La visibilidad de los cuidados en enfermería gracias a gente como Serafín y Antonio Jesús cada vez es mayor. El 20 de Febrero del 2011 lanzaron la iniciativa 24h24p en su blog y este año han repetido la experiencia con la ayuda de muchos amigos que han escrito un total de 24 post que han ido publicando en Cuidando.es cada hora.
Si bien 24 entradas con 24 puntos de vista, 24 experiencias diferentes ya representan mucho, ellos no se han conformado con eso y nos han invitado a todos a participar con nuestros blogs. Carpe Diem no ha querido quedarse fuera de una iniciativa tan buena como ésta y, aunque una serie de problemas de última hora nos han impedido publicar el mismo día 20, nos unimos ahora con esta entrada.
Cuando cada día es una muestra de lo importante que son las enfermeras en mi día a día como médico, es difícil elegir una sóla. El año pasado cité una y hoy quiero recordar cómo siendo R2 y estando en una de mis primeras guardias de Oncología, me encontré a las 6 de la mañana en la planta de oncología con un paciente disneico y desaturado, a pesar del oxígeno con reservorio y toda la medicación que podía ponérsele (o, al menos, toda la que a mí se me ocurría).
Sabía que tenía una enfermedad muy avanzada y que no era un paciente candidato a la UCI, que hiciera lo que hiciera tenía que hacerlo en la planta y mi duda era si llamar a mi adjunto o no. Estaba agobiada y necesitaba a alguien que me diera seguridad a mi lado... Fue entonces cuando una enfermera, con muchos años de planta de onco con pacientes en este tipo de situaciones a sus espaldas me dijo: "Tere, ¿no ves que se está muriendo?" y, al escucharla, abrí los ojos. Ella fue quien me dio la seguridad que necesitaba, puso palabras a lo que yo pensaba pero no quería ver y gracias a ella opté por ponerle algo para dismimuir su sensación de ahogo mientras esperaba a que viniera la familia para explicarles la situación.
Después de ese día me he encontrado situaciones similares y, aunque siempre he tenido el apoyo de la enfermera del paciente en cuestión, he aprendido a asumir las realidades. Si alguna vez he podido dudar en cuanto a qué hacer, no lo he hecho a la hora de pedir su ayuda, su opinión, esa que tanta seguridad y tranquilidad me ha dado siempre en situaciones como ésta.
(Añadir que mi adjunto me habría ayudado, pero pude ahorrarle la llamada y el susto y creo que fue mejor así)
Si algo me caracteriza es que, a pesar de mi aparente tranquilidad externa, por dentro llevo muchas cosas y cuando no puedo prepararme algo bien o no sé qué será lo mejor para un paciente lo paso mal. Soy así, sé que de casi todo se sale si se decide afrontarlo con una buena sonrisa y optimismo, pero de eso, sobre todo de lo segundo, no siempre tengo y son muchas las lágrimas que se me escapan cuando me siento impotente, nerviosa, angustiada, agobiada...
Es algo que se me nota mucho, soy muy expresiva y quien me conoce bien lo sabe. Tal es así que mis nuevos compañeros en mi nueva andadura como adjunta ya lo han comprobado y me han ayudado en más de un momento "crítico". He pasado de ser residente a ser adjunta y me he dado cuenta de que si bien cuando llegué a 1º de residencia sentía que todo me venía grande, ahora vuelvo a tener esa sensación.
Sé que no puedo o no debo quedarme atrancada, que tengo que seguir aprendiendo y asumiendo las nuevas responsabilidades, retos... a pesar de todos los miedos que conllevan. Miedos que se hacen más llevaderos si pienso en algo constante, que nunca cambia, y es que gracias a los que me rodean (enfermeras, técnicos, físicos, auxiliares, secretarias, médicos...) todo puede ser más fácil.
Para terminar os dejo con Alberto Montt
Si algo me caracteriza es que, a pesar de mi aparente tranquilidad externa, por dentro llevo muchas cosas y cuando no puedo prepararme algo bien o no sé qué será lo mejor para un paciente lo paso mal. Soy así, sé que de casi todo se sale si se decide afrontarlo con una buena sonrisa y optimismo, pero de eso, sobre todo de lo segundo, no siempre tengo y son muchas las lágrimas que se me escapan cuando me siento impotente, nerviosa, angustiada, agobiada...
Es algo que se me nota mucho, soy muy expresiva y quien me conoce bien lo sabe. Tal es así que mis nuevos compañeros en mi nueva andadura como adjunta ya lo han comprobado y me han ayudado en más de un momento "crítico". He pasado de ser residente a ser adjunta y me he dado cuenta de que si bien cuando llegué a 1º de residencia sentía que todo me venía grande, ahora vuelvo a tener esa sensación.
Sé que no puedo o no debo quedarme atrancada, que tengo que seguir aprendiendo y asumiendo las nuevas responsabilidades, retos... a pesar de todos los miedos que conllevan. Miedos que se hacen más llevaderos si pienso en algo constante, que nunca cambia, y es que gracias a los que me rodean (enfermeras, técnicos, físicos, auxiliares, secretarias, médicos...) todo puede ser más fácil.
Para terminar os dejo con Alberto Montt
PD: Esta mañana, cuando perdí todo lo que había escrito y ví que me tenía que ir a trabajar sin publicar la entrada me sentí mal, agobiada... me había comprometido y no iba a ser capaz de hacerlo... (otro ejemplo más sobre mi gran capacidad de ahogarme en un vaso de agua). Pero ahí apareció Serafín respondiéndome a mi: "mañana os público la mía, lo siento muchísimo! :((((" Con un: "cucha que te diga!!!! Que mejor Mari Tere, así alargamos #24h24p un dia más Ole! Venga! Ponme un tweet con una :) Besosssssss"
¿Qué puedo decir? Que un millón de gracias por su comprensión, por hacerme todo un poco más fácil y demostrarme que todo lo que acabo de deciros es cierto y posible, la unión facilita las cosas. No me extraña que su iniciativa haya sido todo un éxito. Serafín, Antonio Jesús, ¡¡¡sois muy grandes!!!
Me encanta leerte Tere!!
ResponderEliminarun besazo!
@asesoriatecnica
Gracias guapoooo!!! :)
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