sábado, 29 de noviembre de 2014

Atlas de ayuda al contorneo en radioterapia


Plexo braquial

La entrada de hoy es para enlazaros lo que muchos conocéis y que de tanta utilidad puede sernos en nuestro día a día a los oncólogos radioterápicos: Los atlas que nos sirven de ayuda para contornear los órganos de riesgo (órganos sanos que están próximos al tumor o zona de tratamiento y hemos de delimitar para que la dosis que reciban no supere unos límites de tolerancia establecidos) y los volúmenes de tratamiento (tumor con margen, drenaje ganglionar...) en radioterapia. 

Cuando muchos que me conocéis me preguntáis qué he hecho hoy y os digo "pintar", me refiero a eso, contornear los volúmenes de tratamiento para que luego los físicos o dosimetristas puedan planificarlo.

Los fundamentales los tenéis en la página de la RTOG (Radiation Therapy Oncology Group)

Para los órganos de riesgo:



lunes, 17 de noviembre de 2014

El fraccionamiento en radioterapia


Cuando veo a un paciente por primera vez en consulta y le explico qué es esto de la radioterapia, una de las dudas que tienen con frecuencia es el tiempo que tendrán que venir. Muchos han visto a su oncólogo y, cuando se trata de tratamientos de quimio-radio concomitantes se encuentran con que al hospital de día (donde les suelen poner la quimioterapia) sólo tienen que ir una vez a la semana y se preguntan si será igual con la radioterapia. 

Pues bien, normalmente, cuando se trata de un fraccionamiento (dosis por sesión de radioterapia) estándar o convencional, lo mínimo que dura el tratamiento no paliativo suele ser unas 5 semanas (25 sesiones diarias de lunes a viernes). Buscando una menor duración de la radioterapia cada vez se está usando más el hipofraccionamiento (menos días que tenga que venir el paciente al servicio de radioterapia a tratarse)

Para entender un poco mejor el fundamento del fraccionamiento en radioterapia he de hablaros de una parte de la radiobiología que intentaré poneros de la forma más comprensible que me sea posible, si bien entiendo que puede resultar muy pesado. Además, aprovecho para recomendaros un blog de física médica que he descubierto hace poco que está francamente bien, se trata de: Desayuno con fotones.

El modelo radiobiológico clásico considera diversos factores de respuesta a la irradiación, que se desencadenan tras el daño al DNA y que se han conocido como las 4 R de la radiobiología (Reparación, Redistribución, Reoxigenación y Repoblación). En este modelo (el modelo lineal cuadrático) la irradiación, bien sea por acción directa o indirecta por radicales libres, causa daños en el ADN que pueden llevar a una aberración cromosómica que produzca finamente la muerte celular. La relación entre ambos componentes de la muerte celular (el directo y el indirecto) se establece con el cociente alfa-beta (α/β). El componente α de esta relación corresponde a la muerte celular directa, es decir el daño provocado a la célula de una vez y que no es posible reparar. El componente β corresponde a la muerte celular indirecta, es decir la célula muere debido a las continuas acumulaciones de daños sub-letales que ya no es posible de reparar. Esto ocurre porque a medida que aumenta la dosis, los mecanismos de reparación se van saturando, entonces la célula se hace incapaz de arreglar las aberraciones.

Teniendo claro estos dos componentes, podemos decir que el cociente alfa-beta corresponde a la dosis donde el efecto (o muerte celular) está dado por ambos mecanismos en la misma proporción, sin que predomine un efecto sobre otro.

Para compararlos y entender como varía cada uno en función de la dosis (D), veamos la siguiente igualdad:


Siendo D la dosis, α el componente que varía de manera lineal con la dosis y β el componente cuadrático, entonces observaremos que si duplicamos una dosis, el efecto lineal se duplica, mientras que el efecto cuadrático aumenta cuatro veces más.


Cocientes α/β altos (muy sensibles a la radiación, con dosis bajas conseguiremos ya la muerte celular por acción directa, son responsables de los efectos secundarios agudos) :

  • Tejidos con alta tasa de recambio celular y baja capacidad de reparación celular.
  • Domina a bajas dosis.
  • A dosis más altas, toma relevancia la muerte celular por acumulación de daño subletal.
  • Característico de Tumores y reacciones agudas.
  • Al hablar de relaciones α/β altas, hablamos de aproximadamente 10 Gy.
  • La mayoría de los tumores tienen relaciones α/β altas. (Algunas excepciones serían los melanomas, los liposarcomas y el cáncer de próstata)

Cocientes α/β bajos (más resistentes a la radiación, necesitaremos dosis más altas para conseguir la muerte celular por acumulación de daños subletales, son responsables de los efectos secundarios tardíos):

  • Tejidos con baja tasa de división celular y mejor capacidad de reparación de daño sub-letal.
  • Tiene importancia a dosis altas.
  • Característico de reacciones tardías.
  • Al hablar de relaciones α/β bajas, hablamos de aproximadamente 3 Gy.

Aquí os dejo una tabla con el listado de α/β de algunos tejidos y tumores:


De tal manera que dicho ésto, las 4 R que se desencadenan con la irradiación:

1. Reparación: El tejido irradiado inicia una rápida reparación de las lesiones subletales, que puede llegar a ser completa entre cada fracción de tratamiento. Este fenómeno aparece en los tejidos tumorales y en los sanos incluidos en el campo de radiación. Lo que pasa es que los tejidos sanos están mejor oxigenados que los tumorales por lo que repararán mejor éstos y, por tanto, produciremos menos efectos tóxicos sobre el tejido sano que sobre el tumor.

2. Redistribución: Las células dentro del ciclo celular al ser destruidas preferentemente por la radiación aquellas en fases sensibles (G2 y M), quedando en el tejido las más resistentes.


3. Reoxigenación: Al destruirse las células más cercanas a un capilar, es decir, las bien oxigenadas, se produce una reoxigenación de las células hipóxicas que se encontraban lejos del capilar, lo que aumenta su radiosensibilidad ante la siguiente fracción de irradiación. Esto no sucede en el tejido normal, bien oxigenado, y en ello se basa el fraccionamiento en radioterapia (conseguir que entre una fracción y la siguiente las células tumorales se hagan más sensibles a la radiación).

4. Repoblación: Finalmente se puede iniciar la repoblación del tejido irradiado por tejido sano (deseable para reparación de las lesiones agudas y tener menos efectos secundarios). Sin embargo la repoblación del tejido tumoral entre las fracciones de irradiación es perjudicial, ya que en la fracción siguiente, siempre nos enfrentaremos a un mayor número de células de las que sobrevivieron a la fracción previa. En resumidas cuentas, como es lógico, la repoblación es buena a nivel del tejido sano pero mala en el tumoral.

Sabiendo todo ésto, para optimizar un tratamiento radioterápico, (consiguiendo una mayor muerte  de células tumorales con una adecuada reparación del tejido sano circundante y, por tanto, los menores efectos secundarios que sean posibles) podemos modificar 3 cosas:

  • La dosis total de radiación.
  • El intervalo de tiempo entre fracciones (el tiempo mínimo para que el tejido sano se recupere)
  • La dosis por fracción.

Esto lo conseguiremos con los distintos fraccionamientos que empleamos en la clínica:

Fraccionamientos utilizados en la clínica:

Fraccionamiento convencional o estándar: 180-200 cGy/día en una única fracción, 5 días/semana, es el que consigue un mejor índice terapéutico en la mayoría de los tumores. Dosis totales de 50 a 70 Gy en 5 a 8 semanas.

Hiperfraccionamiento: Dos fracciones al día de 115-120 cGy, 5 días /semana. Cada fracción debe estar separada de la anterior un mínimo de 6 horas. Las dosis totales pueden alcanzar los 80 Gy, mayores que las que se alcanzan con tratamientos convencionales. La finalidad de este fraccionamiento es disminuir los efectos tóxicos tardíos, aumentando la eficacia sobre el tumor y manteniendo en niveles similares la toxicidad aguda de los tejidos normales incluidos dentro del volumen irradiado. Cuando la dosis aumenta por encima de 70 Gy aparece una toxicidad aguda mayor, pero controlable y aceptable. Un aumento en el número de fracciones disminuye la posibilidad de reparar en las células tumorales el daño subletal. Suele aplicarse en los tumores de cabeza y cuello (si existe disponibilidad de máquina de tratamiento para tratar dos veces al día al mismo paciente y, sobre todo, en el caso de las reirradiaciones).

Fraccionamiento acelerado: Se diferencia del anterior en que las dosis por fracción son convencionales, pero se administran dos fracciones diarias para alcanzar la misma dosis total (60 Gy) en la mitad de tiempo. La dosis de 150-200 cGy x 2 veces/día, 5 días/semana, acorta el tiempo de tratamiento y nos permite aumentar la eficacia en tumores rápidamente proliferativos. Los efectos secundarios agudos y tardíos serán mayores. No se usa demasiado, al menos por lo que sé desde mi propia experiencia.

Hipofraccionamiento: 250, 300, 400, 500 cGy/día.... Donde más frecuentemente se utiliza es en tratamientos paliativos en los que, debido a la corta supervivencia esperada, o a la urgencia del caso, se necesita conseguir una destrucción tumoral muy rápida, sin importar tanto los efectos secundaros tardíos, que aparecen en mayor medida con este tipo de fraccionamiento. (ej: 10 a 12 fracciones de 300 cGy; 5 fracciones de 400 cGy; 300 cGy tres veces a la semana; 800 cGy en una única sesión...) También se está empleando cada vez más en tratamientos no paliativos, distintos del melanoma, como es el caso de la mama, la próstata, recto... (ej: 16 fracciones de 266 cGy; 28 fracciones de 250 cGy; 22 fracciones de 300 cGy; 5 fracciones de 500 cGy...)

Otras variedades: fraccionamiento acelerado modificado, split-course, fraccionamiento estándar con boost concomitante (que se usa gracias a las nuevas técnicas de tratamiento como la IMRT que permite tratar dos volúmenes con distinto fraccionamiento a la vez)... son menos comunes que las anteriores.

Para terminar os dejo un tema de los que cargan pilas para que, si habéis conseguido leer toda la entrada, os anime lo que queda de día.




domingo, 9 de noviembre de 2014

¿Cómo informar a los hijos? Aprendiendo con GEPAC



Este fin de semana se ha celebrado en Madrid el 9º Congreso para Pacientes con Cáncer organizado por la GEPAC (Grupo Español de Pacientes con Cáncer) y, por lo que he podido seguir a través de las RRSS, fundamentalmente Twitter con el hashtag #CongresoGEPAC, ha estado muy bien. 

De ahí he sacado el cuento que quiero compartir con vosotros ya que puede ser de ayuda a la hora de dar la noticia a los hijos pequeños, se trata de: 


Además os animo a que echéis un vistazo a la página web de Cuidar en Oncología donde encontraréis información que puede seros de utilidad como por ejemplo:  


Sé que estos enlaces sólo son un pequeño apoyo a la hora de enfrentarse a esta situación, que hasta que uno no se ve en ella no sabe cómo la afrontará, pero nunca esta de más un poco de ayuda y orientación al respecto, ¿no?



"Quien la escribía versos dime quien era 
Quien la mandaba flores por primavera 
Quien cada nueve de noviembre 
Como siempre sin tarjeta 
La mandaba un ramito de violetas"

Dedicada a la mejor madre del mundo, ¡felicidades!

viernes, 7 de noviembre de 2014

La Radioterapia Pélvica.


Cuando hace más de 3 años llegué al que es mi hospital actualmente el que era mi jefe me dijo: "Tere, tu formarás parte de mi equipo y te encargarás, como yo: de cintura para abajo". Claro que llevo también otras localizaciones como mama, cabeza y cuello, pulmón, algunos tumores de piel (además, claro está, de las paliaciones) pero mi día a día se centra en los tumores gentitourinarios (con mis queridos prostáticos), ginecológicos (mis "chicas", mis "gines"), además de los digestivos en general, predominado el recto.

Por eso hace tiempo que debía escribir una entrada sobre la radioterapia externa que tienen ellos, es decir: la radioterapia pélvica. Llamada así, como podréis imaginaros, porque va dirigida a la pelvis donde se encuentran este tipo de tumores y su drenaje linfático.

Pelvis Masculina
Atlas de la RTOG 
Pelvis Femenina.
Atlas de la RTOG

Para hacerlo me ayudaré de otras guías y páginas que pueden seros de utilidad si vais a recibir este tipo de tratamiento. En todas ellas tenéis mucha información de los distintos tumores, su diagnóstico y tratamiento, aquí os enlazaré las más generales sobre la radioterapia.
  1. ACS (American Cancer Society): Radioterapia: una guía para los pacientes y sus familias (pelvis)
  2. NCI (National Cancer Institute) o INC (Instituto Nacional del Cáncer):  "Consejos para pacientes que reciben radioterapia"
  3. Por último pero no por ello menos importante las de la SEOR (Sociedad Española de Oncología Radioterápica): En general: Guía de Cuidados a Pacientes en Oncología Radioterápica. Aquí haré una excepción mencionando las de algunos tumores porque las he echado un vistazo y me han gustado: Tumores DigestivosCáncer GinecológicoCáncer de Próstata
Cuando veáis al oncólogo radioterápico en consulta, además de haceros una historia clínica completa con: antecedentes personales, medicación habitual, antecedentes familiares (oncológicos), situación basal, estado general (recalcar la importancia de las escalas de valoración del estado del paciente oncológico), una buena exploración física, que puede incluir un tacto rectal (ej: cáncer de próstata, cáncer de recto...) o una exploración ginecológica (ej: cáncer de endometrio, cáncer de cérvix), además del la historia oncológica (síntomas que llevaron al estudio, pruebas complementarias, anatomía patológica y decisión del comité de tumores en cuanto al tratamiento a seguir),  os explicará el tratamiento radioterápico con sus posibles efectos secundarios así como la preparación del mismo.

En el caso de la radioterapia pélvica diré algunas de las cosas más importantes a la vez de generales que podrían orientaros:


Puede hacerse tumbado boca arriba (decúbito supino) o boca abajo (decúbito prono). El posicionamiento dependerá del tumor que haya tratar, del estado general del paciente (boca abajo es algo más incómodo y hay ciertos pacientes que no aguantan esa posición durante el tiempo que dura el tratamiento que suele ser de media de unos 10 - 15 minutos) y, por supuesto, de lo que el médico considere mejor en cada situación.

Así por ejemplo las próstatas tratan boca arriba y para los rectos suele utilizarse el decúbito prono con inmovilización específica (colchón de vacío, espuma o, cuando se dispone de ella, con una mesa especial llamada BELLY BOARD) :



 Lo que nos permite hacer tratamientos como éste:



Que protege los órganos de riesgo (vejiga y asas intestinales) alejándolos del campo de tratamiento. Las imágenes se corresponden a una IMRT (Radioterapia de Intensidad Modulada) pero la gravedad manda y boca abajo la vejiga y las asas intestinales "caen" separándose del lugar donde está el tumor que tenemos que tratar (en este caso el recto), sea cual sea la técnica que empleemos.

En cuanto a la preparación a ese TAC y el tratamiento radioterápico diario depende del tumor. Salvo cuando se trata de un tumor vesical que queremos que se vacíe la vejiga antes del tratamiento, generalmente pedimos que se llene la misma antes de cada sesión de radioterapia para que reciba menos dosis de radiación y, además, colabore alejando las asas intestinales que se apoyan sobre ella y se separarán cuando esta se llene hinchándose como un globo. A nivel inestinal hay quien manda una dieta previa, otros prescriben enemas...

2. Posibles efectos secundarios.

Los más frecuentes son los síntomas urinarios irritativos (aumento de la frecuencia urinaria diurna y nocturna y leves molestias al orinar, "escozor") y las diarreas o cambios del ritmo gastrointestinal (fundamentalmente yendo más veces que antes de iniciar la radioterapia). No suele haber ningún problema con la piel abdominal pero si se presentan las diarreas o se trata un recto bajo, ano... se puede producir la irritación de la piel perianal. Además decir que, si se tienen hemorroides, pueden llegar a dar problemas en algún momento del tratamiento por su inflamación. En cuanto a las mujeres pueden tener algún escozor y molestia vaginal, sobre ello ya escribí en su día.

3. Cuidados durante el tratamiento.

Aunque no es tan común como cuando se tratan otras localizaciones como, por ejemplo, la mama, puede llegar a irritarse la piel por lo que os recuerdo los consejos  que escribí respecto: La piel también importa.

En cuanto a la dieta, si aparecieran las diarreas líquidas abundantes y numerosas secundarias a una enteritis rádica, además de la medicación que os pautará vuestro médico (ej: loperamida), algunos consejos:

Evitar:

  • Leche y productos lácteos.
  • Pan integral, cereales integrales y salvados.
  • Nueces, semillas y frutos secos.
  • Comidas grasas (fritos, embutidos...)
  • Fruta fresca y pasas.
  • Zumos de frutas.
  • Vegetales crudos.
  • Brócoli y berza.
  • Pasteles.
  • Palomitas de maíz y patatas fritas.
  • Especias y hierbas.
  • Chocolate, café, te y refrescos con cafeína.
  • Comidas picantes.
  • Alcohol y tabaco.

Recomendaciones (dieta astringente):

  • Pescado, pollo y carne cocidos, a la brasa o parrilla y al horno.
  • Plátanos, manzanas cocidas, manzanas peladas, zumo de uva y manzana.
  • Pan blanco; tostadas.
  • Pasta: macarrones, espaguetis..
  • Patatas asadas, cocidas y puré de patatas.
  • Vegetales cocidos blandos (espárragos), zanahorias, espinacas, calabaza.
  • Tomar las comidas templadas.
  • Beber muchos líquidos, aproximadamente 3 litros/día (pueden tomarse bebidas bicarbonatadas cuando han perdido la fuerza (con poco gas).
  • Utilizar nuez moscada para condimentar las comidas.
  • Iniciar una dieta baja en residuos el primer día de radioterapia.

Si aparecen problemas con las hemorroides y la piel inguinal, además de las curas pertinentes en el servicio de oncología radioterápica y el empleo de cremas con corticoides, analgésicos así como antibióticos y antifúngicos cuando sea preciso... es importante tomar ciertas precauciones para  que esta inflamación sea la menor posible. Se recomienda:

  • Utilizar jabones neutros.
  • Ropa holgada de algodón (calzoncillos tipo boxer americano aún siendo mujer).
  • Hacer lavados de asiento con agua de manzanilla o flor de malva.
  • Secar bien toda la zona especialmente los pliegues inguinales. 
  • Evitar roces de costuras o elásticos de la ropa o de hebillas o remaches. 
  • No usar polvos de talco o rasurar el vello con cuchilla.

Para terminar, a la hora de prevenir la sintomatología urinaria sólo puedo recalcaros la importancia de que, si os piden que bebáis x cantidad de agua cada día antes de la sesión de tratamiento, debéis hacer caso, vuestra vejiga os lo agradecerá en el futuro.

A los que hayáis conseguido leer toda la entrada daros las gracias, sé que es larga y que, aún así, me estoy dejando cosas. Espero que os haya sido de utilidad para conocer un poco más sobre la radioterapia.


sábado, 1 de noviembre de 2014

De lo inespecífico a lo determinante


Desde hace una semana quiero escribir sobre eso, lo inespecífico y cómo puede llegar a jugarnos una mala pasada en cuanto a oncología se refiere. 

Sé que el cáncer no es la patología más frecuente en la que hemos de pensar cuando nos pasa algo, por poneros algunos ejemplos:

  • Si tengo malas digestiones y siempre que estoy nerviosa se me cierra el estómago no voy a creer que tengo un cáncer gástrico, más bien pensaré que tengo una gastritis, reflujo gastroesofágico, que soy delicada para ciertas comidas, que tengo infección por H. Pylori o que simplemente mi estómago es más delicado que el de los demás.
  • Si me mareo un día cualquiera no creeré que tengo algo en la cabeza sino que me ha dado una bajada de tensión.
  • Si voy al baño de manera irregular, me hincho más cuando como y a veces mancho un poco cuando hago deposición no pensaré que tengo un cáncer colorrectal sino que tengo alguna hemorroide interna que hace que sangra de cuando en cuando y puede que tenga pólipos, divertículos o intolerancia a ciertos alimentos (etc...)

Y por eso, porque hay síntomas que son muy inespecíficos que o pasamos por alto o cuando los consultamos los quitan importancia y nos tranquilizan sin necesidad de pruebas complementarias porque lo más común es que no sea nada maligno, hay veces que nos llevamos sustos.  

Ahora no sé qué pensar, ¿mejor consultar por todo y hacernos pruebas siempre?. Sinceramente no creo que sea la solución, entre otras cosas porque en la mayor parte de las ocasiones será algo bueno que no habría necesitado nada. Pero, ¿qué pasa cuándo te encuentras entre los que, de esos síntomas inespecíficos a los que se les quitaba importancia, al final tienes un cáncer? Y sí, lo escribo tal y como se llama, con todas sus letras porque es lo que es y la rabia cuando llega el diagnóstico te lleva al: "Decían que no era nada y tengo cáncer".

No voy a hacerme hipocondríaca de la noche a la mañana ya que, trabajando en lo que trabajo, me supondría vivir en un sinvivir, pero confieso que me da rabia que sea una enfermedad tan cab...a que a veces se presente de la forma más inespecífica. Eso sí, si un paciente consulta por algo varias veces, por mucho que no parezca nada serio, hacedle caso, seguramente haya algo detrás.

Para terminar os dejo la entrada en Avances en Gestión Clínica que muestra el lado opuesto a lo que acabo de deciros hablando de lo estigmatizado que puede llegar a quedar quien ha tenido cáncer y las consecuencias que esto puede tener:


En definitiva, creo que Horacio está lleno de razón:


Pero, ¿cómo saber dónde se encuentra ese punto medio?