancia de un diagnóstico y un tratamiento precoz:


Porque es entonces cuando puede que recuperen la movilidad y vuelvan a ser independientes para las actividades de la vida diaria. Este paciente, por lo demás estaba bien. Había pasado de ser totalmente independiente a tener una dependencia total. ¿Os imagináis lo que supone para él volver a mover las piernas? Le queda trabajo por delante, y mucho, pero yo creo en él.  




domingo, 22 de enero de 2012

Bajo una nube


Hay días que necesitas decir algo pero no te salen las palabras. Te sientes bajo una nube que te bloquea y hace que veas todo en un tono gris y apagado. No consigues centrarte. Empiezas a escribir y lo dejas, empiezas a estudiar y lo dejas, empiezas a leer y lo dejas... Tienes varias las ideas en mente pero cada día que pasa estás más convencida de que a este paso no saldrán nunca, nunca conseguirás darles la forma que te gustaría que tuvieran. 

Quieres seguir tu premisa, esa de vivir la vida sonriendo, pero piensas "¿para qué sonreír si no tienes a nadie a quien dedicarle esa sonrisa?" Es por eso mismo que cuando trabajas y estás acompañada desconectas, dejas de dar vueltas a tu interior, te dedicas a los demás (a tus compañeros, a tus pacientes...) y el tiempo pasa más deprisa. Descubres que la parte de ti que más te gusta, capaz de sonreír y alegrarse, sigue viva, está ahí dentro, sólo que anda escondida una gran parte del día. 

Todo el tiempo es valioso y lo sabes mejor que nadie por la especialidad que has elegido, pero parece que sólo si tienes alguien con quien compartirlo merece la pena, que tu tiempo sola no vale lo mismo. 

Por todos esos sentimientos que tienes dentro y te acompañan siempre, hasta cuando desconectas y eres capaz de ser realmente feliz, cuando llega la vuelta a casa y te encuentras sola empiezas una pequeña batalla diaria. 

Hay días que te dedicas a leer, a escribir, a hacer las tareas de casa, a estudiar... y parece que no te da por analizar qué es de tu vida en este momento. Otros estás tan cansada que sólo piensas en acostarte y te dices eso de "mañana será otro día, por hoy ha sido suficiente". Pero otros muchos llegas, cansada para hacer algo realmente "útil" pero no lo suficiente como para irte a la cama y te da por pensar. 

Das muchísimas vueltas a las cosas, lo sabes bien, pero no por eso dejas de hacerlo, no puedes, eres así y lo peor de todo es que tienes claro que no puedes seguir así. No, porque hay gente que se preocupa por ti, gente que está lejos y se siente impotente cuando te nota triste y no puede hacer más que llamarte por teléfono, escribirte... Amigos, familia, con quienes llegas a portarte mal por no querer coger el teléfono o contestar a un mensaje por miedo a que te oigan llorar o te noten peor de lo que se imaginan. No sabes si haces bien comportándote así con ellos pero piensas que es lo mejor. 

Estás en una etapa de tu vida donde las horas, los días malos, son más que los buenos. No sabes cuánto durará y eso te preocupa. Algo te dice que no se puede seguir así eternamente y que acabarás dándole la vuelta a la tortilla, pero ¿cuándo?. No lo sabes. 

Tienes una de esas rachas malas en las que te encantaría desaparecer, dormir, dormir, dormir y soñar. Soñar con lo que te gustaría tener, los sitios donde te gustaría ir, la gente con quien te gustaría estar siempre... Pero no puedes dormir eternamente, el cuento de la Bella Durmiente es sólo eso, un cuento, que lejos está de tu realidad (empezando por algo tan simple como lo de bella). Entonces, como no puedes dormir todas las horas que pasas en casa (lo has intentado pero sólo has conseguido un dolor de cabeza considerable), gracias a una de tus mejores amigas que te conoce bien y sabe qué te ayuda, qué puede gustarte y qué puede servirte en tu día a día, te encuentras leyendo el siguiente libro: 


Un libro que se puede leer de un tirón, en una tarde, pero yo estoy leyendo poco a poco, asimilando cada uno de sus capítulos. Como dice en su sinopsis: 

"Martes con mi viejo profesor nació de los encuentros de cada martes entre el periodista Mitch Albom y su antiguo profesor de universidad, Morrie Schwartz. Se trata de un libro sencillo e intenso a la vez, que nos lleva a reflexionar gracias a las profundas verdades que encierra. Además constituye un extraordinario testamento espiritual y una formidable lección de vida para todos"

Morrie Schwartz y Mitch Albom

Con él Morrie Schwartz nos abre los ojos con lo que para mí son realidades como éstas:

"Todo el mundo sabe que se va a morir, pero nadie se lo cree. Si nos lo creyéramos haríamos las cosas de otra manera" 
"Cuando aprendes a morir, aprendes a vivir"

Desde hace unos años consideras que no temes a la muerte y estarías preparada si llegara el momento, pero es cuando lees cosas como ésas cuando te preguntas si de verdad es así. ¿Será que no te lo crees y por eso te comportas así? Creo que la respuesta está clara. 

Entonces, cuando todavía, teóricamente (nunca se sabe qué puede pasar), estás a tiempo de hacer las cosas mejor, dejar de lamentarte y poner remedio a todo eso, ¿por qué no lo haces? ¿por qué no pones el remedio de una vez?. La respuesta la desconoces, o puede que no sea así, que simplemente sea porque no sabes hacerlo mejor. Pero si algo sabes es qué Teresa te gusta más y ésa, a día de hoy, es la que está en el hospital o con sus amigos, su familia... 

Ahora, como persona que tiende a pasar muchos ratos sola (a veces porque no le queda otra pero otras veces porque así lo elige) sólo te queda conseguir que la parte que te gusta ser no desaparezca casi siempre que te quedas sola. 

Mientras tanto, mientras continuo con esa batalla diaria que gano de vez en cuando, gracias a quienes me seguís queriendo y aguantando a pesar de ser como soy.




lunes, 14 de noviembre de 2011

Seguimos abriendo camino a la sexualidad



Hace unos meses publiqué una entrada sobre los problemas que tenían las mujeres tratadas con radioterapia ginecológica centrándome en lo que entonces me llamó la atención, lo poco que encontré sobre ello.

Pienso que es un tema importante y ayudarlas a recuperar su vida al 100%, incluyendo las relaciones sexuales, es fundamental. 

Usando de nuevo la Guía Terapéutica de soporte en Oncología Radioterápica os hablaré de la disfunción sexual femenina y su manejo:

Tras la irradiación pélvica, una proporción de mujeres (> 60%) experimentan problemas relacionados con la función sexual. No sólo con el tratamiento de los tumores ginecológicos, sino también el tratamiento combinado del cáncer de recto provoca una elevada incidencia de disfunción sexual.

El origen de las alteraciones de la función sexual es multifactorial (orgánico y psicológico):

Componente físico-orgánico: relacionado con alteraciones perineales, vulvares (sequedad) y vaginales (acortamiento: vaginas de longitud < 8 cms) 

Componente psicológico: incluye el temor al sangrado y el temor a la reactivación del cáncer. El grupo más sensible a este tipo de alteraciones son las mujeres jóvenes sin pareja estable.

Manifestaciones más relevantes de la disfunción sexual femenina:
  • Dispareunia (relación sexual dolorosa)
  • Disminución de la libido
  • Disminución en la frecuencia de orgasmos
  • Imposibilidad de la realización del coito (por causas como pueden ser: vagina corta, escasa elasticidad y escasa lubricación. La vagina corta es más frecuente tras tratamiento combinado con cirugía y radioterapia, pero incluso en pacientes tratadas con radioterapia radical pueden formarse adherencias en la cúpula vaginal secundarias a vaginitis)

Las medidas higiénicas y las aplicaciones tópicas de antisépticos  como los lavados con betadine vaginal (disolviendo 2 tapones en 1litro de agua hervida y tibia) u otros antisépticos vaginales como el Rosalgin (disolviendo 2 tapones en 1litro de agua hervida y tibia) son la práctica habitual y contribuirán a mantener una higiene correcta y evitar una sobreinfección. El uso tópico de estrògenos (Vagifem (1 comprimido vaginal al día durante 2 semanas, iniciando el tratamiento 6 semanas después de finalizar la radioterapia)) para promover la proliferación del epitelio vaginal se propone como tratamiento o profilaxis (prevención) de las reacciones crónicas vaginales.

Como profilaxis de la estenosis vaginal tardía se recomienda el uso de dilatadores y tampones. Lamentablemente la adherencia a los dilatadores vaginales es escasa por lo que es conveniente llevar a cabo programas educacionales para reforzar esa práctica y/o perseverar en la penetración atraumática (ella encima, con cuidado, poniendo sus límites. Y, como ya dije en el anterior post, la comprensión y apoyo de su pareja en estos casos son imprescindibles).

Las causas para abandonar las recomendaciones suelen ser una insuficiente información, la carencia de dilatadores adecuados y la falta de personal entrenado (enfermeras, médicos... que les expliquen cómo hacerlo). Por eso pienso que es importante tratar estos temas con nuestras pacientes sin miedo, sin vergüenza. El sexo, retomar la actividad sexual, es algo importante y no podemos obviarlo "porque nos de  pudor". ¿No creéis? Intentando siempre adaptar la información a cada paciente ya que no es lo mismo dependiendo de su estado civil y cómo sea ella (cosas que podemos notar y saber en cuanto hablamos y, ante todo, escuchamos, a nuestras pacientes).

Como he dicho antes, el componente psicológico es importante y han de desarrollarse programas de apoyo para eliminar los temores a la relación sexual en el periodo postratamiento. Dado que una proporción elevada de mujeres no suele hablar de estos problemas con la pareja, será útil involucrar a ambos miembros de la pareja en los programas educacionales y de apoyo. (De momento, por mi parte lo que hago es mencionar el tema sobre las posibles repercusiones del tratamiento en su actividad sexual a la paciente y su pareja, si es que la tiene y la acompaña) 

Para terminar añadiros que desde mi punto de vista la sexualidad es un aspecto importante en la calidad de vida de la paciente. Estaría bien que hiciéramos lo que nos dicen en la guía pero que realmente pocos hacen (yo, de momento, confieso que no lo he hecho nunca) evaluar la función sexual pre y postratamiento (es muy útil realizar cuestionarios que suelen ser bien aceptados por las pacientes) y programar acciones específicas para tratar las disfunciones. La contribución de la consulta de enfermería en estas tareas puede ser decisiva.

Cada día tengo más claro que es entre todos como conseguiremos los mejores resultados con nuestros pacientes, tanto en este tema como en otros, así que, ¿por qué no pondremos más de nuestra parte siempre? ¿Por qué nos haremos los "cómodos" y nos costará tanto, tantas veces?




"Every little thing she does is magic
Everything she do just turns me on
Even though my life before was tragic
Now I know my love for her goes on"


viernes, 2 de septiembre de 2011

¿Madurando?


A mis 29 años, con 6 años de carrera, 4 de residente y 3 meses de adjunta el otro día descubrí cómo estaba cambiando mi forma de pensar como médico, así, sin darme cuenta.

Cuando empecé la carrera sólo pensaba en ayudar y curar a mis futuros pacientes, en mi cabeza pensar que hay veces en las que poco se puede hacer era algo inconcebible. 

Luego, acabé la carrera y me adentré en esa especialidad de la que os hablo por aquí en tantas ocasiones y que tanto me gusta, esa especialidad para la que siento que estoy hecha. Empecé sabiendo que hay veces en las que sólo podemos paliar, quitar el dolor, mejorar en la medida de lo posible la calidad de vida de nuestros pacientes pero con la ilusión de que a mí nunca se me moriría uno. Esas cosas no me pasarían a mí. Yo les quitaría el dolor, les trataría... pero no tendría que ver cómo un paciente "se va" delante de mí, no en ese último momento, que siempre podría ofrecerles algo . Pero las guardias y la planta me hicieron aprender que eso es una utopía. 

Ahora, cuando tan sólo llevo unos meses de adjunta sigo aprendiendo, sigo cambiando, aunque sigo siendo una ilusa y no consigo asumir cómo puede haber casos donde todo se nos escapa, donde no hay nada que hacer, donde si no trato se le "come" el tumor y si trato puede que la toxicidad se lo "lleve". ¿Qué hago? (además de informar al paciente y darle todas las opciones para que elija) si luego acaba diciéndome lo de "Doctora, ¿qué haría usted? Estoy en sus manos" (como comentaba ayer en la interesante entrada de Miguel en Salud con cosas)

Así que me veo decidiendo por ellos y llegando a casa sintiéndome impotente, con necesidad de desahogarme, ganas de llorar... E intentando renovarme en la medida de lo posible para el día siguiente estar lista para dar lo mejor de mí en el hospital.

Pero ésto, estas cosas que ahora me hacen pasarlo mal, poco a poco van haciendo su "callo" y sin darme cuenta, sigo pasándolo mal pero siento que mi forma de pensar está cambiando:

Antes, cuando me venía un paciente con cáncer de pulmón con dolor de cabeza pensaba cosas como: "¿Ha forzado la vista?". Ahora pienso: "Ufff!, puede que tenga metástasis cerebrales, habría que pedirle un TAC craneal". Y me sale solo, espontáneo... no puedo evitarlo y puede que no sea así, pero por lo que voy viendo tiendo a ponerme en lo peor, en cierto modo, supongo, como mecanismo de defensa... 

La vida no es de color de rosa y poco a poco he de asumir que hay cosas que se nos escapan y que pase lo que pase, hagamos lo que hagamos, lo pasemos mejor o peor, nos culpemos o no... hay una cosa que no nos espera y es la vida. El reloj sigue corriendo y la vida sigue, lo queramos o no. Así que, como a día de hoy sólo tenemos una y es algo temporal, no hay día que no me proponga sonreír. Lo malo es que a veces sólo lo consigo un momento pero menos da una piedra, ¡¿no?! 

Mañana comienza mi período vacacional de desconexión, de descanso. Espero saber aprovecharlo y que el próximo post que escriba lo haga renovada y sin esa sensación de impotencia que me acompaña últimamente.

Como dice Oscar Wilde, aunque sea triste, creo que es cierto en demasiadas ocasiones:

"Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo." 

Pero hagamos caso a Mafalda y  no nos limitemos a existir y esperar
 

viernes, 8 de abril de 2011

El problema de la estancia media


Hoy me ha pasado algo que me ha hecho pensar sobre el problema que tienen determinados servicios con la estancia media. En el mío, por suerte, no lo tenemos (o al menos mi jefe no nos lo transmite) y por eso mismo nos permitimos pensar en lo que deberían poder pensar todos los servicios, es decir, en lo que es lo mejor para el paciente.

Con la presión que tiene el hecho de que la estancia media deba estar por debajo de x días, acaban pasando cosas como altas dadas "con pinzas" que conllevan que el paciente vuelva a aparecer por la urgencia a los 3 días (e incluso el día siguiente o el mismo día!!!). Triste pero cierto, hay veces que parece que lo importante no es el paciente sino el que esté menos de una semana porque si nos pasamos ni plus económico y encima nos llaman la atención...

Soy una ignorante de este tema, de los gastos que supone "cada día de más"... Sé que  una noche en el hospital es muy cara (más que en un hotelazo de 5 estrellas, no?!) pero eso no quita que, si no todos, sí la mayor parte de los pacientes que están ingresados es porque lo necesitan.  De tal manera que darles el alta antes de tiempo trae consigo sus consecuencias que no suelen ser buenas.

Esta mañana ha aparecido en mi servicio la mujer de un paciente al que voy a tratar mañana por metástasis óseas de un probable cáncer de próstata (no hay confirmación histológica pero sí un PSA muy elevado que lo sugiere con una probabilidad muy alta). Ha venido para preguntarme no sólo por mi tratamiento, si no  por lo que iban a hacer después, si iban a hacerle esas pruebas que le dijo el "médico que le vio estando en planta" (el urólogo) y cuándo iba a empezar con las pastillas esas que le dijo (la hormonoterapia). 

El paciente estaba ingresado en Medicina Interna por una neumonía bilateral grave cuando le diagnosticaron las metástasis óseas de un probable cáncer de próstata y nos lo remitieron para tratamiento. Estando en el hospital le vimos el urólogo y yo. Mientras yo le cité para tratarle, el urólogo quedó pendiente de volver a valorarle después de hacer el estudio de extensión (rastreo óseo y TAC toracoabdominopélvico) para hacerle una biopsia y empezar el bloqueo androgénico completo (hormonoterapia).

¿Qué pasó? Que con la neumonía que tenía no le hicieron las pruebas y, cuando ya estaba  mejor y podían haberle hecho todo lo que tenía pendiente, lo trasladaron a un centro de media-larga estancia que está asociado al hospital pero donde no tienen todos los especialistas, ni mucho menos. Todo por eso de no ocupar una cama en el hospital, la estancia media y demás. 

Este señor se fue al otro centro con la neumonía  puesta (aunque en resolución) y pendiente de muchas cosas. Desde mi punto de vista, se merecía haber prolongado su estancia en el hospital hasta, al menos, haberse resuelto por completo la neumonía. Que siendo tan grave como era, hubiera dado tiempo más que de sobra para completar el estudio, ser valorado en condiciones por el urólogo y recibir el tratamiento con RT antiálgica (y estoy hablando de 7 a 10 días más).

Hoy su mujer ha venido a mí porque nadie le explica qué van a hacerle a su marido. En el centro donde está se limitan al tema de la neumonía sin importarles demasiado lo demás. Del cáncer sólo le dijeron, estando en el hospital, que dada su situación no le quedaban más 9-10 meses de vida. Sí, así tal cual os lo digo, sin haberle hecho un estudio de extensión en condiciones van y le sueltan que le queda menos de un año de vida. ¡Pero si no saben cómo está de su enfermedad! ¡Ni siquiera la han confirmado! Y si con el pronóstico que le dieron se hubieran referido a la neumonía, este debería haber sido mucho peor.

Cuando me ha planteado todas sus dudas se ha disculpado varias veces por "hacerme perder el tiempo". Me ha recalcado que ha sido la cercanía que les mostré cuando le valoré, la que le ha hecho venir a mí. La mujer me estaba muy agradecida cuando yo no he hecho nada del otro mundo, aunque admito que sus palabras me han hecho mucha ilusión .

Así que, ¿qué es lo que voy a hacer? Mañana le trataremos, iniciaremos la hormonoterapia y nos pondremos en contacto con el médico que le lleva para que le remita al urólogo de zona para control y seguimiento de una forma más estrecha. Nosotras desde el hospital podríamos seguirle cada x tiempo pero entre que yo me voy ya y que el control no podría ser tan estrecho... :( 

En fin, no sé a vosotros pero a mí todo lo que le ha pasado a este paciente me da mucha pena, creo que no se han hecho bien las cosas y tenía que compartirlo.

"En este siglo acabaremos con las enfermedades, pero nos matarán las prisas"
Gregorio Marañón

"La prisa es una trampa del tiempo"
Doménico Cieri Estrada



domingo, 20 de marzo de 2011

Un año después...

Esta mañana comencé el día recordando la entrada que escribí hace poco más de un año: La vida da tantas vueltas...

En ella os hablaba de cómo veía mi futuro cuando todavía era R3 y me quedaban 14 meses para terminar la residencia.  Hoy, un año más tarde, sólo me quedan 2 meses para que esto suceda, para ser una "Oncóloga Radioterápica".  En este tiempo, he hecho amigos que ahora son imprescindibles en mi vida pero, muy a mi pesar, también he perdido gente que consideraba importante.  No todo va a ser siempre un camino de rosas.  Pero bueno, he hecho todas esas cosas que tenía pendientes entonces:
  • Fui pedidora de mi pueblo con mi prima. Todo salió muy bien, si bien es cierto que faltó alguien muy  importante... 


  • Los meses siguieron pasando, aprobé el DEA, hice el "Curso de Supervisores de instalaciones Radiactivas"  y, sin darme apenas cuenta, llegó mi rotación en Barcelona, en el ICO. Allí pasé dos meses donde no sólo aprendí de Braquiterapia, sino que tuve la suerte de hacer buenos amigos, amigos que sé que tendré siempre y espero no tardar en volver a visitar. Pero el tiempo corre mucho más de lo que pensamos y llegó el 31 de Enero con mi vuelta a Madrid, no sin antes despedirme 
Desde entonces he continuado mi formación, el final de la misma, rotando por la Unidad de Cuidados Paliativos durante un mes y ahora he vuelto a mi Servicio con muchas ganas de aprovechar los dos meses que me quedan. Parece mentira, pero estoy aprendiendo muchísimo. Es verte fuera, como adjunta, con tus propios pacientes, tu propia consulta, y empezar a absorber la información con un ansia...

Cuando una empieza a estudiar Medicina ve el momento de ser adjunta muy lejos, lejísimos... Parece algo que nunca te tocará, pero no es así, el tiempo corre y ¡corre mucho!. La carrera pasa, el MIR pasa, la residencia pasa y... ¡¿ahora qué?! De todas las épocas por las que he ido pasando hasta ahora, admito que esta es la que peor llevo. Estoy llena de dudas, no puedo evitar plantearme cuál será mi próximo sitio, ¿seguiré en Madrid o me iré fuera? Si me voy, ¿me iré por mucho tiempo o será sólo durante una temporada? Vaya donde vaya, ¿me adaptaré? ¿Conseguiré estar tan a gusto como estoy ahora mismo en mi servicio? ¿Seré capaz de ser una buena médico? Uffff!  A lo mejor pensáis que tengo demasiadas dudas, que no es para tanto, pero no puedo evitarlo. Son cosas que me pasan por la cabeza en estos momentos y si algo he aprendido estos días es que llevo muy mal la incertidumbre. Es cierto que todo lo nuevo que me espera me da mucha curiosidad, quiero experimentarlo, pero estoy tan bien donde estoy... Son sentimientos contradictorios que no sé explicar pero me tienen en un sinvivir. El año pasado sabía muchas  de las cosas que iban a pasarme en los próximos meses y ahora nada, ni idea. Así que para el año que viene, si todo sigue como hasta ahora, y no he dejado el blog, supongo que os escribiré para comentaros, resumiros, lo que, ahora mismo, no sé.

"La incertidumbre es una margarita cuyos pétalos no se terminan jamás de deshojar" 
 Mario Vargas Llosa

"En la incertidumbre encontraremos la libertad para crear cualquier cosa que deseemos"
Deepak Chopra

Tendré que pensar como Deepak Chopra para llevarlo mejor (autosugestionándome desde ya! :))


domingo, 5 de diciembre de 2010

Reflexiones tras un día complicado


Hace tiempo que no escribo por aquí y desde que no lo hago han cambiado varias cosas en mi vida, entre otras me he mudado a Barcelona durante los próximos dos meses para hacer mi rotación externa. Ayer cumplí mi primera semana por aquí y la verdad es que, por culpa de los controladores aéreos, no ha fue el mejor de los días, eso sí, por suerte acabó mucho mejor de lo que empezó.

No quiero meterme a hablar de lo que han hecho los controladores porque estoy muy enfadada y podría decir algo de lo que luego me arrepienta. Pero no puedo evitar comentaros que por mi cabeza han pasado muchísimas cosas, entre otras qué pasaría si en sanidad hiciéramos lo mismo... Ufff! No lo haremos nunca porque con la salud no se juega y tenemos algo llamado ética que nos lo impide. Pero eso sí, en estas ocasiones, en caliente, una no puede evitar pensar egoístamente en muchas barbaridades: ¡¿Y si nos negáramos a trabajar, a ir al hospital, a cubrir los mínimos?!. No vamos a decir eso de: "lo sentimos por los ciudadanos (pacientes)" pero... ufff!.

Encima, y ésto no tiene nada que ver con lo de los controladores, ayer me enteré de lo que ganaba un residente de Oncología Radioterápica en sitios como Francia o Portugal y lo de Portugal me dejó alucinada. Había oído que ganaban más que nosotros pero nunca me hubiera imaginado que la diferencia fuera tan sumamente grande. Ellos en una guardia ganan casi lo mismo que yo de sueldo base!!! Y si hacen 3-4 al mes... ufff! De verdad, lo suyo me parece exagerado, pero es que lo nuestro me parece vergonzoso... El viernes empecé la tarde cabreada y los controladores ayer me remataron.

Siempre me digo lo mismo, yo no he hecho medicina por ganar dinero sino por ayudar, por curar o al menos mejorar a los pacientes pero... no sé... hay veces que siento que somos muy tontos (por no utilizar peores calificativos que me pasan por la cabeza). Ahora que soy R4 y en apenas 5 meses acabo mi formación de residente y me toca ponerme a buscar trabajo me planteo muchas cosas. En un principio no me importa irme de Madrid, de hecho la costa mediterránea me tiene enamorada y si necesitara el catalán o el valenciano no me importaría aprenderlos con tal de irme a una ciudad como Barcelona o Valencia (que, por cierto , están muy bien comunicadas con Madrid con el AVE; después de lo de hoy el AVE me gusta aún más que antes y ya es decir! xD). Pero claro, visto lo visto, cuando una no tiene ninguna atadura, ¡¿por qué no salir de España?!. Lo de Portugal es una opción interesante, sigue estando cerca y cambio el Mar Mediterráneo por el Océano Atlántico. En fin, no sé, me gusta España, nunca he pretendido irme de aquí, quiero quedarme, pero... Ahora mismo pasan muchas cosas por mi cabeza y de hecho una de ellas es que me extraña que, hablando de sanidad, no sean más los médicos, las enfermeras... que se van a trabajar fuera de España. Supongo que las ataduras y las comodidades de estar en tu país, la familia, los amigos, la pareja, los hijos... hacen que los que se vayan sean los menos pero me planteo qué pasaría si empezáramos a irnos más. Total, es cierto que a veces uno tiene la sensación de que no se le valora como se debe... Sé que es un tema complicado y entiendo que no es fácil cambiar las cosas, de hecho, como me decía ayer mi madre, no puedo quejarme cuando al menos tengo un trabajo y un sueldo, ¡muchos no tienen ni eso!.

No me he hecho médico para vivir montada en el dólar ni mucho menos. Los médicos tenemos la suerte de tener lo que para mí es la mayor compensación, que es ver la felicidad de un paciente que se ha curado , entre otras cosas, gracias a nuestra colaboración. Incluso cuando no se curan pero sí mejoran (como sabéis, en mi especialidad, son muchas las veces sólo puedo controlar el dolor o mejorar un poco su calidad de vida), se sienten muchas cosas que no se consiguen con todo el dinero del mundo. Pero, aún así, mentiría si no reconociera que me gustaría que se nos valorase un poquito más... Normalmente no me da por pensar en las remuneraciones económicas, pero cosas como las de los controladores o el hecho de enterarme de primera mano que compañeros míos fuera de España ganan muchísimo más que nosotros... duele un poco... :(

Dicho ésto creo que he conseguido desahogarme y estoy preprarada para seguir disfrutando de todas las cosas buenas que tiene una profesión tan bonita como la mía. A lo mejor en vez de España o Portugal lo que me venía bien era irme a Madagascar, La India... para volver a valorar la vida como debe ser y apreciar la suerte que tengo por haber nacido con cosas tan básicas como puede ser el agua caliente cayendo de la ducha...

A veces, en días como el de ayer, se me olvida que la vida está llena de pequeños detalles que la hacen algo irrepetible y único que hay que intentar aprovechar. En fin... puede que necesite "reciclarme" de nuevo.

Para terminar esta cita de Teresa de Calcuta:

"Pasamos mucho tiempo ganándonos la vida, pero no el suficiente tiempo viviéndola"

Habrá que intentar vivirla más, ¿no creéis?

domingo, 14 de marzo de 2010

La vida da tantas vueltas...


Hola de nuevo,

Hace justamente una semana que empecé a escribir en este blog... No lo hice demasiado convencida pero gracias a vuestros ánimos voy a seguir.

Esta mañana me he levantado pensando en las vueltas que da la vida y lo rápido que puede llegar a pasar el tiempo, personalmente hay veces que siento que se me escapa de las manos (sobre todo últimamente). Miro hacia atrás y recuerdo cuando empecé la carrera de Medicina, el 21 de Septiembre del 2000 (justo 2 días después de haberme sacado el carnet de conducir) y... ¡lo que ha llovido desde entonces! Cuando empecé me parecía que me estaba metiendo en una carrera "interminable", que hasta que llegara a ser Médico especialista quedaba tanto... pero aquí estoy, casi 10 años después y, si todo va bien, en 14 meses lo consigo! :-).

Recuerdo que en un principio no quería hacer Medicina por todos los años que suponía, pero alguien me dijo que los años de estudiante eran los mejores y si no la hacía fuera por otra razón. Como siempre me habían interesado los temas de la salud, las enfermedades... me animé, y ¡aquí estoy! He de admitir que durante la carrera tuve malos ratos, dudas sobre si seguir o no... especialmente durante los tres primeros años (hasta la mitad de tercero todo es teoría, no ves a ningún paciente ni en pintura, y a veces puede ser necesario cierto "sacrificio", pero llega la clínica y entonces descubres si es lo tuyo o no. Mucha gente lo deja los primeros años y no me extraña... si te falta la vocación mejor dejarlo entonces). En mi caso, mi cabezonería característica hizo que no me rindiera ante la primera dificultad y ahora me alegro mucho.

A la hora de decidir mi especialidad, después de hacer el MIR, me planteé tantas cosas: Rehabilitación, Reumatología, Anatomía Patológica, Oncología Médica... y, finalmente, unas dos semanas antes de escoger, leí lo que era la Oncología Radioterápica en el BOE y me llamó la atención. La gente no acababa de entender dónde quería meterme, qué era eso,"Onco... qué?!". Pero pregunté y una chica que acababa me dijo que ella la haría una y mil veces y de hecho la repetiría en ese mismo hospital... así que, ¡cómo no iba a cogerla!. Todavía mucha gente no entiende qué es lo que hago exactamente pero bueno, poco a poco. Lo importante es que me gusta mucho, a pesar de los malos ratos, me da muchas alegrías que los compensan y, aunque he tenido mis momentos bajos donde me he planteado la posibilidad de repetir el MIR o incluso dejar la Medicina para hacer algo que no tenga esa responsabilidad, finalmente he comprendido que son mi profesión y mi especialidad. Me gustan y espero llegar a ser una buena médico.

Durante todos estos años han pasado tantas cosas... he hecho viajes irrepetibles que nunca olvidaré y en cierto modo me han "marcado" (La India y Madagascar me enseñaron mucho, principalmente a valorar y apreciar todo lo que tengo. A lo mejor os parece una tontería, pero llegué a echar de menos algo tan "normal y común" como una ducha calentita, con el agua cayendo sobre mi cuerpo...) En fin, tenemos tantas cosas que consideramos básicas y otros no tienen... No valoramos lo que tenemos como deberíamos. De verdad, a veces damos importancia a temas que están tan lejos de ser auténticos problemas. Si uno se pone a pensarlo fríamente se da cuenta de que muchos lo darían todo por estar en nuestra situación, esa de la que tanto nos quejamos...

En este tiempo he tenido la suerte de conocer a mucha gente. Muchos han pasado por mi vida sin pena ni gloria pero otros tantos lo han hecho para quedarse. He hecho grandes amig@s que sé que estarán ahí toda la vida y he afianzado mi amistad con mis amig@s de siempre. He tenido épocas malas, que han durado bastante, en las que no he querido salir, me he comportado como una "rancia" pero no por eso he perdido a mis amig@s, sino todo lo contrario, su amistad se ha hecho más fuerte y cuando he "vuelto" a ser la de siempre me han recibido con los brazos abiertos, como si no hubiera pasado nada.

También ha habido bastante gente que he perdido para siempre. Al más importante hace casi dos años que le perdí. A veces me da la sensación que no le demostré como debiera todo lo que le quería... Ya no hay vuelta atrás, pero quiero pensar que se fue sabiendo que le quería mucho. Aunque no se lo dijera, era así. Os aconsejo que no os guardéis esas muestras de cariño, no lo déis todo por hecho, nunca se sabe qué puede pasar y si va a ser demasiado tarde...

En fin, estos diez años han dado para mucho, han pasado otras muchas cosas. Hay personas que han tenido un papel importante en mi vida, me han dejado su huella, y ahora no sé si volveré a verlas. Otras, sin embargo, acaban de asomarse en ella y no sé hasta qué punto serán importantes. La vida da tantas vueltas... nunca se sabe qué va a pasar, está llena de sorpresas y a mi parecer es ahí donde está su belleza. Nunca se sabe si uno está tomando la decisión adecuada en el momento adecuado, es el tiempo el que acaba diciéndoselo. Personalmente pienso que todo depende de cómo se mire. Siempre hay que buscar el lado bueno de las cosas, por muy oculto que esté, está ahí escondido... ¡De verdad!.

De momento estamos en el 2010 y promete estar lleno de experiencias:

En unos meses soy pedidora en mi pueblo. Nos apuntamos hace varios años (¿2006?) y lo que parecía estar muuuuuuuy lejos resulta que se acerca y en apenas unos meses llega. Cuando nos apuntamos todavía vivía mi padre, siempre le había hecho ilusión que su hija fuera pedidora en las fiestas de su pueblo y le gustó mucho que por fin nos hubiéramos decidido a serlo. Nos preguntó que por qué no lo éramos antes y le dijimos que para poder estar con una amiga de pedidora de otro cirio. No sé si en el fondo presentía que era demasiado tarde pero el caso es que ahora que por fin llega el día, él no puede estar... Siento mucho no haberle dado esa alegría en vida, no haber intentado serlo antes, pero lo hecho hecho está y ahora no puedo cambiarlo... :-(

Por otra parte, me encuentro con que después de haber estado dando mil vueltas a dónde voy a ir de rotación externa (EEUU, Inglaterra, Italia...), finalmente me he decidido por quedarme por aquí. Tengo varias compañeras que han hecho lo que voy a hacer yo y han venido muy contentas así que, ¡¿por qué no?!. Espero no equivocarme... el tiempo lo dirá todo, pero estoy contenta e ilusionada. Empecé a moverme la semana pasada y ya me han dicho que me aceptan en el ICO! :-) Así que ahora toca esperar.

Para terminar dejaros un par de frases sobre el tiempo que me gustan:

"El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños" Eleanor Roosevelt
"Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades" Miguel de Cervantes

Un saludo a tod@s,

Tere


¡Muchas gracias por vuestros comentarios y vuestro apoyo!