Cuando dos buenos amigos como
Iñaki y
Rut te proponen participar en algo es imposible negarse y, no sólo porque se hacen de querer (y mucho), sino porque sabes que seguro que es un proyecto cargado de ilusión que te va a hacer pasarlo bien. Nada más ver la imagen del
Proyecto #A1000Manos te queda claro que será así:
En Enero del 2013 ellos decidieron unir sus blogs los primeros martes de cada mes en torno a una fotografía y con muchas ganas de arrancar una sonrisa a todos los que los leemos. Llamaron al proyecto #A4manos. Pues bien, este mes quieren que todos los que tenemos un blog y ganas de jugar con ellos a hacer más feliz la vida quienes nos rodean y, por extensión, a uno mismo, nos unamos a #A1000Manos. Así que aquí estamos con nuestra pequeña aportación.
Son muchas las formas de las que podemos hacer sonreír a quienes nos rodean y para mí la más sencilla es sonriendo. Así lo dice esa frase que tanto me gusta y que forma parte de Carpe Diem:
"La vida es como un espejo, te sonríe si la miras sonriendo"
Se trata de una forma sencilla por el hecho de lo que nos supone, tan sólo un pequeño gesto, pero no siempre es tan fácil sonreír cuando no se ha tenido el mejor día. Eso sí, estaréis de acuerdo conmigo en que, si se consigue, es muy gratificante. Lo dice una que en su propia bio de Twitter lo comenta:
Personalmente tengo mis épocas, mis días... pero os aseguro que lo intento y creo que voy progresando adecuadamente. Por poner un ejemplo, hoy he tenido la revisión de los pacientes que vienen al tratamiento por la tarde y, gracias a ellos y por ellos, no he parado de sonreír, lo que ha conseguido que ahora mismo esté aquí, escribiendo este post animada y motivada a, según lo termine, seguir exprimiendo el día haciendo cosas que tengo pendientes. Y es que
con una sonrisa y una actitud positiva todo se lleva mucho mejor.
Pero ya os he dicho que no siempre lo consigo y hace una semana escribí sobre uno de mis
malos momentos como médico. Necesitaba desahogarme y entre vuestro apoyo y comentarios como el de Santi, la hija de uno de mis pacientes al que aprecio mucho, he conseguido pasar página y seguir trabajando como hasta ahora por mis demás pacientes, que se merecen una médico cercana y sonriente, y no una médico quemada y desanimada.
Porque sí,
las sonrisas llaman a las sonrisas y todo sea por conseguir hacer sonreír a quienes no están pasando por su mejor momento intentando que todo les sea más llevadero. Puede que con cierta frecuencia "suspenda" en mi sonrisa casera... cuando me siento sola y me da por considerar (erróneamente) que para sonreír para mí me lo ahorro... pero con ellos nunca dudo que siempre merece la pena. Por ellos, por mi gente, porque ayuda a hacer más feliz la vida quienes nos rodean y, por extensión, a mi misma, tengo claro que una sonrisa vale millones.
Para terminar una de las canciones que me hacen sonreír y, como hoy es el cumpleaños de una
buena amiga, se la dedico ;)