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sábado, 25 de agosto de 2012

Lecciones y decepciones


Sanidad privada

"Yo pensé que la quimioterapia era para curarle, no para matarle"

Ante esas palabras, vosotros, ¿qué haríais? ¿qué diríais?. Hace una semana me las dijo la hija de un paciente que se encontraba ingresado en la UCI por un shock séptico, esperando el peor desenlace. 

Se trataba de un tratamiento con quimioterapia y radioterapia concomitantes con intención radical (curativa). El primer ciclo de quimioterapia le había dejado muy débil y,  llegó un "bichito" que pasaba por allí, le pilló por banda, sin defensas y le llevó a la peor situación, esa que nadie imaginaba ni esperaba, esa que nos sorprende a todos (familiares, amigos... y también a los médicos). Que, al igual que el "bichito", te llega cuando menos te la espera y te destroza anímicamente.

Ha pasado una semana y sólo puedo deciros que el desenlace fue el que me imaginé cuando comencé a escribir esta entrada, el paciente falleció poco después de que hablara con la familia y les dijera lo mucho que lo sentía, que cuando empezamos el tratamiento no nos imaginábamos que acabaría así sino todo lo contrario. (Qué puedo decir yo... Cuando vamos a por todas es porque creemos que es lo mejor para el paciente y, si no es así y tenemos nuestras dudas, lo hacemos porque el paciente y la familia quieren luchar hasta el final y agotar todos los cartuchos, aunque ésta era la primera situación).

El caso, y la razón de que os escriba hoy después de más de un mes de abandono del blog, es que si bien las cosas buenas nos llenan de alegría y energía para seguir donde estamos, las malas nos enseñan y motivan a mejorar (aunque sea a base de golpes... ).

Supongo que os imagináreis que cosas así pasan con cierta frecuencia (más de la que nos gustaría) y es cierto, pero ésto ha pasado en unos días en los que, por ser época vacacional, me encontraba de "responsable" del servicio y del paciente en concreto (al estar su médico fuera) y os aseguró que me destrozó. Me sentí culpable por no haber hecho las cosas mejor, por no haber actuado antes, cuando el paciente empezó a estar cansado (sin fiebre, sin dolores ni nada concreto, pero sí cansado). Los tratamientos de quimioterapia y radioterapia te agotan, causan lo que llamamos astenia y pérdida de apetito y pensé que poco a poco mejoraría, que si iba a más iría a urgencias... pero no fue así.

¿Que tenemos más pacientes, más tratamientos, más cosas que hacer y estas cosas pueden pasar? Sí, pero no he podido evitar sentirme mal.

Con el paso de los días, ese sentimiento ha cambiado por rabia, porque en concreto este paciente tenía un seguro médico que le cubría el oncólogo médico en un sitio y la radioterapia en otro a más de 40 kms de distancia. ¿Cómo pueden fragmentar así a los pacientes? Para los seguros son "clientes" y buscan el sitio del convenio con el que tengan el mejor precio, pero, y perdonadme la expresión, ¡joder! ¡¡¡Se trata de personas y su salud!!! Es como cuando el seguro de tu coche te dice que si quieres que te cubra tienes que llevártelo a tal taller a no sé cuántos Kms de tu casa o si no no te lo pagan. Un coche es un objeto y puede pasar (aunque fastidie) pero SON PERSONAS!!! Si un coche deja de funcionar, te compras otro. Pero con una persona, si se va no vuelve nunca más, la pierdes para siempre y nunca habrá otra igual.

Pero sí, por triste que suene, si algo he aprendido estos días es que muchos seguros médicos son una vergüenza. Piensan en clientes, dinero, caja... pero no en personas enfermas cuya vida depende de cómo, cuándo y dónde se les trate. Entiendo poco y me gustaría aprender de vosotros, pero igual que digo que la sanidad pública a veces es de vergüenza por cómo abandona a los pacientes a su suerte, lo de la privada, cuando se trata de los seguros... ufffffffffffffff!!!

Decepción, esa es mi palabra de hoy, y siento volver para contar algo así pero por algún lado tengo que empezar a canalizar todo lo que estoy sintiendo estos días. Gracias por seguir ahí, encantada de leer vuestras opiniones.


miércoles, 9 de mayo de 2012

Las infecciones y el cáncer




Esta mañana llegaba a mí este artículo de ELPAÍS.com y creo que merece la pena que lo leáis:


"Cuando se habla de vacunas contra el cáncer se suele pensar en las específicamente dirigidas a que el sistema inmunitario ataque las células oncológicas. Pero hay otra variante, mucho más sencilla y desarrollada: las que evitan infecciones que van a ser, a su vez, causa de tumores. El caso más claro es la inmunización contra el virus del papiloma o la hepatitis. Y es que los agentes infecciosos son responsables de dos millones de casos de cáncer en el mundo. De los 7,5 millones que este conjunto de enfermedades causó en 2008 en el mundo, aproximadamente 1,5 millones se podía haber evitado combatiendo la infección previa. Los datos, que publica The Lancet Oncology, son un compendio de estudios dirigidos por Catherine de Martel y Martyn Plummer, de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer de Francia."

Como dicen en el artículo, "el hecho de que se trata de una consecuencia de una enfermedad fácilmente prevenible hace que el reparto del impacto entre los países dependa de la capacidad de los sistemas sanitarios. Por eso, mientras en Australia y Nueva Zelanda la proporción de tumores de origen infeccioso es de poco más del 3%, en África llega hasta el 32,7%."

Lo que demuestra que "es posible combatir el cáncer extendiendo programas preventivos sencillos, con especial incidencia en la ampliación de la cobertura para las vacunas de la hepatitis B y el papiloma"

¿Os dais cuenta de la cantidad de cánceres y de muertes que podrían evitarse con esos programas de prevención? No sé a vosotros, pero a mí me da mucho que pensar. 

Para terminar quiero dar las gracias a @OncoblogBulbul