jueves, 22 de diciembre de 2011

Miradas que se esconden



Esta mañana una de esas miradas que se esconden por ir cargadas de sentimientos (sentimientos que temen herir a quien más nos importa), ha conseguido llenarme de recuerdos y emociones en un instante. Tal ha sido así que ahora necesito compartirlos aquí con vosotros. 

Se acercan unas fechas muy familiares para las que hay todo tipos de opiniones, desde los que las viven muy ilusionados hasta los que prefieren que pasen deprisa y recuperar la normalidad lo antes posible. 

Si os preguntáis cuál es mi postura, os diré que ni una ni otra. Eso sí, si algo tengo claro es que, ahora que vivo lejos, quiero volver a casa unos días, ver a mi gente que hace ya tiempo que no veo y aprovechar cada minuto que pase con ellos (que no serán muchos...). 

Igual que os digo eso, he de admitir que no ha sido así siempre. Cuando era niña me encantaban estas fiestas y las disfrutaba como una enana. Pero el tiempo pasa, nos hacemos mayores y desde que se asociaron a estudios, guardias, trabajo... han perdido esa magia. Ahora si disfruto de algún momento especialmente es cuando veo a mis sobrinos más pequeños vivirlas con tanta alegría e ilusión. (imagino que los que tenéis peques en casa disfrutaréis muchísimo con ellos)

Desde que soy médico, el significado de las navidades también ha cambiado en otros aspectos. Llegadas estas fechas el número de pacientes que llegan a mi consulta que están mal son muchos. Casos complicados, con cánceres muy extendidos de difícil solución. Cuando me paro a preguntarme por qué será así, sólo se me ocurre una respuesta y es que quienes están verdaderamente mal (con dolores o sintomatología importante) no pueden esperar. Y si digo esto es porque los primeros que no quieren ir al médico, al hospital, a la urgencia, en estas fechas son los propios pacientes que no acuden por miedo a si van, tener que quedarse más tiempo del que les gustaría. ¿Cuántas guardias no habré vivido con pacientes que llegan muy, muy malitos por haber esperado hasta que ya no aguantan más?

Y es que, si bien es cierto que, salvo contadas excepciones, nunca se quiere ir al médico, al hospital, y, menos aún, a la urgencia, menos aún en estas fechas. Fechas en las que muchas veces vienen traídos, "obligados", por sus familiares preocupados por ellos. 

Porque pueden gustarte más o menos estas fiestas pero, ¿quién prefiere pasarlas en un hospital ingresado? Los médicos, como oncóloga radioterápica que soy y que ha hecho guardias en estas fechas, os diré que hacemos lo que podemos porque se pueda cenar y comer en casa los días señalados pero no siempre es posible y, sé que es duro, pero hay que asumirlo. 

Personalmente nunca olvidaré unas fiestas que "nos" tocó pasar ingresados. Cuando lo pienso me es inevitable pensar lo egoísta que fui porque, lejos de estar animada o al menos disimular cómo me sentía por dentro, no lo conseguí. Como bien decía al principio, hay miradas que lo dicen todo, hasta aquéllas que se esconden, y si algo me caracteriza es mi incapacidad para ocultar lo que siento. Tal fue así que me animó a irme a mi pueblo, intentó que mis tíos me convencieran para que me fuera con ellos y finalmente no lo hice. Ahora ni os imagináis lo que me alegro de haber pasado esas navidades en el Clínico, a su lado. 

Volviendo al principio de la entrada, la mirada era de la hija de una paciente que, tras muchos años de lucha, con un largo período libre de enfermedad incluido, ha llegado a la fase donde poco se puede hacer para evitar la progresión de la misma. Esa progresión que hoy las trajo a mi consulta por un dolor que la imposibilita dormir totalmente acostada en la cama, caminar sin ayuda... Un dolor que, si bien es cierto que la radioterapia puede mejorar, si no aguanta tumbada en la mesa del TAC de simulación, difícilmente aguantará en la máquina de tratamiento. 

Esta mañana hemos comprobado que antes de hacer nada hay que controlar el dolor lo suficiente como para que pueda soportar los 10 minutos de tratamiento, si fuera posible, durante 5 días. Por eso finalmente hemos decidido cambiar la analgesia y volver a intentarlo la semana que viene.

Cuando su hija ha entrado a la sala y se la ha encontrado encogida por el dolor tras haber intentado aguantar el tiempo del TAC, se ha derrumbado por un momento. Por unos segundos hubiera deseado estar en una sala sola, lejos de su madre y poder llorar a gusto, pero no era así. Yo no sabía qué hacer y he intentado aliviar un poco la tensión hablando con la paciente, dándole ánimos, mientras su hija se echaba hacia atrás e intentaba ocultar su mirada. Una mirada que temía que su madre la viera pero, aún así, su madre ha percibido. 

Sé lo duros que son esos momentos, lo poco que gusta llorar delante de quien queremos y está mal. Tememos que eso les desanime más y no nos damos cuenta de que por fuertes que nos creamos, a veces  es inevitable y, como podéis observar con lo que acabo de deciros, ellos lo saben. Por mucho que lo ocultemos o disimulemos como buenamente podamos, lo saben. Así que, aunque hace tan sólo 3 párrafos os decía que me sentía egoísta por haber sido incapaz de  disimular mejor, mi propia reflexión en el blog me ha hecho darme cuenta de que somos así y hay cosas que nunca podremos ocultar así que, ¿por qué no decirlas, expresarlas? Si no lo hacemos nosotros serán nuestras miradas, nuestros gestos, los que se encarguen de desvelar nuestros sentimientos a quienes tanto queremos y tanto nos conocen. 

Una vez hecha esta pequeña-gran reflexión prenavideña terminaré con tres cosas más:

La primera de todas es deciros que me gustaría felicitar especialmente las fiestas a aquellas personas que pasarán estos días ingresados o yendo y viniendo al hospital por tratamientos , pruebas y consultas varias. Sé que no es el mejor contexto para disfrutar de la navidad pero nunca olvidéis que en esos sitios también hay gente que está dispuesta a hacer lo que esté en su mano para conseguir que esos días sean más llevaderos. 

La segunda es que, hablando de miradas que lo dicen todo aunque tratemos de esconderlas, os recomiendo que, si todavía no lo habéis hecho, os asoméis a  www.diferenciate.orgUna iniciativa que busca la sensibilización sobre lo importante que puede llegar a ser una mirada, un gesto... para conseguir una mejor calidad asistencial. 

Y la tercera y última, el año pasado Rut consiguió que una servidora hiciera esto y como me vino genial y creo que puede ser una buena forma de reírnos y pasar un buen rato, ¿os animáis a algo similar este año?






7 comentarios:

  1. Con la enorme sorpresa de descubrir una canción del gran Silvio que no conocía empiezo a comentar esta magnifica entrada.

    Una mirada, un gesto, el roce de una mano, la postura al hablar, la ropa que se lleva, la compañía... todo ello hace la difwerencia en el trato con una persona cualquiera. Y no digamos con un paciente, persona enferma. Y ni puedo imaginarme con las personas que ves tu a diario, en especial cuando se acaban las opciones...

    Esas habilidades que deberían enseñarse, entrenarse, evaluarse. Son tan importantes como hacer una buena historia clínica.

    Gracias Tere.

    ResponderEliminar
  2. Precisamente ayer reflexionaba en voz alta diciendo que desde hace un par de años ya no tengo las ganas que tenía antes de poner el árbol, de preparar la cena de Nochebuena y del gozo que me suponía buscar y comprar los regalos más adecuados. Ahora siento que es como una obligación y eso me entristece.
    recuerdo que cuando nació mi sobri a los pocos días tuvo que ser ingresada porque no conseguían que el color amarillento de su piel, típica de muchos bebés, se le quitara y terminamos pasando la nochebuena en el hospital. con la peque bajo la lámpara. Fue duro, raro, extraño, pero siempre recordaré a los enfermeros con sus gorros de navidad haciendo todo lo posible, con una sonrisa en la cara para que las penas fueran menos penas.
    También ayudó que nos llevaramos el asado y las gambas a la habitación....sin consentimiento ja, ja,
    Es duro estar en un hospital siempre pero en estas fechas, mucho más. Ayuda muucho que el personal te trate con alegría y cariño. Como hicieron esos enfermeros cuando mi peque estuvo ingresada.
    Nunca podré agradecerles el trato que les dieron a mi hermano y cuñada.

    ResponderEliminar
  3. Son fechas duras y tu lo sabes bien. Estos dias en los hospitales intentamos acercar un poquito de alegria a los pacientes, es dificil pero por una sonrisa hacemos lo que sea.

    Gracias por contarlo, de verdad.
    Muaks

    ResponderEliminar
  4. Me ha encantado Tere,el post en sí y la canción de Silvio,una de mis favoritas.Yo soy de los que prefiere que pasen rápido estas fechas,aunque eso no me impide felicitarte.Que tengas una buena entrada de año y disfrutes mucho de los tuyos.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Uffff, los pelos de punta... Me has removido todo por dentro...
    Que decirte, que son muchas las situaciones que nos sobrepasan, que a veces es inevitable derrumbarse, y que es necesario soltarlo todo de vez en cuando. ¿Sabes lo que saco en claro? Que mientras se pueda hay que disfrutar de los nuestros, de las fiestas, de la Navidad, de cada momento. En estos días es difícil no echar de menos, pero por eso, disfruto de los que todavía tengo, y me acuerdo de los que ya no están tan cerca y doy gracias por haberlos tenido. Y si hay que llorar, se llora y si hay que mirar se mira, y mientras, abrazos y besos que te llenan los huecos que quedan y que curan las heridas.

    Un besazo enorme!!!

    ResponderEliminar
  6. Rafa, muchísimas gracias!!!! Me alegro mucho de haberte descubierto esa canción de Silvio, es preciosa. :)
    Estoy totalmente de acuerdo, estas miradas, gestos... son claves pero creo que no se pueden enseñar, ya que la escuela es la propia de cada uno con los años y su experiencia. Ver a pacientes así, un día tras otro, como pasa en algunas épocas es duro, muy duro y desalentador... pero menos mal que siempre acaba habiendo algún gesto, palabra, sonrisa, mirada que acaba compensando!
    Un fuerte abrazo!

    Laila, cómo te entiendo!!!! Me alegro muchísimo de que todo pasara y fuera bien! Jeje! Veo que os apañasteis una buena cena! Como debe ser! ;) Es cierto que en estas fechas los que trabajamos en el hospital intentamos hacerlo todo más llevadero y no hace falta que lo agradezcas, seguro que lo saben! :)
    Un besote enorme!!!!

    Miguel, es cierto, son fechas duras para quienes las pasan ingresados y sus familias pero gestos como los que han tenido en tu hospital no tienen precio... Gracias!

    Joserra, muchas gracias por tus palabras y felicitación! Pasarán enseguida, ya lo verás... por mi parte ni me voy a enterar con el lío que hay por el hospital y los viajes fugaces.
    Un abrazo enorme!!!!

    Jesús, muchísimas gracias!!!! Me encanta lo que has sacado en claro!!! :)
    Un besote!!!!

    ResponderEliminar
  7. Tereee, que con el lío que tenía ayer en mi casa no me dio tiempo a comentar en la tuya.

    Desde aquí me sumo a tu felicitación para todos aquellos que pasarán las fiestas en el hospital y les doy la enhorabuena de corazón a todos aquellos que hacen su estancia en esta época menos dura.

    Un beso enorme y feliz Navidad para todos.

    ResponderEliminar