sábado, 30 de abril de 2011

Todo cambia


Como dice Mercedes Sosa, Todo cambia
 



Cambia lo superficial
Cambia también lo profundo
Cambia el modo de pensar
Cambia todo en este mundo

Cambia el clima con los años
Cambia el pastor su rebaño
Y así como todo cambia
Que yo cambie no es extraño

Cambia el mas fino brillante
De mano en mano su brillo
Cambia el nido el pajarillo
Cambia el sentir un amante

Cambia el rumbo el caminante
Aúnque esto le cause daño
Y así como todo cambia
Que yo cambie no es extraño

Cambia todo cambia
Cambia todo cambia
Cambia todo cambia
Cambia todo cambia

Cambia el sol en su carrera
Cuando la noche subsiste
Cambia la planta y se viste
De verde en la primavera

Cambia el pelaje la fiera
Cambia el cabello el anciano
Y así como todo cambia
Que yo cambie no es extraño

Pero no cambia mi amor
Por mas lejo que me encuentre
Ni el recuerdo ni el dolor
De mi pueblo y de mi gente

Lo que cambió ayer
Tendrá que cambiar mañana
Así como cambio yo
En esta tierra lejana

Cambia todo cambia
Cambia todo cambia
Cambia todo cambia
Cambia todo cambia

Pero como dice Anatole France: "Todos los cambios, aun los más ansiados, llevan consigo cierta melancolía."

Supongo que tendré que intentar aplicarme lo que dice Paulo Coelho: "¿Por qué se ha de temer a los cambios? Toda la vida es un cambio. ¿Por qué hemos de temerle?" y perder el "miedo", "respeto" al cambio. 

¿O será que, como dice Gustave Flaubert, "la manera más profunda de sentir una cosa es sufrir por ella" y por eso estoy así?

lunes, 25 de abril de 2011

Esas pequeñas cosas que me hacen feliz


Hoy me ha pasado una de esas cosas que nos motivan, que hacen que a los médicos nos guste ser lo que somos y, a mí concretamente, me hacen feliz por saber que estoy donde tengo que estar. 

Podría decirse que llegué a la Oncología Radioterápica "de rebote". No me la planteé como especialidad hasta poco antes de elegir plaza pero en estos cuatro años han sido muchas las cosas que me han descubierto que es mi sitio.

Esta mañana, haciendo los informes de alta del tratamiento que tenía pendientes, he hecho el del paciente que traté después de mi última guardia . Por si no os apetece releer esa entrada, os diré que fue un paciente al que tratamos con radioterapia con intención hemostática por una hemorragia digestiva alta. Como última opción, cruzando los dedos porque fuera bien, pero siendo conscientes que también podía ir mal, le dimos una sesión única a una dosis alta.

Os dije que para ver el resultado era necesario esperar unos días, si daba tiempo... Pues ha dado tiempo!!! El paciente lo ha aguantado, no ha vuelto a sangrar, ha empezado a tolerar la dieta líquida y, poco a poco , parece que va algo mejor. No es que esté para tirar cohetes, eso es cierto, pero ha mejorado un poquillo y ,si sigue luchando como parece que lo hace, puede que viva unos meses con una calidad de vida si no buena buena, sí aceptable. Y eso para mí, vale mucho. Nada más ver que evolucionaba bien se lo he comentado a mi adjunta y quién sabe, a lo mejor nos planteamos una segunda sesión.

Esto lo vi a última hora del día y sigue ingresado así que pretendo subir a verle a la planta mañana por la mañana, a ver qué tal sigue. Ya os contaré. Personalmente estoy muy contenta. 

No quiero liarme más, así que hoy, para terminar, no os dejo una cita sino este vídeo que descubrí gracias a Rosa y me encanta.


PD: Mònica, si me lees, si te haces el cartel de "Regalo abrazos" en el #2CBS una servidora se hartará a dártelos!!! (sin el cartel también, pero vamos, seguro que triunfabas, ;))

Vuelta a la realidad, ¡Feliz lunes!


Tras haber pasado unos días de desconexión toca volver a la realidad… Una realidad que para mí consta de dos semanas escasas, muy escasas y después… un GRAN interrogante. Ufff!

El tiempo pasa y cuando una se para a pensarlo se da cuenta de la razón que tiene el dicho de “El tiempo vuela”  No sé si será cuestión de que según vamos creciendo los años corren más deprisa o qué, pero personalmente siento que están sucediendo muchas cosas sin apenas darme cuenta.

No quería acabar divagando sobre mí y mi futuro así que me limitaré a desearos que empecéis la semana de la mejor de las maneras. 

Para ayudaros os dejo esta canción de Sidonie que descubrí gracias a un amigo y ,al menos a mí, me anima mucho.

¡Feliz lunes!


domingo, 24 de abril de 2011

El cáncer se cura y después... toda una vida por delante


El otro día un gran amigo, al que Carpe Diem le debe mucho, leyó un artículo que pensó podría irle muy bien a mi blog así que me lo pasó sin dudarlo. Trata sobre los todo lo que pasa por la cabeza del superviviente del cáncer:


Cada vez son más las personas que superan esa enfermedad a la que se teme tanto que muchas veces se intenta evitar nombrar, el cáncer. En este artículo la autora habla de una amiga suya, que lleva 8 años libre de enfermedad y lo pasa fatal los días previos a la revisión que nosotros llamamos "de resultados".

Cualquier "asterisco" en la analítica, repetición de una prueba de imagen... para un paciente que ha superado una enfermedad como el cáncer suelen ser (si no siempre, sí casi siempre) motivo de nervios y angustia.

En el artículo señala cómo, la carga psicológica y emocional a la que se enfrenta la persona que ha superado un cáncer, puede, en cierto modo, llegar a ser más dura que los propios tratamientos:

"Survivorship comes at a psychological price" "La supervivencia tiene un precio psicológico".

La autora describe algunas de las situaciones que pueden darse, de las que destacaría:

  • El síndrome de la espada  de Damocles: Con un miedo desmesurado a la recaída.
  • El sentimiento de culpabilidad del superviviente: durante el tratamiento, las revisiones... se conoce a gente que también tiene cáncer y que a veces no lo supera. Es entonces cuando, se pasa de preguntarse "¿Por qué a mí?" a "¿Por qué no a mí?, ¿Por qué yo vivo y __ no?"

Como médico veo cómo los pacientes llegan inquietos a cada revisión. Con sólo una mirada consiguen transmitir esa sensación, ese "nudo en el estómago" que tienen y les impide estar relajados y ser ellos mismos. Por eso intento que la noticia llegue pronto, nada más saludarles, a veces sin haber llegado a tomar asiento, les digo que las pruebas están bien. Es entonces cuando sale "el suspiro" y la consulta se llena de buenas vibraciones y alegría.

Cuando las cosas van bien, los pacientes, las familias... están contentísimos pero a los médicos, que las damos, no os imagináis cuánto nos alegran y motivan estas cosas. Nos animan a seguir ahí, haciendo lo que hacemos, aguantando los malos ratos, los malos momentos, porque sabemos que los buenos nos compensan con creces.

Cuando no es así, todos lo pasamos mal. A nadie le gusta dar malas noticias y, mucho menos, recibirlas, y es inevitable darle vueltas a todo lo que puede pasar antes de cada revisión, cada prueba.

Decir: " No lo pienses y disfruta! Lo que tenga que ser será. Pensándolo antes no vas a conseguir nada más que angustiarte. En definitiva, Carpe Diem" Es muy fácil, pero cuando hasta algo tan simple como una presentación, una clase, una cita, un trabajo nuevo, un viaje... a veces te angustia con el ¡¿qué pasará, irá bien?! Cómo no va a hacerlo una revisión tras haber superado una enfermedad como ésta.

Hay que intentar verlo todo desde el lado positivo, pero no siempre es posible. Llegar a extremos como los que cuenta en este artículo no es que sea lo más común, pero puede pasar. Si se llega a ellos, saber que hay más gente que está en esa situación y páginas y sitios donde pueden ayudarte, no está de más.

En el artículo mencionan varias páginas. En español he encontrado alguna como la del National Cancer Institute, la del National Coalition for Cancer Survivorship o la de la Asociación Española Contra el Cáncer . También os recomiendo que echéis un vistazo a la Escuela de Pacientes, os gustará.

Seguro que hay más, pero ahora mismo no las conozco. De todas formas, sólo deciros que siempre que se supera algo así es imposible "desconectar" por completo, pero hay que intentarlo y hacer todo lo posible por disfrutar de cada instante que nos regala la vida. Porque la vida para mí es eso, un regalo, y son tantas las cosas que pueden pasar que hay que aprovecharla.

Eso sí, admito que soy la primera que muchas veces no lo hago pero bueno, eso no quita que no lo sepa. Estas reflexiones me hacen recordar mis viajes a Madagascar y a la India y querer repetir, uf! Sitios donde te dan todo lo que tienen sin pedir nada a cambio, aunque eso les suponga quedarse sin nada para ellos.Una pasada. Quién sabe, a lo mejor algún día vuelvo.

De nuevo, me lié, no tengo remedio.

"La vida no se ha hecho para comprenderla, sino para vivirla."
Jorge Santayana

"Aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los "cómos".
Friedrich Nietzsche





jueves, 21 de abril de 2011

¡Felices vacaciones! Carpe Diem


Hoy empiezan los que son 4 días de desconexión para muchos de vosotros, con unas "minivacaciones" más que merecidas. Así que sólo quería desearos que las disfrutéis, que intentéis hacer lo que dice el profesor Keating en El club de los poetas muertos:



“Coged las rosas mientras podáis,
veloz el tiempo vuela,
la misma flor que hoy admiráis
mañana estará muerta.”
(...)
"Coged las rosas mientras podáis, la expresión latina de ese sentimiento es Carpe Diem"
(...)
"Aprovechad el momento chicos, haced que vuestra vida sea extraordinaria"

El nombre de mi blog surgió de aquí así que... poco más que deciros. ¡¡¡Felices vacaciones!!!
A la vuelta tengo varias entradas pendientes que espero ir publicando poco a poco. 

No olvidéis otra de las grandes citas del profesor Keating:

“El día de hoy no se volverá a repetir. Vive intensamente cada instante, lo que no significa alocadamente; sino mimando cada situación, escuchando a cada compañero, intentando realizar cada sueño positivo, buscando el éxito del otro; y examinándote de la asignatura fundamental: el Amor. Para que un día no lamentes haber malgastado egoístamente tu capacidad de amar y dar vida”

lunes, 11 de abril de 2011

Cuarto 11 del 2011


Como todos los 11 de este año, aquí estoy, escribiendo de nuevo.

Hoy 11 de Abril era un 11 muy especial porque hace justamente 3 años, la madrugada del 10 al 11, tuve la última conversación con él. Esto lo convierte en un 11 especialmente triste pero son muchas las cosas que han pasado que están haciéndolo mejor, si bien es cierto que la vida tiene momentos que no dejan de hacerte pensar.

Para empezar con lo bueno, de nuevo, Iñaki, "el Charlie", ha líado a la buenísima ángel rubia, Olga, y juntos han conseguido que empiece el día emocionada gracias a:

Con fotos de #Valencia2011  han hecho ese vídeo que, no sé a vosotros, pero a mí me ha gustado "muy mucho". Encima ha terminado con un fragmento de "La amistad" de Francesco Alberoni precioso.

También, hoy han elegido las que serán las futuras R1 de mi hospital, Jenny Carolina y Anabel. Sé que no estaré con ellas, pero el Gregorio Marañón siempre será para mí el hospital donde me formé como residente, el servicio donde pasé esos 4 años inolvidables y, por lo tanto, una parte importante de mi vida. Por eso me alegro, me alegro por ellas, y espero que sean tan felices como lo he sido yo.

Otra cosa buena, pero llena de sentimientos contradictorios, ha sido mi última guardia. El destino ha querido que no sólo coincida con la madrugada del 10 al 11 de abril, sino que la termine viendo un paciente que ha llegado a la urgencia con una hematemesis (hemorragia digestiva alta que consiste en la expulsión de sangre con el vómito) franca y anemizante. 

¿Por qué digo eso? Porque mi padre, hace 3 años, estando yo con él, hizo un cuadro similar, (por una causa totalmente distinta a la de mi paciente de esta madrugada, y en menor cuantía, pero la hizo). Además una hematemesis, fue uno de los primeros casos "graves, graves" que vi en la urgencia cuando empecé a hacer guardias de R2 y que me "sobrepasaron". 

Cuando una empieza a hacer guardias piensa que todos los pacientes van a curarse o, al menos, recuperarse del cuadro que les trae a la urgencia. Hasta que se asume que no siempre es así, que no siempre es posible, una se lleva más de un disgusto. Esa vez recuerdo que  acabé la guardia llorando, sintiendo la impotencia de no haber podido hacer nada por el paciente, incluso pensando que había hecho mal las cosas.

El tiempo pasa, una va aprendiendo y llega el día de su última guardia donde se encuentra con un caso similar que le trae mil recuerdos y sólo piensa en intentar hacer las cosas lo mejor posible. Así que  el paciente llegó a la 1:00 y lo primero que hice fue, además del hemograma en mano para ver si se había anemizado mucho y ajustarle el tratamiento, llamar al digestivo de guardia por si podían hacerle una endoscopia para intentar controlar el sangrado. Fueron muy agradables conmigo y le hicieron la endoscopia pero no hubo suerte y no pudieron hacer nada.

Descartada esa opción sólo quedaban dos: hablar con rayos de vascular para ver si podían hacerle una embolización o valorar la radioterapia (RT) hemostática paliativa. Siendo de RT, decidimos preguntar a los de rayos de vascular a primera hora de la mañana. Nos dijeron que no era aconsejable así que, me autohice una interconsulta para RT hemostática paliativa y esta mañana, he podido hacerle la planificación y tratarle antes de las 15h.

Como os he dicho, lo primero que solicité fue un hemograma en mano para ver qué repercusión analítica estaba teniendo. Se había anemizado más de 2 puntos en cuestión de una hora y eso no es nada bueno. Así que una de las cosas básicas en estos casos, que siempre se tiene que tener en mente, es informar a la familia y al paciente, en la medida que éste esté preparado para recibir determinada información y quiera saberla.

En este caso el paciente no preguntaba, se veía que no quería saber todo todo, así que a él le dije que el sangrado había sido importante y que íbamos a ver qué podíamos hacer para controlarlo. A su familia, sin embargo, sí que les comenté  la gravedad de la situación, que en cualquier momento podría presentar una hemorragia digestiva alta masiva y entonces nosotros le sedaríamos para que no sufriera. (El tumor estaba en la unión gastroesofágica invadiendo grandes vasos y el corazón...).

Por la mañana, como ya os he comentado,  le tratamos con radioterapia con intención hemostática. Una de las "maravillas" de la radioterapia es que también sirve para tratar compresiones medulares, controlar sangrados, aliviar dolores... en fin, a mi me encanta, ya lo sabéis. Le hemos dado una sesión única a una dosis alta y, una cosa es cierta, puede tardar unos días en hacer efecto y existe la posibilidad de que no vaya bien sino todo lo contrario, pero había que intentarlo.

Ahora cruzo los dedos porque la de tiempo a actuar y, si conseguimos mejorar su calidad de vida un tiempo, una vez más, me alegraré mucho de hacer lo que hago. En unos días espero poder traeros buenas noticias.

Con todo ésto termino mi entrada del día 11, gracias a todos los que me leéis, apoyáis y dáis muestras de cariño día a día. 

viernes, 8 de abril de 2011

El problema de la estancia media


Hoy me ha pasado algo que me ha hecho pensar sobre el problema que tienen determinados servicios con la estancia media. En el mío, por suerte, no lo tenemos (o al menos mi jefe no nos lo transmite) y por eso mismo nos permitimos pensar en lo que deberían poder pensar todos los servicios, es decir, en lo que es lo mejor para el paciente.

Con la presión que tiene el hecho de que la estancia media deba estar por debajo de x días, acaban pasando cosas como altas dadas "con pinzas" que conllevan que el paciente vuelva a aparecer por la urgencia a los 3 días (e incluso el día siguiente o el mismo día!!!). Triste pero cierto, hay veces que parece que lo importante no es el paciente sino el que esté menos de una semana porque si nos pasamos ni plus económico y encima nos llaman la atención...

Soy una ignorante de este tema, de los gastos que supone "cada día de más"... Sé que  una noche en el hospital es muy cara (más que en un hotelazo de 5 estrellas, no?!) pero eso no quita que, si no todos, sí la mayor parte de los pacientes que están ingresados es porque lo necesitan.  De tal manera que darles el alta antes de tiempo trae consigo sus consecuencias que no suelen ser buenas.

Esta mañana ha aparecido en mi servicio la mujer de un paciente al que voy a tratar mañana por metástasis óseas de un probable cáncer de próstata (no hay confirmación histológica pero sí un PSA muy elevado que lo sugiere con una probabilidad muy alta). Ha venido para preguntarme no sólo por mi tratamiento, si no  por lo que iban a hacer después, si iban a hacerle esas pruebas que le dijo el "médico que le vio estando en planta" (el urólogo) y cuándo iba a empezar con las pastillas esas que le dijo (la hormonoterapia). 

El paciente estaba ingresado en Medicina Interna por una neumonía bilateral grave cuando le diagnosticaron las metástasis óseas de un probable cáncer de próstata y nos lo remitieron para tratamiento. Estando en el hospital le vimos el urólogo y yo. Mientras yo le cité para tratarle, el urólogo quedó pendiente de volver a valorarle después de hacer el estudio de extensión (rastreo óseo y TAC toracoabdominopélvico) para hacerle una biopsia y empezar el bloqueo androgénico completo (hormonoterapia).

¿Qué pasó? Que con la neumonía que tenía no le hicieron las pruebas y, cuando ya estaba  mejor y podían haberle hecho todo lo que tenía pendiente, lo trasladaron a un centro de media-larga estancia que está asociado al hospital pero donde no tienen todos los especialistas, ni mucho menos. Todo por eso de no ocupar una cama en el hospital, la estancia media y demás. 

Este señor se fue al otro centro con la neumonía  puesta (aunque en resolución) y pendiente de muchas cosas. Desde mi punto de vista, se merecía haber prolongado su estancia en el hospital hasta, al menos, haberse resuelto por completo la neumonía. Que siendo tan grave como era, hubiera dado tiempo más que de sobra para completar el estudio, ser valorado en condiciones por el urólogo y recibir el tratamiento con RT antiálgica (y estoy hablando de 7 a 10 días más).

Hoy su mujer ha venido a mí porque nadie le explica qué van a hacerle a su marido. En el centro donde está se limitan al tema de la neumonía sin importarles demasiado lo demás. Del cáncer sólo le dijeron, estando en el hospital, que dada su situación no le quedaban más 9-10 meses de vida. Sí, así tal cual os lo digo, sin haberle hecho un estudio de extensión en condiciones van y le sueltan que le queda menos de un año de vida. ¡Pero si no saben cómo está de su enfermedad! ¡Ni siquiera la han confirmado! Y si con el pronóstico que le dieron se hubieran referido a la neumonía, este debería haber sido mucho peor.

Cuando me ha planteado todas sus dudas se ha disculpado varias veces por "hacerme perder el tiempo". Me ha recalcado que ha sido la cercanía que les mostré cuando le valoré, la que le ha hecho venir a mí. La mujer me estaba muy agradecida cuando yo no he hecho nada del otro mundo, aunque admito que sus palabras me han hecho mucha ilusión .

Así que, ¿qué es lo que voy a hacer? Mañana le trataremos, iniciaremos la hormonoterapia y nos pondremos en contacto con el médico que le lleva para que le remita al urólogo de zona para control y seguimiento de una forma más estrecha. Nosotras desde el hospital podríamos seguirle cada x tiempo pero entre que yo me voy ya y que el control no podría ser tan estrecho... :( 

En fin, no sé a vosotros pero a mí todo lo que le ha pasado a este paciente me da mucha pena, creo que no se han hecho bien las cosas y tenía que compartirlo.

"En este siglo acabaremos con las enfermedades, pero nos matarán las prisas"
Gregorio Marañón

"La prisa es una trampa del tiempo"
Doménico Cieri Estrada



miércoles, 6 de abril de 2011

¿Nos pasamos de precavidos?


Esta mañana he vivido una situación en la consulta que me ha hecho que llegue a casa planteándome eso mismo. 

Una paciente con un cáncer de mama diagnosticada en 1988 (siiiiiiiiiii!!!! Se curan!!! más de 20 años  sin enfermedad!!! :)) tenía un nódulo subcutáneo en la mama contralateral. Ya se lo habían visto en una prueba previa por lo que traía una ecografía de mama de hace un mes donde lo calificaban de "necrosis grasa" y en el TAC que también le pidieron ni lo mencionaban.

A la exploración era un nódulo de aproximadamente 1 cm de diámetro no adherido a planos profundos y no doloroso, que aparentaba ser eso, un nódulo por necrosis grasa. 

Es como eso de " blanco y en botella..." pero ¿qué ha pasado? ¿por qué tanta duda? Pues porque la paciente no se lo tocaba hasta hace un par de semanas o incluso menos. Antes era de 5mm y ahora es cierto que era de al menos 1 cm y... uffff!!!! Parece benigno, parece lo que dicen en la ecografía, pero no acababa de quedarme a gusto mandándola a casa y citándola en unos 5-6 meses (si fuera normal la cita sería para, al  menos, 1 año pero si algo tenía claro es que no iba a dejarla tanto tiempo sin revisar) . 

Ante la duda, he consultado a uno de mis adjuntos. Después de valorar la posibilidad de que le hagan una PAAF o algo, como diríamos nosotros, más invasivo, como la paciente lo pasó mal con la cirugía y en un prinicipio prefería "no tocarlo", finalmente me ha aconsejado que, aunque seguramente sea eso, necrosis grasa, mejor le pida una RM de mama para salir de dudas sobre la naturaleza del nódulo de una manera menos agresiva.  

Así que eso es lo que he hecho. Admito que me he quedado mucho más tranquila pero he dudado sobre si estaba pasándome de "precavida". La he recalcado que no se preocupe, que es para quedarnos tranquilos , que muchas veces los médicos "nos curamos en salud". No sé si he conseguido ese efecto pero es cierto que estaba preocupada y se ha quedado más tranquila al mandarle la RM.

Supongo que la experiencia me irá dando la seguridad al decidir sobre qué hacer en estas situaciones y seguramente ahorre en pruebas que ahora me permito pedir... No puedo evitar plantearme si estoy siendo una derrochadora de recursos, pero con su antecedente de cáncer de mama y que ahora se palpaba... En fin, lo hecho, hecho está y yo me he quedado tranquila  (mi conciencia no sé si tanto, pero sé que a la paciente mal no le he hecho y si le hubiera mandado a casa sin más no me habría quedado a gusto...)

Quiero pensar que este tipo de cosas son normales y espero llegar a ser una buena médico, pero todavía me queda un gran camino por recorrer...

"Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo."
Benjamin Franklin

martes, 5 de abril de 2011

Cuatro años inolvidables


Hoy, como sabéis si no todos, sí casi todos, han comenzado los actos de asignación de plazas MIR que podéis seguir aquí . Ver cómo eligen los que serían mis R0, me ha traído muchos recuerdos y he pensado escribir una entrada dedicada a estos últimos 4 años que han supuesto, a pesar de las pérdidas, una de las etapas más bonitas de mi vida.

Cuando veo los futuros MIRes con sus nervios preelección de plaza me acuerdo de cuando me tocó a mí y una sonrisa se asoma en mi cara. Como ya conté en la entrada de Anna (futura internista de las buenas) de Mamá, quiero ser oncóloga radioterapeuta, hasta poco antes de la elección no me planteé hacer esa especialidad, una gran desconocida de la que apenas me habían hablado en la carrera. Iba a ser rehabilitadora, lo tenía bastante claro, pero las circunstancias de la vida hicieron que desestimara esa opción, me diera por leer el BOE de la Oncología Radioterápica y... tachán!!! Pregunté en el que, de primeras,  quería que fuera mi hospital, me informó una residente que acababa feliz y que me dijo: "la repetiría una y mil veces" Así que, ¡¿cómo no iba a elegirla?!

Llegó el día y me acompañó él, el mismo que 7 años antes me convenció para que estudiara Medicina sin pensar en los años que iba a suponerme. Recuerdo mi tranquilidad contrastando con los nervios de los chicos que estaban sentados a mi lado porque querían especialidades de las que quedaban las últimas plazas. Por contra, la mía todavía no la había elegido nadie así que en vez de ir tachando opciones seguía con la primera, con mi nº1, intacta. Así que llegó mi turno, la elegí y cuando salí lo celebré con él. Enseguida mis amigos, familia... empezaron a preguntarme y la frase que más oí ese día, después de enhorabuena, fue: "Onco qué?!"

El 24 de Mayo del 2007 empezaron esos 4 años que han estado llenos de experiencias, de personas que han llegado a mi vida para quedarse, grandes compañeros, amigos... y que no cambiaría por nada del mundo. No sólo han sido años en los que he conocido gente de la que merece "muy mucho" la pena, sino que encima han sido años que han hecho que acabe la especialidad encantada con ella, convencida de que estoy donde tengo que estar. Si en algún momento pude plantearme si estaba hecha para ella por los malos ratos que se pasan a veces (cuando las cosas van mal, hay que dar malas noticias o, simplemente, tienes un día torcido en el servicio) ahora estoy segura de que hice bien, las cosas pasan por algo, la casualidad me llevó a ella y fijaros, ¡¡¡soy muy feliz!!!

La verdad es que en esta felicidad por la sensación que me provoca saber que elegí bien ha influído mucho el servicio donde me he formado. En todos los servicios hay de todo, hay días buenos, días menos buenos y días malos pero os aseguro que en mi caso puedo decir que en el Sº de Oncología Radioterápica del Gregorio Marañón he dado con gente muy buena que cuando he tenido algún problema no ha dudado en echarme una mano y han conseguido que la especialidad me guste no mucho sino muchísimo. Porque bien es sabido que cuando el ambiente es bueno, todo se lleva mejor y, no digo que no haya tenido días peores porque mentiría, pero el cómputo es muy positivo. Si a eso le sumamos todo el apoyo y facilidades que recibí cuando pasó todo lo de mi padre siendo R1 de camino a R2... ¡¡¡qué más puedo pedir!!!. En líneas generales ha sido mucho el cariño que he recibido. Ya me costó despedirme cuando me fui a rotar al ICO durante 2 meses así que ahora, cuando la despedida sea definitiva no quiero ni pensarlo. Quien caiga en el servicio será muy afortunado, de verdad, lo digo porque con que sea la mitad de afortunado que me siento yo en este momento lo será mucho.

¡¡¡Menuda propaganda que estoy haciendo en un momento de mi Servicio!!! Lo sé, pero quiero hacerla porque así lo siento, porque cada vez que pienso que me tengo que ir en un mes se me encharcan los ojos y no sé cómo agradecerlo.

A los futuros MIRes sólo deciros una cosa, no os dejéis llevar por ese fenómeno llamado "numeritis" y elegid con el corazón, pensad bien qué tipo de paciente os gusta y ¡a por ello! Estad convencidos de que si hacéis lo que os gusta seréis unos grandes médicos y felices. Tendréis malos días, si no perdería la emoción, pero eso no impedirá que seáis felices. Os lo dice una que ha pasado por todo tipo de circunstancias y se va contenta,  pero con una pena... Para mí han sido 4 años maravillosos y no cambiaría ni uno solo de los momentos vividos porque todos esos momentos, tanto los buenos como los malos, han hecho que hoy os hable así, como RTerminal, triste por acabar pero feliz por todo lo que se lleva. ¡Ánimo y suerte!

"Créeme, en tu corazón brilla la estrella de tu destino."

Johann Christoph Friedrich von Schiller





domingo, 3 de abril de 2011

La importancia de una buena comunicación


El viernes tuve uno de esos días que me hacen plantearme muchas cosas y necesito expresarlo, espero que no acabe siendo uno de los post kilométricos que a veces hago, intentaré que no sea así.

En los últimos días me han puesto varias interconsultas "urgentes" que a veces se hacen por el mero desconocimiento de lo que es la radioterapia. La frase de "dar un poco de radioterapia" es algo que he oído muchas veces, sobre todo cuando se trata de pacientes paliativos a los que ya no se sabe qué ofrecer. A lo mejor suena mal, no lo sé, pero no quiero que sea así. Lo que pretendo explicaros es que la radioterapia es un tratamiento fuerte que, cómo no, tiene sus efectos en el paciente. A veces se tolera muy bien, sí, pero si se trata de un paciente frágil con un IK bajo, es probable que lo tolere peor e incluso acabe dando un "paso para atrás", es decir, que no sólo no le mejoremos su calidad de vida sino que incluso la empeoremos. Cada caso, cada paciente, es un mundo y de ahí la importancia de la individualización de todos y cada uno de los tratamientos. 

El viernes me encontré con una interconsulta para valorar en 24 horas la posibilidad de tratamiento con RT holocraneal paliativa en una paciente de 85 años con un melanoma con metástasis cerebrales en progresión. Cuando ví la urgencia con la que pedían que la viéramos admito que me "enfadé", vamos, no me sentó demasiado bien que se diga. Sé que no debería haber sido así, pero no era algo urgente, no. Por tratarla un viernes no íbamos a adelantar nada y, más aún, no íbamos a mejorar en nada su situación.

Tras estudiar el caso subí y, para mi sorpresa, me encontré con una paciente con mejor estado general del que esperaba. Estaba alerta, colaboradora y, además, era encantadora. Muy agradable y simpática, todo un solete (a lo mejor os parece exagerado pero era de esas pacientes que tienen un no sé qué que qué sé yo que te hace cogerles cariño desde el primer momento). Cuando empecé a explicarles  las posibilidades de tratamiento (a ella, su hermana, su nieta y su hija), y les dije que en su caso era complicado decidir  al encontrarse en ese punto donde tanto tratar como no tratar eran posibilidades totalmente válidas, enseguida noté en su hija que algo pasaba, pero pensé que eso era mejor preguntárselo en privado, así que continué con la explicación.

Estaba terminando cuando llegaron su médico responsable en la planta y la psicóloga (desde el mes pasado han incorporado una psicóloga en el equipo de la unidad de cuidados paliativos de mi hospital para dar más apoyo a los pacientes y familiares, y la verdad  es que creo que es una iniciativa muy buena). Así que terminé, me despedí de la paciente y su hermana y salimos la psicóloga, la médico de planta, su hija, su nieta y yo.

Nos fuímos a hablar a la sala de información a los familiares y no habíamos llegado a entrar cuando tanto su hija como su nieta nos comentaron algo sobre la hermana. Lo "raro" que  había notado era  justamente la actitud de ella. Se negaba a aceptar que las cosas con la radioterapia podían no sólo no mejorar a la paciente, sino incluso empeorarla. El resto de la familia aceptaba la situación y era partidaria de dejarla tranquila, no meterla en líos que no garantizaban una mejoría notable, y menos aún cuando con el tratamiento médico con corticoides había mejorado la situación de manera importante. Pero su hija nos dijo que su tía pensaba que no se estaba haciendo lo suficiente por su hermana y les echaba en cara que no lucharan más por ella, las veía como las malas. Su médico responsable la recalcó que su hermana claro que era importante, pero las más importantes a la hora de tomar la decisión eran ella y su hermana (las hijas de la paciente). Aún así se veía que la hija que estaba presente se sentía mal con la actitud de su tía, no podía negarse a un tratamiento si su tía iba a verla como la mala, así que decidimos llamarla y hablar con todas a la vez.

A lo mejor os estáis preguntando que qué opinaba la paciente,  si ella podía decidir por si misma era ella  quien debía hacerlo.  Y por supuesto que era así, cuando la informé no dijo ni sí ni no, sino más bien dio a entender que era algo que decidiría con su familia (era la típica abuelita entrañable y si se metía en más tratamientos sólo era por ellas, porque vieran que por ellas lucharía hasta agotar el último cartucho).

El caso es que cuando llegó su hermana, tomó la iniciativa la médico de planta y explicó la situación de nuevo, dando a entender que dada la edad y lo extendido de la enfermedad, era mejor no hacer nada "agresivo". La hermana no acababa de entenderlo, así que la médico me dio a mí la palabra:  

"La radioterapeuta es la que mejor sabe si la radioterapia va a irle bien o no a la paciente, ella es la que tiene experiencia en ésto pero en mi opinión , basándome en mi propia experiencia, estoy de acuerdo con ella en que es mejor no hacer nada"

Llegó mi turno, lo 1º que me preguntó la hermana fue: "Pero de los efectos secundarios de la radioterapia se puede recuperar?! Y puede ir bien luego, no?!" 

Así que la contesté: "Puede recuperarse... o no".

Dada la edad de la paciente y lo extendido de su enfermedad no sabía si la daría tiempo a que eso pasara y podía pasarla lo que nadie quería y es que se apagara un poco más y acabaran diciéndome que la notaban peor, más somnolienta... menos "ella". La hermana seguía sin entenderlo, ¡también podía ir bien! Por qué no?!!! Así que su hija me miró y me pidió que dijera qué haría yo en su situación y se lo dijera tal cual a su tía.

Estas situaciones de: "Doctora, qué haría usted si fuera su madre?" son situaciones incómodas que los médicos intentamos evitar, no es nuestra madre y nunca se sabe al 100% que haría una en esa situación pero esta fue una de esas veces en las que tuve que decirlo, su hermana no lo entendería de otra manera así que lo dije tal cual: 

"No creo que la vaya a beneficiar en nada nuestro tratamiento, es más, pienso que puede incluso empeorar, apagarse y, aunque llegara a vivir algo más, no sería con esa vitalidad y simpatía que todavía desprende en algunos momentos".

Fue entonces cuando se desató esa escena incómoda en la que su hija se puso a llorar, la hermana me miró con cara de pena y resignación y su nieta, la médico y la psicóloga asintieron mostrando su aprobación a lo que acababa de decir. La hija se secó las lágrimas mientras la psicóloga se acercaba a abrazarla y dijo: "Entonces no hay más que decir", la tía asintió y, tras darme las gracias, salimos todas de la sala.

Y, ¡¿ cómo me quedé yo?! Hecha polvo, acababa de decidir no tratar a una paciente y no me sentía bien. Claro que pensaba, y pienso, que mi decisión era lo mejor para la paciente, en su situación meterla en tratamientos era alargar el final, (o no, podía ser que incluso lo acortara) y encima quitarle un poquito esa vitalidad y simpatía que me demostró cuando la valoré. Pero podía ser esa excepción, ese caso que va bien y yo le estaba quitando esa oportunidad... :( En fin, si hubiera sido hace un par de años la habría tratado sin dudarlo, y probablemente hubiera visto lo que, por desgracia, he visto varias veces: cómo se va apagando poco a poco y al preguntarle cómo le va, consigo una sonrisa a base de frases como "Ya queda menos! En nada terminamos. Mira que somos pesados a veces los médicos... " .

Como le dije a su hermana, a nuestra manera los médicos también sufrimos cuando las cosas van mal, ver cómo el tratamiento no les ayuda nos duele y los pacientes, cuando nos ven pasarlo mal porque las cosas no van bien, hacen lo que pueden por sacarnos la mejor de sus sonrisas, menos que con su familias, pero lo hacen.

En fin, no tengo una bola de cristal que me permita ver qué es lo que pasaría con la paciente en cada una de las opciones así que sólo espero que fuera la apropiada. Ese día lo terminé con una necesidad enorme de un abrazo así que para acabar os dejo esta imagen:


Aunque lo he intentado, como veis, no lo he conseguido, he vuelto a escribir uno de esos post kilométricos. Lo siento, pero lo necesitaba, espero no haberos aburrido.